PREMIOS AS DEL DEPORTE 2018 | EDURNE PASABAN
¡°La sensaci¨®n de subir los ¨²ltimos diez metros antes de coronar era pura emoci¨®n¡±
Edurne Pasaban (Tolosa, 1973) se convirti¨® en 2010 en la primera mujer en conquistar los 14 ochomiles. As reconoce su Trayectoria en estos Premios de 2018.
?C¨®mo valora la concesi¨®n del Premio As Trayectoria a sus 45 a?os?
Me siento muy orgullosa de todo lo que he conseguido y de que se reconozca. Aunque premiar a alguien por su trayectoria a los 45 me parece bastante sorprendente, ya que continuar¨¦ con mis actividades en las monta?as, lo cierto es que hace much¨ªsima ilusi¨®n.
Se le distingue por convertirse en la primera mujer de la historia en alcanzar la cima de los 14 ochomiles.
El hecho de ser mujer y la primera, la pionera, me convierte un poco en un ejemplo. Nuestra trayectoria deportiva resulta m¨¢s corta por las obligaciones de casa, porque se nos pide que dejemos antes a lo que nos dedicamos para formar una familia. En mi caso he continuado con mis actividades pese a que he tenido un ni?o (Max). Puede valer como espejo para muchas mujeres, y me gustar¨ªa que el reconocimiento se entregara por ese aspecto. Ojal¨¢ sirva para que se mejoren las condiciones a las chicas a las que impiden regresar a sus clubes o a las que dificultan que practiquen su deporte tras ser madres.
?Es machista el alpinismo?
S¨ª, un mundo de hombres. De alguna manera la percepci¨®n cambia cuando asciendo los 14 ochomiles. Ya se miden mis logros independientemente del sexo. Siempre me he topado con t¨ªos que pon¨ªan pegas, que se empe?aban en que si yo hac¨ªa algo, ellos conseguir¨ªan m¨¢s. Te enfrentas a esas situaciones e intentas demostrar tu destreza.
?C¨®mo empez¨®?
En el Pa¨ªs Vasco siempre nos han inculcado la monta?a desde peque?os. A los 14 me apunt¨¦ en un club, el Oargi, y me encontr¨¦ gente que me quiso ense?ar y llevarme a los Alpes o a los Pirineos. En ese sentido fui superafortunada. Me aportaron preparaci¨®n y pasi¨®n. Nunca cre¨ª que llegar¨ªa hasta la cumbre de los 14 ochomiles, simplemente segu¨ª una evoluci¨®n. La vida me condujo al Himalaya en 1998, y all¨ª descubr¨ª que todo esto me encantaba y se me daba bien.
Sin embargo, un pleno desempe?o profesional en el monta?ismo parece muy complicado.
Si en 2001, cuando sub¨ª el Everest, me dicen que iba a transformar mi afici¨®n en mi profesi¨®n, habr¨ªa respondido: ¡®?Pero qu¨¦ me cuentas?¡¯. Se trata de un deporte minoritario, en el que no se llega lo suficiente a los medios de comunicaci¨®n. Es dif¨ªcil disponer de patrocinadores y m¨¢s vivir plenamente como profesional del alpinismo. Yo fui cabezona. En cuanto vi que ten¨ªa siete ochomiles, dese¨¦ completar los 14 y empec¨¦ a construir un proyecto apoyado en sponsors.
?Entendieron sus padres la decisi¨®n?
Al principio pensaban que lo consideraba simplemente como un pasatiempo. Que en vez de ir a las fiestas de los pueblos llevaba una vida sana. Cuando comenc¨¦ con las expediciones serias tampoco vislumbraba claro mi futuro. Estudi¨¦ ingenier¨ªa y trabajaba en la empresa familiar. Ni mi padre ni mi madre habr¨ªan escrito el libro vital como monta?era. Aunque respaldan todo lo que emprendo, me miran solamente como su hija.
?C¨®mo se mentaliza una persona para afrontar un ochomil, en el que arriesgar¨¢ su vida?
Yo visualizaba circunstancias en las que me pondr¨ªa en peligro. Son situaciones que te tocan y que hay que saber gestionar, como que fallezca un compa?ero o te atrape alguna desgracia. Ah¨ª entra nuestro instinto de supervivencia, que todos tenemos y sacamos en momentos de necesidad o extremos.
?Cuesta cambiar el chip del Himalaya al d¨ªa a d¨ªa?
S¨ª. Y algo que puedo confirmar es que no debes viajar a las monta?as con problemas a rastras. En la soledad no paras de dar vueltas a los l¨ªos de pareja o a cualquier otro inconveniente. Y el regreso a la rutina tambi¨¦n supone un shock. Sufr¨ª bastante cuando mis amigas se casaron y tuvieron hijos. No sab¨ªa qu¨¦ hac¨ªa, o si hac¨ªa lo correcto. Afortunadamente lo super¨¦ y aprend¨ª a aceptar mi condici¨®n de deportista, que aplazar¨ªa la maternidad y una vida m¨¢s normal.
?Aspirar¨ªa a los 14 ochomiles como madre?
No. Ni los habr¨ªa terminado si hubiera nacido en esa ¨¦poca mi hijo. No tiene nada que ver, es alucinante lo que te transforma y el cuidado que pones a cualquier tema. Las prioridades se reducen a su bienestar en gran medida. A los alpinistas muchas veces nos acusan de ego¨ªstas, nos marchamos durante meses a expediciones y dejamos de lado bastantes aspectos. Con un ni?o compruebas que hay cosas compatibles y otras que no.
?Qu¨¦ es lo mejor y lo peor que le ha ofrecido el monta?ismo?
Toda la buena gente que he conocido, los pa¨ªses, las culturas o lo que englob¨® el reto de los 14 ochomiles en s¨ª. Por ejemplo, lo pas¨¦ genial en el Cho Oyu. Me rode¨¦ de buenos colegas y la ascensi¨®n casi result¨® hasta f¨¢cil, si se permite esa expresi¨®n en el Himalaya. Aunque nada comparable a la sensaci¨®n de subir los ¨²ltimos diez metros, esa pura emoci¨®n antes de coronar cada cumbre. ?Malo? Esa manera en la que te encuentras como perdido que comentaba, en la que tus amigos disfrutan de una rutina y t¨² te debes a un deporte y unas exigencias que son excluyentes. Tampoco me olvido del K2 y de las congelaciones y las penurias que padec¨ª all¨ª.
?Le queda alguna espina?
S¨ª, hollar el Everest sin ox¨ªgeno. Me gustar¨ªa volver. En 2011 no fue posible. Ojal¨¢ se me brinde esa oportunidad en el futuro, pero ya veremos.