AS re¨²ne a Michael Phelps y Teresa Perales: ¡°?Suerte en Par¨ªs!¡±

¡°?Ahora tenemos que ir a Par¨ªs, s¨ª o s¨ª. Hay que empatar con ¨¦l!¡±. Con el brillo de ilusi¨®n en los ojos y una sonrisa a¨²n m¨¢s grande de la que luce siempre, Teresa Perales lanza ese recordatorio a Irene, su fisio. Un minuto antes, y por iniciativa de AS, acaba de posar junto a Michael Phelps para una foto. La primera que se hac¨ªan juntos. ¡°?Suerte en Par¨ªs, nos vemos all¨ª! Me parece incre¨ªble que puedas acudir a unos s¨¦ptimos Juegos!¡±, le desea el Tibur¨®n de Baltimore. En esa foto se re¨²nen 55 medallas ol¨ªmpicas y paral¨ªmpicas. ?l tiene 28 (23 de oro). Ella, 27 (siete doradas). El estadounidense es el deportista con m¨¢s medallas absolutas en Juegos, por delante de las 18 de la gimnasta rusa Larisa Latynina. Ella es la espa?ola m¨¢s laureada entre ol¨ªmpicos y paral¨ªmpicos y lucha por estar el a?o que viene en Par¨ªs. Por ganar otra medalla ya con 48 a?os.

Dos vidas diferentes, pero a la vez dos almas gemelas. La aragonesa, toda una vida compitiendo y conviviendo para sacar lo mejor de una discapacidad. El de Baltimore, frente a sus demonios mentales. El camino, las medallas. Pero para los dos no el fin. ¡°Yo pens¨¦ en suicidarme y eso da miedo. Hay luz tras el t¨²nel y quiero animar a la gente a que luche¡±, explic¨® Phelps. ¡°Hablar de salud mental me ha salvado la vida¡±, cont¨® emocionado en el Congreso Wobi en Madrid, donde los dos dieron una charla a directivos de empresas.

El estadounidense inici¨® su carrera de cinco Juegos en S¨ªdney 2000, con s¨®lo 15 a?os. All¨ª no gan¨® y eso encendi¨® su fuego. Tras Atenas 2004, donde gan¨® seis oros y un bronce, lleg¨® la depresi¨®n. ¡°Toqu¨¦ fondo sin hablar con nadie. En 2008 ca¨ª en la misma espiral. Y en 2014 tuve otra y ya no quer¨ªa estar vivo. Decid¨ª ir a un centro de rehabilitaci¨®n para seguir viviendo. All¨ª pas¨¦ los 45 peores d¨ªas de mi vida. Me sent¨ª vulnerable por primera vez. Entr¨¦ con un escudo y no me comunicaba. Tras tres d¨ªas, baj¨¦ la guardia. Ahora puedo mirarme al espejo y ver a una persona, no a alguien con una gorra y unas gafas de sol. Ya no me asusta decir nada. Ojal¨¢ la gente pueda luchar como yo. Una de cuatro personas tiene un problema de salud mental, ?y c¨®mo es posible que no hablen? Naomi Osaka, Simone Biles... Han alzado la voz y han compartido su viaje. Y eso salva vidas¡±, sigui¨® con su discurso el mejor deportista de la historia.

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Perales fue golpeada por una neuropat¨ªa con 19 a?os. Cuatro antes, hab¨ªa perdido a su padre. Un ejemplo de convertir reveses en ¨¦xitos. Para, tambi¨¦n, ayudar a la gente con su experiencia. ¡°Soy un culo inquieto, a pesar de estar siempre sentada, y eso lo resume todo¡±, bromea. ¡°Mi primer entrenador, Ramiro, una vez me quit¨¦ el chaleco salvavidas que me compr¨® mi madre cuando comenc¨¦ a nadar con 20 a?os, me dijo: ¡®Eres un diamante en bruto al que hay que pulir¡¯. Esa frase me cambi¨® la vida. Otros me ve¨ªan como un proyecto frustrado. Esa frase te lleva hasta el infinito y m¨¢s all¨¢¡±.

¡°La discapacidad te afecta, pero no te determina. Y decid¨ª que mi vida iba a merecer la pena¡±, explica. ¡°El deporte me ha ayudado a cambiar la forma en que la gente me mira. Nadie me mira con pena¡±, sigue. Ahora, tiene afectado su brazo izquierdo y ha tenido que cambiar de categor¨ªa. ¡°Nado s¨®lo con un brazo, pero no me he rendido. Habr¨ªa sido absurdo. No me rend¨ª antes de Tokio, donde fui plata cuando 15 minutos antes se me hab¨ªa vuelto a salir el hombro. Hay que sentirse orgulloso de uno mismo. Es lo ¨²nico que podemos controlar. Escribir nuestro propio guion¡±.

Teresa s¨®lo hab¨ªa coincidido con Phelps el mes pasado en otro foro en Bogot¨¢, Colombia. Pero el saludo fue fugaz y la ¨²nica foto acab¨® frustrada, tirada por su marido y de soslayo. ¡°A Michael le he dado las gracias porque ha sido mi motivaci¨®n desde 2012, porque entonces alcanzamos el mismo n¨²mero de medallas, 22. Tras esos Juegos en Londres, alguien escribi¨® un titular: Tibur¨®n de Baltimore, 22; Sirenita del Ebro, 22, al que estar¨¦ siempre agradecida porque entonces me conoc¨ªan en mi pueblo y ya est¨¢¡±, relata divertida.

¡°Me han hecho un regalo incre¨ªble. Estoy aqu¨ª como telonera de Michael Phelps, eso no me lo hubiera cre¨ªdo en la vida¡±, resume la aragonesa. A su lado, el ¨ªdolo. El hombre que estuvo siete a?os entrenando todos los d¨ªas sin descanso, sin fallar uno, para ser el mejor. Y que se asombra ante la resistencia de Perales. Dos h¨¦roes. Ol¨ªmpicos y paral¨ªmpicos. Y de la vida.

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