Oficial: los Hispanos, eliminados
Kiko Costa somete a una tortura a los Espa?a en la segunda parte, que se queda sin opciones de seguir adelante en el Mundial tras la victoria de Brasil ante Suecia.
Se acab¨® el Mundial para Espa?a, las expectativas no se cumplieron, y se perdi¨® con Portugal de una manera dolorosa: 25-31 (16-15), que tiene de protagonista a un jovencito, Kiko Costa (19 a?os), que en la segunda mitad pas¨® como un torbellino por la pista. En los duelos directos, Espa?a hab¨ªa ganado 32 partidos de 36. Ahora Portugal se lleva el ¨²ltimo para cambiar el dominio ib¨¦rico y clasificarse para los cuartos de final.
Las cuentas para los Hispanos pasaban porque Suecia y Brasil empataran... algo que no sucedi¨®. El triunfo del pa¨ªs sudamericano por 27-24, que se clasifica para cuartos ya de forma matem¨¢tica junto a Portugal, acaba con las rocambolescas carambolas que deb¨ªan darse para que Espa?a pudiese pasar a la siguiente fase. Espa?a, bronce ol¨ªmpico en Par¨ªs 2024 y en proceso de renovaci¨®n con la hornada de j¨²niors, no estar¨¢ en la lucha por las medallas. Algo que tampoco podr¨¢n hacer ni Suecia ni Noruega.
Jordi Ribera volvi¨® a apostar por Tarrafeta y Casado, dos jugadores esenciales. Les recuper¨® en parte, pero nada m¨¢s. No ha sido el Mundial de Casado, que no ha tenido suerte en los momentos cruciales. Lo ha intentado, pero no se le ha visto con el ritmo habitual. Eso fue en desdoro de Dani Dusjhebaev, esta vez desdibujado, mientras que Djordje y Petar Cikusa s¨®lo tuvieron una presencia testimonial. De los j¨®venes, el ¨²nico que tuvo presencia activa fue Ian Barrufet, a quien dos exclusiones muy pronto le condicionaron en la segunda parte.
La primera mitad la gan¨® Espa?a, por un tanto de Soler sobre la bocina. Pero se hab¨ªan visto a unos Hispanos muy exigidos, y daba la sensaci¨®n de que Portugal a¨²n no hab¨ªa cogido su particular sistema de juego. El inicio de la segunda mitad invitaba al optimismo, pero con tres goles de renta (19-16) se entr¨® en una aut¨¦ntica debacle. Diez minutos sin marcar, un cero a cinco con Costa desatado, y aquello no daba pie a pensar en el optimismo.
Lo peor es que las prisas son malas consejeras. Se intent¨® marcar goles r¨¢pidos, incluso en inferioridad, y lo que se hizo fue aumentar la juerga portuguesa que por una vez se toma la revancha de muchas veces.