Saracens, campe¨®n de Europa e Inglaterra, descendido por incumplir el l¨ªmite salarial
El equipo londinense acepta que no podr¨¢ hacer frente a los requisitos de la norma este a?o y sufrir¨¢ una segunda deducci¨®n de puntos que le condena al descenso.
London Saracens, el equipo de la ¨²ltima d¨¦cada en el rugby ingl¨¦s y europeo, tendr¨¢ que jugar en segunda la pr¨®xima temporada. No ser¨¢ por dem¨¦rito deportivo, sino por neglicencia administrativa. El pasado noviembre, un panel independiente de investigaci¨®n encontr¨® al club del norte de Londres culpable de incumplir el l¨ªmite salarial de la Premiership en las temporadas 2016/2017, 2017/2018 y 2018/2019. Se le impuso una multa de 5 millones de libras (algo m¨¢s de 5,8 millones de euros) y una deducci¨®n de 35 puntos en el presente curso que ya hac¨ªa peligrar su presencia en la m¨¢xima competici¨®n inglesa. Este viernes lleg¨® el golpe definitivo: tras no poder abordar una reducci¨®n en su masa salarial que les dejara por debajo del l¨ªmite este a?o, tendr¨¢n que afrontar otra reducci¨®n de 35 puntos y, por tanto, el descenso.
El caso ha provocado un se¨ªsmo en el rugby ingl¨¦s, con su competici¨®n estrella y el buque insignia de la misma manchados. Saracens, fundado en 1876, ha ganado cuatro de las ¨²ltimas cinco ligas (tiene cinco en total) y tres de las cuatro ¨²ltimas Champions. Lo ha hecho con un equipo plagado de estrellas, algunas procedentes de su cantera y otras fichadas a golpe de chequera, que cada a?o aumentaba su potencial bajo el paraguas de Nigel Wray.?
El hombre que ha permanecido m¨¢s tiempo, 24 a?os, al frente de un club de la Premiership, es tan responsable del ascenso a los cielos de los Sarries, a los que consigui¨® dotar de una comunidad leal con su traslado al Allianz Park de Hendon y convirti¨® en los principales suministrador de jugadores de la selecci¨®n inglesa (nueve en el la lista del ¨²ltimo Mundial), como de este entuerto, que deja una m¨¢cula dif¨ªcil de borrar en su legado y ha generado duras cr¨ªticas procedentes del resto de clubes de la competici¨®n.??
Y es que Wray, que ha renunciado a su puesto aunque seguir¨¢ participando en la administraci¨®n del club y brind¨¢ndole el apoyo financiero millonario que le ha llevado a la ¨¦lite, es el art¨ªfice de la pol¨ªtica salarial que ha provocado el castigo. La mec¨¢nica consist¨ªa en que el directivo invert¨ªa en negocios creados por algunos de sus jugadores, Owen Farrell o Maro Itoje entre ellos, como complemento a su salario. Y si ¨¦l defiende que lo hac¨ªa para ayudarles a tener una salida profesional una vez su vida deportiva terminara, el panel designado por la Premiership entiende esta pr¨¢ctica como un bonus no declarado. As¨ª, la masa salarial del equipo se habr¨ªa disparado en las temporadas citadas hasta 2 millones de libras por encima del tope, fijado en 7.
No es la primera vez que esta norma, de la que muchos equipos han discrepado p¨²blicamente, es incumplida. En 2007 un buen n¨²mero de equipos fueron investigados por infringirla y no se castig¨® a ninguno. En lugar de eso, se decidi¨® aumentar el list¨®n de 2,25 a 4 millones de libras. Y a?os despu¨¦s, en 2015, los propios Saracens y Bath llegaron a un acuerdo privado con la Premiership para zanjar una disputa simular.?
Al final ha sido la estructura londinense la que ha recibido un castigo ejemplarizante tras confirmarse lo que era un secreto a voces en los ¨²ltimos a?os, en los que el flujo de grandes nombres hacia los campeones, los Daly, Skelton, Liam Williams, etc, mientras su academia modelaba internacionales como Farrell, Itoje, Jamie George o Alex Goode, ha sido una constante.?
Neil Golding, sustituto de Wray al frente del club, ha pedido disculpas "por los errores cometidos" y ha prometido "nuevas medidas" para garantizar que en el futuro se gobernar¨¢ de acuerdo a las normas. El discurso ha cambiado mucho desde noviembre, cuando aseguraron que recurrir¨ªan la sanci¨®n. Meses despu¨¦s, han agachado las orejas y aceptado un descenso que podr¨ªan haber afrontado la pr¨®xima temporada, pues su infracci¨®n en este curso se castigar¨ªa en el siguiente. El objetivo, empezar desde ya la reconstrucci¨®n de la imagen del club: "Nuestro objetivo es recuperar la confianza y la credibilidad. La directiva debe aprender de sus errores para que el club vuelva m¨¢s fuerte".?