Cuenta la leyenda, que el lobo sacia su voraz apetito durante la noche y que cuando llega el alba, regresa a su madriguera en busca de cobijo. Lo curioso es que siempre lo hace a la misma hora, a las seis de la ma?ana. Es la hora del lobo, el momento en el que m¨¢s nacimientos y muertes se producen en el mundo, el mismo instante donde las pesadillas parecen m¨¢s intensas en los que duermen y m¨¢s grandes son los temores para los que no pueden conciliar el sue?o.

Jacinto Molina ?lvarez, conocido art¨ªsticamente como Paul Naschy, sol¨ªa contar en sus entrevistas que ¨¦l hab¨ªa nacido en la hora del lobo, un curioso momento para venir al mundo. Fue un 6 de septiembre de 1934, en la madrile?a Calle Postas, lugar castizo, de gran actividad comercial, donde conviv¨ªan diferentes gremios herederos de otro tiempo.

Jacinto era hijo de Pilar ?lvarez y de Enrique Molina, un peletero de origen vasco que ten¨ªa un pr¨®spero negocio junto a la Plaza Mayor. El artesano hab¨ªa conseguido reputaci¨®n en la zona cortando patrones. Eran tiempos de bonanza para su familia, sin embargo la riqueza desapareci¨® con la llegada de la Guerra Civil. El matrimonio Molina tuvo que cerrar el local y huy¨® lejos de la capital con su peque?o hijo en brazos.

Se trasladaron a una peque?a aldea del Pa¨ªs Vasco donde resid¨ªan algunos familiares de Pilar y, pocos d¨ªas despu¨¦s, recibieron una llamada telef¨®nica desde Madrid alert¨¢ndoles del grave peligro que corr¨ªan. A pesar de que Enrique no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s por la pol¨ªtica, el bando nacional le buscaba desde su repentino traslado al norte. Quer¨ªan fusilarle, ya que, un pariente cercano le hab¨ªa traicionado acus¨¢ndole falsamente.

El padre de familia cogi¨® su moto y prometi¨® a Pilar regresar en cuanto pudiera. Al salir del pueblo, un grupo de soldados se percat¨® de que escapaba y le dispararon mientras cruzaba un puente a toda velocidad. Perdi¨® el control de su moto sali¨¦ndose del camino y se precipit¨® a las aguas del caudaloso r¨ªo. Nadie supo m¨¢s de ¨¦l, pues ninguno de los presentes vio emerger su cuerpo y la noticia de su desaparici¨®n corri¨® como la p¨®lvora por el pueblo. A partir de entonces Pilar tuvo que cuidar de su hijo ella sola y la miseria envolvi¨® las vidas de ambos en aquel periodo negro. Im¨¢genes imborrables para un ni?o que, con el paso de los a?os, comprendi¨® el gran horror vivido.

Cuando el combate llegaba a su fin, las tropas franquistas asediaron el pueblo donde se refugiaban y un soldado irrumpi¨® violentamente en su hogar. El ruido de los bombardeos, que era casi insoportable, se uni¨® al estruendo de la puerta al ser reventada. Tras unos segundos de incertidumbre, Jacinto vio c¨®mo su madre se abalanz¨® al militar para rodearle con sus brazos y entonces comprendi¨® que aquel hombre que hab¨ªa echado la puerta abajo no era otro que su padre, al que todos cre¨ªan ahogado. Enrolarse en el bando franquista le hab¨ªa salvado la vida.

Al finalizar la Guerra, un general con el que Enrique trab¨® amistad, le propuso fundar una empresa peletera en Burgos. Como para el resto de espa?oles, aquella ¨¦poca no fue f¨¢cil para la familia. ¡°Fui un ni?o de la posguerra. Ni siquiera nosotros, que ¨¦ramos de clase media acomodada, ten¨ªamos gran cosa. Recuerdo las penalidades que pasamos, la cartilla de racionamiento, el pan de borona y el aceite de h¨ªgado de bacalao. Que a?os despu¨¦s llegara a convertirme en campe¨®n de halterofilia fue casi un milagro¡±, se?alaba Naschy.

El negocio funcion¨® bien en Burgos y la econom¨ªa familiar recuper¨® el brillo del pasado. Al nacer Lourdes, la hermana de Jacinto, el matrimonio contrat¨® a una institutriz para que cuidara de sus hijos. Mar¨ªa Ronge, que era una tutora de origen austriaco, fue crucial en la infancia de Jacinto, pues despert¨® en ¨¦l un notable gusto por la literatura. En la librer¨ªa del paseo del Espol¨®n de Burgos, el ni?o qued¨® fascinado por los cuentos ilustrados de Saturnino Calleja y los hermanos Grimm. Desde entonces, su inter¨¦s por el g¨®tico, la literatura fant¨¢stica y los cuentos populares, fueron una constante en su vida.

Cuando la familia regres¨® a Madrid, la vida de Jacinto cambi¨® para siempre. Paseando por la Gran V¨ªa, qued¨® impresionado por el cartel que anunciaba una pel¨ªcula de terror de reciente estreno y le pidi¨® a su madre entrar a verla. Pilar, mujer a la que los problemas hab¨ªan endurecido el car¨¢cter, se neg¨® por no parecerle apropiada para su hijo. Tras la negativa, Jacinto aprovech¨® el reestreno de la pel¨ªcula para poder verla. Fue en el Cine Iris de la calle Guzm¨¢n El Bueno, Una sala de verano dedicada a las sesiones dobles cercano al domicilio donde viv¨ªan arrendados los Molina.

El peque?o Jacinto intent¨® colarse en la sala, pero el acomodador le detuvo por tratarse de una pel¨ªcula no apta para menores. Algo de pena debi¨® de darle el muchacho pues al insistir un buen rato le dej¨® pasar. Se apagaron las luces y comenz¨® la proyecci¨®n de ¡®Frankenstein y el Hombre Lobo¡¯, un film producido en pleno declive art¨ªstico de los estudios Universal que, por aquel entonces, explotaban la popularidad de sus monstruos en secuelas de bajo presupuesto.

Jacinto qued¨® alucinado con el personaje al que daba vida Lon Chaney Jr. ¡°Fue una obsesi¨®n para m¨ª. Desde que vi aquella pel¨ªcula, me qued¨¦ fascinado con la figura del lic¨¢ntropo. Ya desde mis primeros escarceos en el cine me rondaba la mente hacer algo con este personaje¡±.

La estricta educaci¨®n recibida en el Colegio Alem¨¢n de Madrid y en los Escolapios, hab¨ªa hecho de Jacinto una persona disciplinada y volcada en la actividad deportiva. En la d¨¦cada de los cincuenta, el deporte ocupaba todo su tiempo libre. Empez¨® practicando gimnasia y boxeo. ¡°Por aquel entonces cre¨ªa que era buen p¨²gil porque hab¨ªa derrotado en un entrenamiento a un peso medio. Luego me enter¨¦ que el hombre estaba sonado y no ten¨ªa reflejos, ni nada¡±, lleg¨® a confesar en una entrevista. Sus primeros combates los gan¨® con facilidad, llegando a la final del Campeonato de Castilla en la categor¨ªa de peso pluma, pero su carrera box¨ªstica termin¨® cuando un legionario le provoc¨® una fisura en las costillas.

Fue la halterofilia la disciplina en la que destac¨®. A?os de preparaci¨®n con m¨¢s empe?o que t¨¦cnica le llevaron a la cima. ¡°En mi ¨¦poca la t¨¦cnica no contaba porque no la conoc¨ªamos muy bien. En gran parte fue la causa de mis lesiones. Me fi¨¦ de mis fuerzas casi exclusivamente¡±.

A pesar de ser un reconocido seguidor rojiblanco, Jacinto acab¨® en la secci¨®n de Pesas y Alteras del Real Madrid, una de las m¨¢s destacadas de la ¨¦poca, y all¨ª consigui¨® sus mayores logros. Fue hasta siete veces campe¨®n absoluto de Espa?a y tambi¨¦n entr¨® en la historia de la halterofilia de nuestro pa¨ªs al ser el primer peso ligero (67 kg) en levantar 295,5 kg. Toda una proeza conseguida el 7 de junio de 1959 en los torneos sociales del Real Madrid. Conoci¨® personalmente a Gento y Di St¨¦fano, y en el club blanco se code¨® con los mejores levantadores espa?oles de la ¨¦poca, que estaban dirigidos por el gran Manuel Conesa, pero una lesi¨®n provocada por aplastamiento de dos v¨¦rtebras le impidi¨® presentarse a los Juegos Ol¨ªmpicos de Roma. En 1961 tom¨® parte de los Campeonatos del Mundo de Viena, donde qued¨® sexto en el ranking europeo. Bati¨® 28 r¨¦cords de Espa?a y fue habitualmente convocado con la Selecci¨®n. Despu¨¦s, otra grave lesi¨®n, esta vez en la rodilla, lo retir¨® de la competici¨®n.

Cuando quiso volver al circuito, la Federaci¨®n no le acept¨® por considerarle demasiado mayor y le descartaron para participar en los Juegos de Tokio. ¡°El deporte me dio algo inestimable: la capacidad de aguante, la fe en lo que hago. Me hizo seguir adelante y perseverar. Aunque aquellas lesiones estuvieron a punto de dejarme lisiado de por vida¡±.

A pesar de todo, esa corpulenta figura le sirvi¨® para entrar en el mundo del cine, consiguiendo papeles como extra en dos superproducciones del director Nicholas Ray, ¡®Rey de Reyes¡¯ (1961) y ¡®55 d¨ªas en Pek¨ªn¡¯ (1963), ambas rodadas en territorio espa?ol.

En contra de la voluntad de Pilar, su madre, Jacinto dej¨® la carrera de Arquitectura para entrar como meritorio en el cine y gracias a su padre conoci¨® al director Pedro Lazaga, para el que empez¨® a trabajar como auxiliar de direcci¨®n. Fue entonces cuando escribi¨® el gui¨®n de la pel¨ªcula que inici¨® la d¨¦cada de oro del cine de terror en Espa?a, ¡®La marca del Hombre Lobo¡¯. Muchos fueron los productores que rechazaron su libreto: ¡°?Por qu¨¦ no te dedicas a hacer comedias?¡±, escuch¨® en cierta ocasi¨®n. Nadie en el negocio parec¨ªa interesado en una pel¨ªcula de vampiros y hombres lobo. ¡°Cuando menos lo esperaba, recib¨ª una llamada del director Enrique L¨®pez Eguiluz. Me dijo que dos productoras, una espa?ola y otra alemana, hab¨ªan le¨ªdo mi gui¨®n y estaban dispuestas a embarcarse en el proyecto del Hombre Lobo¡±.

Antes de poder comenzar el rodaje hubo que sortear varios problemas. En el gui¨®n original, un asturiano llamado Jos¨¦ Huidobro era v¨ªctima de la maldici¨®n tras ser mordido por un lobo humano. La historia se desarrollaba en Espa?a, pero la censura no quer¨ªa que el monstruo de la historia fuera espa?ol, y Molina tuvo que cambiar la nacionalidad del personaje. Deb¨ªa quedar muy claro que todo lo que ocurr¨ªa en la pel¨ªcula se desarrollaba en territorios lejanos. As¨ª naci¨® el m¨ªtico personaje creado por Molina, Waldemar Daninsky, un hombre atormentado y maldito que toma su nombre del levantador de peso polaco Waldemar Baszanowski.

Los productores alemanes no encontraban protagonista para la pel¨ªcula y la idea de llamar al veterano actor Lon Chaney result¨® descartada, pues el alcoholismo hab¨ªa hecho mella en la salud del norteamericano. Encontrar actores que pudieran asumir un papel tan exigente no fue f¨¢cil. Uno de los alemanes se?al¨® a Jacinto como posible protagonista ante la sorpresa del madrile?o, que en aquel momento no se consideraba preparado para la interpretaci¨®n y volcaba su inter¨¦s en la escritura de guiones. Aunque al principio fue reticente, el joven realiz¨® finalmente las pruebas y a falta de un mec¨¢nico dentista para las pr¨®tesis dentales utilizaron eventualmente unos trozos de patata a modo de afilados colmillos. Su casting les impresion¨® y comenzaron a rodar enseguida. La gran fortaleza de Molina aport¨® al personaje una agresividad nunca vista en otras pel¨ªculas.

An¨¦cdotas hubo muchas durante el rodaje. Una de ellas qued¨® registrada en una violenta secuencia del film. ¡°Recuerdo la escena en la que el Hombre Lobo, rabioso y ansioso de sangre fresca, penetraba en la casa de un guardabosques haciendo astillas la puerta. Los de efectos especiales, con un encomiable sentido del ahorro, en lugar de construir una jamba de madera de balsa, se limitaron a hacer unos cortes en un aut¨¦ntico port¨®n, recio y compacto. A la palabra ?acci¨®n!, me lanc¨¦ como un meteoro sobre la puerta y a poco me desvencijo yo tambi¨¦n¡±. El actor destroz¨® la puerta sintiendo en su cuerpo el terrible impacto de la madera.

Uno de los puntos fuertes de la pel¨ªcula fue el espectacular maquillaje elaborado por Jos¨¦ Luis Ruiz que necesitaba un total de 5 horas para cubrir el rostro de Jacinto, ya que pegaba pelo a pelo cada zona. ¡°Una madrugada estaba esperando caracterizado en el portal de la productora a que viniera el coche que me trasladaba a plat¨®. Escuch¨¦ unos pasos que se aproximaban y pens¨¦ que los de producci¨®n hab¨ªan llegado. Caracterizado de Hombre Lobo, sal¨ª a la calle y me top¨¦ con un obrero que marchaba al trabajo con su tartera. Sus ojos se desorbitaron, peg¨® un grito que reson¨® con mil ecos en la calle, tir¨® la bolsa al suelo y sali¨® arreando con tal energ¨ªa que los talones le golpearon el trasero¡±. Muestra inequ¨ªvoca del gran realismo del maquillaje.

Cuando acab¨® la filmaci¨®n, el actor tuvo que cambiar su nombre ante el inminente estreno de la pel¨ªcula en el extranjero. Eligi¨® el ex¨®tico seud¨®nimo de Paul Naschy, cuyo apellido le recordaba a un campe¨®n del Mundo de halterofilia llamado Imre Nagy. ¡®La marca del Hombre Lobo¡¯ fue todo un ¨¦xito en Espa?a recaudando 158.859,35 euros y siendo vista por m¨¢s de 800.000 espectadores. Con lo que origin¨® toda una saga, donde destacan t¨ªtulos como la exitosa ¡®La noche de Walpurgis¡¯ (1970), a¨²n m¨¢s taquillera que su antecesora con m¨¢s de 1.000.000 de espectadores, ¡®La bestia y la espada m¨¢gica¡¯ (1983) o ¡®El retorno del Hombre Lobo¡¯ (1980). Las dos ¨²ltimas fueron dirigidas con clase por el propio Jacinto Molina.

Naschy se invent¨® el cine de terror en Espa?a. Fue un creador incomprendido y despreciado frecuentemente por la critica espa?ola, pero la constancia de la que hizo gala durante toda su carrera obtuvo compensaci¨®n el d¨ªa en el que recibi¨® la medalla de Oro al M¨¦rito en las Bellas Artes.

Antes el actor hab¨ªa sido elogiado por Quentin Tarantino en el Festival de Sitges 96 y numerosos festivales internacionales lo hab¨ªan premiado en el crep¨²sculo de su carrera. El 30 de noviembre de 2009, un c¨¢ncer de pr¨®stata mal diagnosticado apag¨® su vida a los 75 a?os. Desde ese d¨ªa, cada luna llena, la leyenda del Hombre Lobo revive en el coraz¨®n de sus numerosos fans en todo el mundo.