Apuntar a ciegas
Ager Solabarrieta, campe¨®n del mundo de tiro con carabina para ciegos, y su esposa y gu¨ªa, Maite Badiola, atienden a AS tras una temporada ¡°para enmarcar¡±.
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¡°Me voy a quedar al tiro¡±. ¡°?C¨®mo que te vas a quedar al tiro? ?Qu¨¦ tiro? ?C¨®mo que tirar!¡±. ¡°S¨ª, tirar¡±. ¡°Ten cuidado, eh, a ver qu¨¦ haces¡±. ¡°Ya te contar¨¦ luego, a la noche¡±. Con esta conversaci¨®n telef¨®nica, Ager Solabarrieta, que se proclam¨® campe¨®n del mundo de tiro con carabina para ciegos en noviembre, en Al-Ain (Emiratos ?rabes), avisaba a su esposa, Maite Badiola, de que se le hab¨ªa complicado la tarde. Su intenci¨®n aquel d¨ªa era asistir a un curso de inform¨¢tica en la sede de la ONCE de Bilbao. Lo hizo, pero, de forma inesperada, su vida cambi¨® por completo. ¡°Maite trabajaba como inform¨¢tica y siempre me hab¨ªa llamado la atenci¨®n. ¡®Qu¨¦ envidia me das¡', le dec¨ªa¡±, explica Ager en conversaci¨®n con AS. ¡°Me acuerdo de ese d¨ªa muy bien. Le anim¨¦. Yo he sido profesora y no sab¨ªa c¨®mo ayudarle. Le dije que fuera a la ONCE primero y, luego, ya le ir¨ªa guiando yo. Fue al curso ese y, de repente, me llama...¡±, completa Maite. Ya no hab¨ªa vuelta atr¨¢s.
Mientras Ager se familiarizaba con un nuevo sistema de magnificador de pantalla, se le acerc¨® un amigo de un pueblo vecino. ¡°Me dijo que iba a tirar¡±, recuerda. De primeras, no se lo termin¨® de creer; minutos despu¨¦s, se dirig¨ªa hacia el s¨®tano con ¨¦l. ¡°Me hab¨ªa gustado siempre. Baj¨¦ y pens¨¦: ¡®Uf, esto es lo m¨ªo¡¯. Del 2004, que fui la primera vez, hasta hoy¡±, precisa el vasco, que empez¨® a perder la visi¨®n con 16 a?os debido a una enfermedad degenerativa, retinosis pigmentaria. La presente, ha sido su mejor temporada de siempre. En marzo, se proclam¨® campe¨®n de Europa en Hamar (Noruega), en la modalidad tendido diez metros, con r¨¦cord del mundo incluido en la ronda clasificatoria. Su primer oro a nivel internacional y el inicio de unos meses ¡°para enmarcar¡±. En verano, llegaron dos medallas de plata en la Copa del Mundo de Chateauroux (Francia). En Al-Ain, arranc¨® con un sexto puesto en la modalidad de pie (¡±nos qued¨® un sabor agridulce, un sexto puesto en un Mundial no est¨¢ mal, pero sabiendo que lo puedes hacer mejor...¡±), pero termin¨® ratificando su superioridad en tendido.

Se emocion¨®, por lo logrado (¡±es que es un campeonato del mundo, hostia, no uno cualquiera¡±, enfatiza con gracia y un marcado acento vasco) y por el camino recorrido. ¡°Es el resultado de muchos a?os de trabajo. Sobre todo, del sacrificio de mi esposa, que trabaja en una f¨¢brica. Ocho horas, descansa un poquito, me acompa?a a entrenar¡¡±, le dedica a Maite, a su lado durante la conversaci¨®n. En 2019, no pudieron asistir a los Mundiales de Australia por falta de ayudas. ¡°Afrontarlo t¨² es mucho dinero. No pude llegar, intent¨¦ encontrar patrocinadores, pero no lo consegu¨ª. Me qued¨¦ con la miel en los labios porque ese a?o estaba bien. Esta vez, tengo que agradecer mucho a la Federaci¨®n Espa?ola de Deportes para Ciegos, que ya ha apostado de forma decidida por el tiro¡±, explica. Esta vez, cuando volvieron a Espa?a, Ager y Maite pudieron celebrar con ¡°un buen chulet¨®n¡± en La Rioja.
Maite, ¡°sus ojos¡± y ¡°su todo¡±
En cada competici¨®n y en cada entrenamiento, Maite sigue el mismo proceso. Primero, coloca una luz infrarroja sobre la diana. Luego, calibra la carabina y encara a Ager hacia el objetivo. Pum. Primer disparo. Tras ¨¦l, a trav¨¦s de toques en la espalda y el brazo, le indica c¨®mo de cerca o lejos se ha quedado del acierto y los resultados que va acumulando. ¡°Lo bueno que tenemos para la comunicaci¨®n es que somos marido y mujer y compartimos 24 horas. No podemos hablar. Entonces, es muy importante el entrenamiento diario. Sabemos los movimientos que tenemos y conozco qu¨¦ le hace falta, qu¨¦ tiene en la cabeza¡¡±, desgrana Maite. ¡°Soy sus ojos¡±, resume. Ager, a trav¨¦s de auriculares, escucha pitidos seg¨²n el lugar al que est¨¢ apuntando. Su visor, una c¨¢mara de reconocimiento de objetos a alta velocidad, transforma la luz infrarroja en sonido. ¡°Cuanto m¨¢s cerca estoy del objetivo, m¨¢s se agudiza. Cuando estoy justo en el centro, el pitido cambia¡±, especifica el de Ondarra.
¡°Cuanto m¨¢s cerca estoy del objetivo, m¨¢s se agudiza el pitido. Cuando estoy justo en el centro de la diana, cambia¡±
El proceso requiere una concentraci¨®n total, ¡°del 120%¡±. Cualquier peque?a interferencia o peque?a idea que se pase por la cabeza en el momento inoportuno puede provocar el error. ¡°Est¨¢s con gente anim¨¢ndote o abuche¨¢ndote, un speaker¡ tienes que encontrar un punto en el que s¨®lo est¨¦s t¨² y el tiro. A la m¨ªnima, se te va la olla. Basta con que en el momento del tiro pienses ¡°uy, hoy no he hecho los recados¡± para que falles¡±, detalla Ager, que de peque?o jug¨® al rugby y luego, ya de forma adaptada, prob¨® el esqu¨ª. ¡°Fui a un par de campeonatos, pero empec¨¦ tarde, tengo el menisco jodido por jugar al rugby de joven y, pese a que me gustaba mucho, vi que no pod¨ªa practicarlo como deporte de ¨¦lite¡±, se sincera. Ahora, piensa en unos Juegos Paral¨ªmpicos como tirador. En Francia, se espera que su modalidad sea de exhibici¨®n; para Los ?ngeles 2028, la previsi¨®n es que ya forme parte del programa. ¡°Es mi sue?o, como el de cualquier deportista¡±, admite. Apunta hacia ¨¦l. Y no suele fallar.