La Europa de Rahm y Sergio conquista la Ryder Cup en Par¨ªs
El equipo de Thomas Bjorn se impuso a Estados Unidos con Sergio Garc¨ªa y Jon Rahm en plan estelar. Molinari dio el punto decisivo.
Europa tiene la Ryder Cup. La gan¨® en la Batalla de Versalles. Un enfrentamiento en el que se impuso el esp¨ªritu de equipo alimentado por el capit¨¢n Thomas Bjorn frente al All Star estadounidense de Jim Furyk. El Viejo Continente atac¨® desde el sur con Rahm, Sergio Garc¨ªa, Molinari... y por el norte con Olesen, Stenson, Poulter... Cada uno de los 12 jugadores sumaron al menos un punto. Una victoria que contin¨²a diciendo a los americanos que la Ryder cuando viaja a Europa no se va. Desde 1993, Estados Unidos no se la ha llevado, y eso que en Le Golf National de Par¨ªs lo intentaron con todo¡
Furyk plante¨® tensar la batalla de inicio, colocando a sus golfistas m¨¢s brillantes. Y el plan del capit¨¢n USA funcion¨®, porque Thomas derrumb¨® a McIlroy en el 18, ahogado en un b¨²nker, Webb Simpson desgast¨® hasta eliminar a Rose (3 y 2) y Finau arroll¨® a Tommy Fleetwood (6 y 4), hu¨¦rfano y desubicado sin su pareja Molinari. Koepka ara?¨® un empate a Casey y para EE UU dej¨® de llover. Del 10-6 inicial, se hab¨ªan colocado en 10,5-9,5.
Pero Bjorn tambi¨¦n sabe bastante de estrategia¡ El dan¨¦s guard¨® para los partidos centrales a sus hombres de confianza. Uno de sus protegidos, Thorbjorn Olesen fue el que le dio la mayor alegr¨ªa. Este debutante en la Ryder hizo aguas el primer d¨ªa, la primera ma?ana, y con todo su pesar, Bjorn lo sent¨® en el banco hasta este domingo. All¨ª, con tiempo para reflexionar y con ganas de hacer feliz a su padrino, Olesen dio el primer punto de justicia para Europa con una exhibici¨®n, mejorada por la calidad del rival: Jordan Spieth. El n¨®rdico aniquil¨® al texano en el 14, con 5 y 4. Un subid¨®n para Europa. 11,5-9,5. Quedaban tres puntos.
El siguiente partido por definir era un choque estelar, un chaval de Barrika contra el t¨®tem del golf. Jon Rahm, frente a Tiger Woods. Fue un duelo sin tregua, en el que el vasco, novato, comenz¨® domando al Tigre, pero este ara?¨® hasta igualar el choque en el 12. Un hoyo despu¨¦s lleg¨® el ataque de Rahmbo, un maestro de los momentos calientes pese a sus 23 a?os, y en el 17 sentenci¨® con una explosi¨®n al borde del llanto. Rahm se liberaba de la tensi¨®n acumulada por haber fallado los dos primeros d¨ªas, en los que encontr¨® en el consuelo de Olaz¨¢bal. Ganaba su primer punto de Ryder en el mejor escenario posible, ante Tiger, que s¨®lo hab¨ªa perdido un partido individual en su vida (en 1997 y se fue de la Ryder in¨¦dito. El asunto se pon¨ªa 12,5-9,5. Quedaban dos puntos.
Si Rahm y Olesen eran novatos, Ian Poulter es el icono europeo de la Ryder. Y se encarg¨® de dar sentencia ni m¨¢s ni menos que al n¨²mero uno del mundo, Dustin Johnson. En el hoyo 18, con un hierrazo del ingl¨¦s y un fallo de DJ, se pon¨ªa el marcador 13,5-9,5. Quedaba un punto. Pero no hizo falta ganarlo.
El esp¨ªritu de equipo se impuso, porque Sergio Garc¨ªa y Francesco Molinari, casi de forma paralela, dejaban dormie (empate m¨ªnimo) su partido y las cuentas para llegar a los 14,5 puntos sal¨ªan matem¨¢ticas. Medio del de Borriol y medio del turin¨¦s, que sobre el papel rubric¨® el ¨¦xito. Ese putt que queda como instante de la gloria. Molinari lo mereci¨®, porque ha sido el hombre de la Ryder. El que ha ganado cinco puntos de cinco. Si Fleetwood ech¨® de menos separarse de ¨¦l, Francesco es un tipo m¨¢s fr¨ªo y gan¨® sin reparos Mickelson. Pese a su car¨¢cter tranquilo, estall¨® de emoci¨®n. "?Moli, Molinari... Moli Molinari...!", gritaba de emoci¨®n el p¨²blico, con Rahm de excepcional animador.?
Stenson sum¨® el 15,5 y Sergio Garc¨ªa lleg¨® al 16,5, convirti¨¦ndose en leyenda, en el jugador de la historia de la Ryder con m¨¢s puntos (25,5), superando a Faldo. Llor¨® en el green del 17. No vivi¨® un buen a?o, pero todo est¨¢ arreglado, en su competici¨®n favorita en la que ha sacado tres puntos de cuatro. Casi una hora despu¨¦s, Noren remat¨® el 17,5-10,5. Todos se abalanzaron sobre el sueco como locos. La Ryder Cup es emoci¨®n, nervios a flor de piel... y Europa la ha ganado.