A las Guerreras se les escapa el empate en el ¨²ltimo segundo

Espa?a cay¨® en el ¨²ltimo segundo porque la lateral Bazaliu marc¨® un tanto desde 15 metros por el centro (27-28). ?Mala suerte? No. Mal resuelto el final. En el tiempo muerto los entrenadores espa?oles les dijeron a sus jugadores que 25 segundos era mucho tiempo. Pero marcaron en 15 segundos por mediaci¨®n de Ester Arrojeria, un buen gol pero que abr¨ªa la posibilidad de una acci¨®n de las rumanas, que aunque no sean muy r¨¢pidas corriendo, sus laterales tienen un tiro descomunal. Se perdi¨® un punto, se dio un paso atr¨¢s, y las Guerreras siguen con vida gracias a la derrota de Pa¨ªses Bajos con Alemania, y de paso Ruman¨ªa revive con estos dos puntos.

Esta vez no hubo lesionadas, pero Alexandrina Cabral no estuvo ni de lejos a su nivel: por la ma?ana ten¨ªa fiebre, era duda, y jug¨® porque es necesaria, aunque en el final, cuando por todo lo que aporta era imprescindible, no hubo m¨¢s remedio que tenerla en el banco. De hecho acab¨® sin marcar y sin ser la jugadora desequilibrante. Esa ausencia a medias la not¨® demasiado Jos¨¦ Ignacio Prades, que tuvo que inventar soluciones sobre la marcha porque lo ideal no iba bien.

La nota positiva fue la aparici¨®n de Silvia Arder¨ªus, que lleg¨® horas antes del partido y dict¨® una clase magistral de pases de gol, encontrando a las pivotes, a las laterales, a las extremos, para que atacasen en situaci¨®n de ventaja. Algunas de sus genialidades no cuentan como asistencias porque no se complet¨® el gol, pero ya no era cosa de ella.

La conexi¨®n de Pintea y Neagu m¨¢s o menos se ajust¨® con un buen trabajo del grupo, saliendo las impares sobre la lateral, y dejando que la Lara Gonz¨¢lez y la pivote se encargase de la gigante Pintea (1,92 metros). Y a¨²n as¨ª aportaron 12 goles entre ambas.

Cuando se control¨® a la pareja rumana Espa?a pas¨® de ser dominada a igualar el partido, pero siempre que se logr¨® alguna ventaja se entr¨® en rachas de inoperancia ofensiva. Por eso se lleg¨® en desventaja al ¨²ltimo minuto, y por una celeridad inexplicable se acab¨® cediendo un punto en Skopje.