Beamon: "Aquel d¨ªa pas¨® todo a mi favor y eso no se olvida"

El estadounidense Bob Beamon reconoci¨® hoy que el r¨¦cord mundial de 8,90 metros con el que gan¨® el salto de longitud en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico 1968 sucedi¨® gracias a un momento en el que todo se aline¨® a su favor y "eso es imposible de olvidar". "Todo sucedi¨® en aquel estadio, todo perfecto en ese momento. Es el r¨¦cord ol¨ªmpico m¨¢s viejo de la historia (el r¨¦cord mundial lo tiene el estadounidense Mike Powell con 8,95 desde 1991), ya lleva 50 a?os y estoy orgulloso por eso", dijo Beamon en entrevista a Efe.

El 18 de octubre de 1968, a las 15:45 horas, Beamon tom¨® la carrera de impulso en el Estadio Ol¨ªmpico de M¨¦xico. Vestido con camiseta azul y short blanco y marcado con el n¨²mero 254 mir¨® al horizonte, inici¨® la aproximaci¨®n y aprovech¨® la velocidad del viento, dos metros por segundo (justo al l¨ªmite para la homologaci¨®n), para mejorar la plusmarca mundial de salto de longitud por 55 cent¨ªmetros. Los jueces no estaban preparados para medir un salto tan largo y tuvieron que buscar una cinta, lo cual demor¨® la ratificaci¨®n del registro, que dur¨® como r¨¦cord mundial hasta el 30 de agosto de 1991 cuando el estadounidense Mike Powwel hizo 8,95 en los Mundiales de Atletismo de Tokio'91.

"Son dos cosas diferentes. Powell fue un gran atleta, pero una cosa es romper un r¨¦cord mundial y otra diferente hacerlo para ganar medalla de oro en unos Juegos Ol¨ªmpicos", dijo. Vestido de manera elegante con un saco oscuro, Beamon regres¨® ayer al Estadio Universitario para estar en la celebraci¨®n del inicio de los Juegos Ol¨ªmpicos que reuni¨® a m¨¢s de una decena de los h¨¦roes deportivos de la justa de hace 50 a?os.

"M¨¦xico es mi casa, amo a M¨¦xico, es un hermoso sentimiento regresar", repiti¨® de manera amable. "Fue una sorpresa hasta para mi, yo ven¨ªa por la medalla de oro. No se me ocurri¨® que iba a hacer un r¨¦cord as¨ª. Es algo que nadie puede explicar, ni es necesario hacerlo. Sucedi¨® y punto", dijo.

Aunque de buen ¨¢nimo, Beamon eludi¨® referirse a las horas previas a la actuaci¨®n de su vida. Seg¨²n confes¨® a?os despu¨¦s, la noche antes hizo el amor en la villa ol¨ªmpica. Al escuchar una interrogante sobre el tema dibuj¨® una sonrisa en su rostro, hizo un amago de baile con un medio pasillo y se limit¨® a decir que todo lo sucedido aquella noche fue maravilloso.

"Todo fue lo mejor para dejarme listo para el gran d¨ªa, el de la final". Antes de ganar el oro ol¨ªmpico con su marca, denominada entonces "el salto del siglo", Beamon fue un buen saltador a secas. Incluso en la semifinal en M¨¦xico se clasific¨® a ¨²ltima hora luego de dos intentos nulos, pero en la final marc¨® un antes y un despu¨¦s en la historia del salto de longitud.

Seg¨²n Beamon en ese instante sucedi¨® todo a su favor. El viento sopl¨® todo lo fuerte posible, en el l¨ªmite de lo permitido porque si hubiera tenido una velocidad de 2,1 no hubieran considerado el salto como r¨¦cord mundial y ol¨ªmpico. "Hasta Dios estuvo conmigo aquel d¨ªa. Minutos despu¨¦s del r¨¦cord comenz¨® una lluvia. Revivir todo eso ahora causa muchas emociones; no s¨¦ si voy a llorar en estos d¨ªas, pero s¨ª estoy conmovido en este viaje a M¨¦xico", agreg¨®.

Adem¨¢s de Beamon est¨¢n en M¨¦xico para las celebraciones de los Juegos otras figuras de hace 50 a?os como su compatriota Dick Fosbury, campe¨®n ol¨ªmpico de salto de altura, el keniano Keino Kipchogue, oro en 1.500 metros, y figuras de otros deportes como los campeones de nataci¨®n estadounidenses Bebbie Meyer y Michael Burton y el australiano Michael Wenden. "Ya son 50 a?os y seguimos por aqu¨ª. Esto es maravilloso", concluy¨® Beamon, de 72 a?os, quien regresar¨¢ el martes a su pa¨ªs.