Australia es un pozo sin fondo

El rugby australiano no encuentra motivos para sonre¨ªr ni en un domingo como este, en el que los Wallabies a priori deb¨ªan darse un paseo militar ante Portugal. No fue as¨ª. Ante un rival palmariamente inferior, les cost¨® sacar un bonus ofensivo (34-14) que tampoco les servir¨¢ para nada, pues su eliminaci¨®n del Mundial est¨¢ consumada virtualmente a falta de que Fiyi bata a los portugueses en su ¨²ltimo partido de la fase y selle el pase a cuartos de final.

Los que se perder¨¢ Australia por primera vez en su historia, en una actuaci¨®n que ha terminado de sacudir los cimientos de un deporte que pierde peso espec¨ªfico en el pa¨ªs a pasos agigantados y, lo peor, sin una soluci¨®n clara a la vista ante la p¨¦rdida de popularidad frente al League y el retroceso de unas franquicias que no suman un t¨ªtulo en el Super Rugby desde el de los Waratahs en 2014.

No est¨¢ clara tras semejante descalabro la continuidad en el puesto de seleccionador de un Eddie Jones que ha asumido toda la responsabilidad por lo ocurrido y que en principio tiene contrato hasta 2027, cuando el pa¨ªs oce¨¢nico organizar¨¢ esta cita. Precisamente con vistas a eso pretende armar el veterano preparador un equipo nuevo, el motivo tras las ausencias de figuras como el apertura Quade Cooper o el fl¨¢nker Michael Hooper, otrora capit¨¢n.

De aquella guardia apenas quedan versos sueltos como Kerevi, desastroso, o Slipper, l¨ªder de una delantera que ya no es capaz de dominar ni a la 16? del ranking mundial (la isle?a es ahora la 10?, en ca¨ªda libre tras una campa?a en la que acumulan, con esta, dos victorias y siete derrotas). El problema ha sido ese. V¨ªctimas de un cambio quiz¨¢ demasiado dr¨¢stico, o de su falta de experiencia, o de carencias de liderazgo, lo cierto es que las apuestas de Jones, como las de Carter Gordon primero y Ben Donaldson despu¨¦s en el 10, o la renovaci¨®n de una tercera que gana muy pocos balones limpios y desangra al equipo a base de infracciones, han arrojado p¨¦simos resultados.

Este domingo golpe¨® primero Portugal, que atac¨® con osad¨ªa y se aplic¨® en defensa, hoy por hoy receta suficiente para plantar cara a estos Wallabies. Los Lobos encontraron en el abierto a Bettencourt tras una buena secuencia de su talentosa l¨ªnea y pusieron nervioso a un rival que reaccion¨® con posados de Arnold, Porecki y Bell antes del descanso. Cuando todo apuntaba a escabechina en la segunda mitad, la que habr¨ªa completado seguramente cualquiera de los equipos del Seis Naciones o el Rugby Championship, y tras otro ensayo tempranero, de McReight, empez¨® un nuevo intento de hara-kiri australiano.

En cuesti¨®n de dos minutos, tanto Faessler como Kerevi, reci¨¦n entrado al campo tras cumplir pena en el banquillo por el desastre contra Gales, vieron sendas amarillas. Portugal se creci¨® en superioridad y encontr¨® la zona de marca por medio de Simoes a falta de diez minutos, tarde para la ¨¦pica. Poco despu¨¦s Koroibete maquill¨® para los australianos y el encuentro acab¨® en medio de un festival de errores de los Wallabies, que tienen mucho en qu¨¦ pensar de cara al siguiente ciclo mundialista. Ahora mismo su condici¨®n de potencia oval est¨¢, al margen de la historia, en solfa.

Sud¨¢frica desahucia a Escocia

Igual de intuible que el esperpento australiano era una contundente victoria de Sud¨¢frica ante Tonga, la ¨²nica selecci¨®n del Big Three del Pac¨ªfico Sur que a¨²n no ha pisado los cuartos de final del certamen (y as¨ª seguir¨¢ siendo al menos hasta dentro de cuatro a?os). Los Springboks se la llevaron (49-18), con bonus incluido merced a ensayos de Reinach, Moodie, Fourie, Kriel, Le Roux, Van Staden y Smith (los de Tonga fueron cosa de Tameifuna, Inisi y Pellegrini) y cierran su fase de grupos con 15 puntos, cinco m¨¢s que una Escocia que finalmente llegar¨¢ desahuciada al duelo frente a Irlanda, toda vez que la brecha con los sudafricanos es de cinco puntos, el m¨¢ximo que podr¨ªan sacar ante el Tr¨¦bol, y tienen perdido el duelo directo.