El Bar?a eleva a catorce la racha de ligas consecutivas ganadas
Derrot¨® al Granollers en un derbi que no fue un paseo pese a las bajas en el equipo vallesano, con un plantel de menores de veinte a?os.
El Bar?a, que perdi¨® jugadores importantes en el pasado verano, que arranc¨® la temporada con un empate en Ir¨²n frente al Bidasoa alertando a los agoreros, hoy ha sumado su decimocuarta Liga consecutiva al ganar al Granollers en el Palau en un derbi que esperaba m¨¢s c¨®modo: 40-37 (21-19). Le han sobrado cinco jornadas, y hasta hoy s¨®lo ha cedido un punto en esta campa?a, el inicial. En total, ya son treinta y una ligas las que atesora en su palmar¨¦s.
En esa racha apenas hay derrotas, dos ante el Ciudad Real y Atl¨¦tico de Madrid, una ante el Logro?o, otra en casa ante el Granollers, y otra m¨¢s en el Palau frente al Torrelavega, por alineaci¨®n indebida; y empates, tres, en Guadalajara, en Antequera y en Logro?o. Todo eso en catorce temporadas. Una marca excepcional sin duda.
Con pr¨¢cticamente su plantilla al completo, el Bar?a sab¨ªa antes de arrancar el choque que estaba obligado a ganar; es decir, como siempre cuando juega en el Palau, pero esta vez con el premio de cerrar el t¨ªtulo por la v¨ªa r¨¢pida. El Granollers, sin Antonio Garc¨ªa, la referencia en la primera l¨ªnea, y sin Oriol Rey, el centro defensivo, parec¨ªa predestinado a soportar el castigo habitual con un plantel de veintea?eros: Faruk, Romero, Urdangar¨ªn, Reguard, Castillo, Domingo y Guijarro, chicos por edad de categor¨ªas inferiores.
Los destinados al sacrificio resultaron ser unos rebeldes, y s¨®lo en el minuto 37 el Bar?a tuvo tres goles de renta para respirar porque se vio envuelto en un toma y daca sin respiro todo el encuentro, y ni el 6-0 y el 5-1 con Janc le daban aire. Es m¨¢s, Ortega tuvo que pedir un tiempo muerto para insistir a los suyos que jugasen al balonmano: ¡°haced faltas¡± ped¨ªa, pero no les daba tiempo a los suyos. Es m¨¢s, si alguna jugada final se pudiese rearbitrar, se ver¨ªa que en esos momentos decisivos los ¨¢rbitros fueron m¨¢s bien caseros.