Boll, un icono contracultural
Timo Boll, el alem¨¢n cuatro veces medallista ol¨ªmpico que desafi¨® a los asi¨¢ticos en el tenis de mesa. Como Carolina Mar¨ªn en b¨¢dminton, "debes tener un talento especial".
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Este fin de semana se pasea por Barcelona Timo Boll, un deportista desconocido para todos aquellos que no son alemanes (o asi¨¢ticos) y que no les apasiona el tenis de mesa. Un icono contracultural para los que le conocen. El alem¨¢n es al tenis de mesa lo que Carolina Mar¨ªn al b¨¢dminton, un extra?o campe¨®n en un deporte dominado por asi¨¢ticos. "Hay que tener un talento especial para sobresalir en un deporte que es tan popular en Asia", dice a modo de sentencia. Su presencia en el Trofeo Ciutat de Barcelona es el reclamo para uno de los mejores deportistas alemanes de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
Timo Boll naci¨® en Erbach en 1981. Un pueblo de Alemania Occidental que priv¨® a Boll de ser un gran tenista, lo que no solo le hubiera concedido m¨¢s ingresos sino m¨¢s fama. "Ten¨ªa mucho m¨¢s talento en el tenis, pero el ayuntamiento no nos permiti¨® construir una pista. Mi padre decidi¨® que no val¨ªa la pena apostar por ello. En casa ten¨ªa una mesa y pod¨ªa practicar tenis cuando quisiera. As¨ª aprend¨ª". El alem¨¢n creci¨® escuchando las historias que le contaba su abuelo sobre la II Guerra Mundial ("tenemos suerte de vivir en Europa") y someti¨¦ndose a los entrenamientos de su padre, que hab¨ªa sido "jugador de clase baja".
Pese a tener al entrenador en casa, el tenista alem¨¢n confiesa que nada tiene que ver su progenitor con Mike Agassi, el padre del famoso tenista que lo aterment¨® con duros entrenamientos cuando era un ni?o, como explica en su biograf¨ªa Open. "Mi padre nunca me oblig¨® a jugar a tenis de mesa y nunca me castig¨®. Simplemente me ofreci¨® su ayuda. ?Tenemos una muy buena relaci¨®n! Entend¨ªa muy bien el deporte para ayudarme", explic¨® a AS. As¨ª fue creciendo Boll, ganando los torneos de su edad, y perdiendo cuando le toc¨® ascender categor¨ªas muy r¨¢pido: "Fue importante para mi desarrollo jugar con chicos mayores y perder".
Cuatro medallas ol¨ªmpicas y 24 a?os de carrera
Con 16 a?os, Boll supo que iba a ser jugador profesional, consciente de que "solo unos pocos pueden vivir de esto". ?l es uno de ellos, con un palmar¨¦s envidiable: dos platas y dos bronces ol¨ªmpicos, seis platas y dos bronces mundiales. 24 a?os de carrera, ning¨²n oro pero una fama y una popularidad espl¨¦ndida en Asia. "Estoy feliz de sobrevivir en el tenis de mesa (en Tokio fue podio). En Asia tienen sistema deportivos perfectos. Con ocho a?os ya se vuelven profesionales y se centran cada d¨ªa en el deporte. All¨ª es un gran deporte medi¨¢tico. La gente me conoce como uno de sus rivales durante 20 a?os, no me port¨¦ mal porque les agrado", sentenci¨®.
Todo un icono del tenis de mesa, pocos europeos se han colado en los podios internacionales en los ¨²ltimos a?os. Boll forma parte del equipo alem¨¢n, asiduo a los podios, con el tenista como jugador m¨¢s veteranos e icono. En los Juegos de R¨ªo 2016 fue abanderado. "Me siento un afortunado", sentencia un deportista icon¨®nico, que a sus 40 a?os sigue dando guerra: en Tokio se colg¨® otra medalla.