El largo y sinuoso camino de Corey Davis hacia la NFL

El com¨²n de los jugadores que salen elegidos muy alto en el Draft de la NFL tiene un f¨ªsico espectacular que le ha hecho destacar desde muy jovencito. Si nos fijamos, la mayor¨ªa de ellos ya era considerado un fen¨®meno en el instituto y lo mismo en la universidad. De hecho, en un porcentaje abrumador han jugado en escuelas de las muy renombradas, de gran tama?o, seguimiento y tradici¨®n. Si nos vamos a los chicos que juegan en los llamados puestos de habilidad la diferencia es a¨²n mayor.

Es por eso que la historia de Corey Davis es tan sorprendente. Este wide receiver de la universidad de Western Michigan no tuvo ni una sola oferta de grandes universidades y tuvo que jugar para esta peque?a escuela de la conferencia MAC. S¨®lo un receptor en la historia ha salido de esta conferencia y ha sido elegido en el Draft de la NFL. Se trata de Randy Moss y, claro, hay que subrayar que lleg¨® a ella siendo expulsado de otros programas de gigantesco tama?o debido a sus problemas con las drogas.

El camino de Davis hacia la NFL ha sido muy sinuoso y, a¨²n as¨ª, las posibilidades de que sea el primer receptor escogido el jueves que viene, en dura pugna con Mike Williams (Clemson, campe¨®n nacional de la NCAA), son muy altas.

Corey es el segundo de siete hermanos. Naci¨® en Chicago en el seno de una familia muy pobre en la que hab¨ªa muchos problemas. De los muy serios: hambre y violencia. No estamos hablando aqu¨ª de peque?as historias sino de un drama continuado. Odiaba el colegio. Odiaba las clases. Odiaba su vida.

Se le cruz¨® en el camino alguien que le iba a cambiar el destino. Ryan Graham se volvi¨® su mejor amigo. Era un quarterback del equipo del instituto que, adem¨¢s, era hijo de Dan Graham, entrenador del mismo equipo. Le convencieron para que se uniera a ellos y, poco a poco, fue moldeando su vida entorno a esa familia. Acabaron adopt¨¢ndolo legalmente, aunque eso no hizo que perdiera el contacto con sus padres naturales, o con su hermano Titus Davis, que lleva un par de a?os por los equipos de pr¨¢cticas de la NFL.

Gracias a esa relaci¨®n, y gracias a centrarse en el football, en Western Michigan le dieron una oportunidad. Los contactos de Dan Graham le metieron en la universidad. Pero, desde entonces, es todo el trabajo de Corey Davis el que le ha convertido en lo que es. No s¨®lo en el campo, sino que fuera de ¨¦l se ha convertido en un buen estudiante que se esfuerza por su futuro cuando se le acabe la gasolina f¨ªsica.

De hecho, cuando le preguntan por su sue?o aparece la NFL en la respuesta, por supuesto, pero por detr¨¢s de tener una familia, de tener hijos, de vivir una vida tranquila.

Corey Davis parti¨® de la nada y fue construy¨¦ndose a s¨ª mismo. Ahora es un corredor de rutas incre¨ªble, una m¨¢quina de evitar drops, un receptor con capacidad para jugar en las tres posiciones del campo, un enamorado de los entrenamientos y de la mejor¨ªa. Nadie pod¨ªa pensarlo hace cuatro a?os, cuando ninguna universidad se fij¨® en ¨¦l, pero va a acabar siendo una primera ronda del draft de la NFL.