El Everest respira

La pasada primavera una foto del Everest dio la vuelta al mundo. En ella se pod¨ªa ver a numerosos monta?eros haciendo una peligrosa cola de espera para poder atacar la cumbre m¨¢s alta del planeta. Aquella instant¨¢nea tuvo sus consecuencias, ya que los gobiernos de China y Nepal, que controlan el acceso a la cima del gigante, anunciaron una serie de medidas restrictivas para este a?o. Sin embargo, la crisis del coronavirus ha borrado de un plumazo el debate sobre si se deb¨ªan aplicar por una sencilla raz¨®n: nadie (salvo alguna contada excepci¨®n de expediciones locales) recibir¨¢ el permiso necesario para escalar esta ventana primaveral una cima que vio c¨®mo la hollaban 891 personas s¨®lo en 2019.

La medida permitir¨¢ que el Everest se desintoxique tras las masificaciones de a?os anteriores. "Por supuesto que las monta?as tendr¨¢n un respiro, creo que es una de las ense?anzas que debemos sacar de todo esto, respetar a la naturaleza. Y ya no hablo s¨®lo del Everest, donde esa cola tan famosa ocurre tres o cuatro d¨ªas, hablo del Kilimanjaro, del Mont Blanc... donde es continua", apunta Carlos Soria, veterano escalador que a?ade otro aspecto no tan positivo en el caso de Nepal, un pa¨ªs que vive del turismo de monta?a. "Est¨¢ claro que toda la industria de Nepal relacionada con la monta?a va a sufrir. Hay sherpas que habr¨¢n podido ahorrar y soportar¨¢n este periodo, pero mucha gente m¨¢s que trabaja con las expediciones depende de esto", asegura Soria.

En efecto. La actividad econ¨®mica con el turismo, cuyo principal atractivo es el himalayismo, mueve unos 2.000 millones de euros al a?o (el 7,9% del PIB), seg¨²n el informe del Consejo Mundial de Turismo, y s¨®lo la que se produce en torno al Everest, unos 300. Desde el sector, que emplea a unas 140.000 personas (unos 20.000 como gu¨ªas de monta?a y senderismo), se advierte: "Claro que una parte se la queda el Gobierno, pero el 90% es para las personas que se dedican a ello y paga las escuelas, las facturas...".

Por tanto, Nepal, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, se enfrenta a un duro golpe econ¨®mico cuando a¨²n se recuperaba del terremoto que asol¨® al pa¨ªs en 2015 (9.000 fallecidos y 21.000 heridos), el ¨²ltimo a?o en el que no se permitieron ascensiones al Everest. De hecho, esperaba a unos dos millones de visitantes este a?o. ?Y por qu¨¦ ha cerrado las monta?as cuando es una de las naciones menos afectadas por el coronavirus? Este 11 de abril contaba nueve casos detectados. Sin embargo, un brote supondr¨ªa un aut¨¦ntico desastre en un pa¨ªs sin infraestructura m¨¦dica. Cuentan con 0,7 m¨¦dicos por 1.000 habitantes (el ratio de Espa?a es de cuatro). Un problema que se multiplica exponencialmente en zonas de monta?a y dif¨ªcil acceso. Por tanto, ver un Everest vac¨ªo es el precio que debe pagar por evitar un colapso sanitario, aunque eso signifique un descalabro econ¨®mico. Eso s¨ª, mientras tanto, el Everest respira.