Augusta zarandea a Tiger y encumbra a¨²n m¨¢s a Scheffler
Woods firma un descorazonador 82 en la tercera vuelta, su peor tarjeta en un Masters, mientras el l¨ªder sigue a lo suyo.
Augusta no entiende de leyendas y dispensa el mismo trato a la nobleza que al proletariado del golf. Para muestra, el descorazonador 82 con el que concluy¨® Tiger Woods su tercera vuelta en el Masters. Diez golpes sobre el par, once en el total, relegado a la antepen¨²ltima plaza entre aquellos que lograron pasar el corte. Un revolc¨®n en toda regla, una anomal¨ªa total en un jugador con una media de 71,1 golpes en este campo, por no hablar de sus cinco chaquetas verdes.
Otros d¨ªas fueron los hierros y esta vez el caballo de batalla lo tuvo en el putter, a una media de 1,89 por hoyo, con dos tripateos incluidos, camino a la que ya es la peor vuelta de su carrera en el trazado de Georgia (EE UU), que explic¨® con su habitual claridad meridiana: ¡°Ni he pegado a la bola bien ni he pateado bien. No estaba bien ya en la sesi¨®n de entrenamiento y lo he trasladado al campo. He estado todo el d¨ªa pegando a sitios donde no hay que estar y fallando putts f¨¢ciles, de los que hay que meter¡±.
Cuatro golpes separan su actuaci¨®n este s¨¢bado del anterior suelo que ten¨ªa en el torneo, un 78, justo el d¨ªa despu¨¦s en el que alcanz¨® otra mejor marca personal, en este caso positiva: la de 24 participaciones seguidas pasando el corte, que tambi¨¦n es el tope de la cita. ¡°No dir¨ªa que ha sido algo mental. Es simplemente que no he competido mucho ¨²ltimamente. Cuando he tenido oportunidades de darle la vuelta con el putt del cinco, inmediatamente he tripateado el 6 y en el 7 he fallado el chip¡±, aleg¨® apuntando a una raz¨®n obvia detr¨¢s de esta org¨ªa de golpes, el hecho de que solo ha jugado una vuelta entera competitiva este a?o, la primera del Genesis, antes de retirarse por un problema m¨¦dico no especificado en la segunda.
Otra es el peaje que pag¨® en un viernes en el que tuvo que jugar 23 hoyos, los cinco que le faltaban de una segunda ronda interrumpida por el mal tiempo, y los 18 de la segunda. ¡°Obviamente me ha afectado¡±, reconoci¨®. ¡°Mi equipo me pondr¨¢ a punto y el club se est¨¢ portando de forma incre¨ªble. Ser¨¢ una noche larga y una sesi¨®n de calentamiento larga ma?ana, pero estar¨¦ listo¡±, aventur¨® un Tigre que bastante ha hecho llegando hasta este punto con 48 a?os y el cuerpo lleno de metal.
Intratable Scheffler
Tan perfecto que a ratos pasa de la fascinaci¨®n al aburrimiento, ya le pasaba en su d¨ªa a Roger Federer, es Scottie Scheffler, que cerr¨® otro d¨ªa en la cabeza de la tabla. Un repaso a sus estad¨ªsticas, entre los 20 primeros en casi todos los apartados, es para descoyuntarse la mand¨ªbula. Y para colmo es el segundo mejor en los registros de pateo, el apartado en el que m¨¢s flaquea, o m¨¢s bien flaqueaba, a una media de 1,52 por hoyo.
Este s¨¢bado por momentos pareci¨® humano, pero no dej¨® mucho espacio a la ilusi¨®n en una jornada con vientos racheados de m¨¢s de 30 km/h, que no fue lo del viernes pero tampoco dio excesiva tregua, porque adem¨¢s los greenes parec¨ªan una pista de bolera, pura velocidad. El doble bogey del 10, seguido de un bogey al infernal 11, que se juega esta semana a una media de 4,43 golpes, fue un espejismo de frenazo, porque en el 13 emboc¨® para eagle desde casi diez metros y para el 15 ya hab¨ªa recuperado el -7, un golpe mejor que el list¨®n que dej¨® el viernes. En ese bache se aup¨® al liderato el debutante dan¨¦s Nicolai Hojgaard, el favorito de Rahm, que se las promet¨ªa felices hasta que Amen Corner le tritur¨®. Entr¨® all¨ª siete golpes por debajo del par y enlaz¨® tres bogeys, que ampli¨® a cinco en los dos hoyos siguientes. Caput. S¨ª aguantaron el tipo el sueco Aberg, otro de estreno, en su caso en los majors, no solo en este, que tir¨® un -2 para -4 dejando otra vez la sensaci¨®n de que el golf es sumamente f¨¢cil para ¨¦l.
Entre ¨¦l y Scheffler emergen Homa (-5), hist¨®ricamente flojo en los grandes, con un ¨²nico top-10 en 17 jugados y nueve cortes fallados, y el renacido Morikawa, quien desde esa explosi¨®n que protagoniz¨® entre 2020 y 2021, que le llev¨® a ganar dos de sus primeros ocho torneos en el Grand Slam (el PGA de 2020 y el British de 2021), no ha sido el mismo.
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