San Francisco Giants renuncian a perder gracias a la ¨¦pica
La incre¨ªble capacidad de los californianos, que han ganado los ¨²ltimos diez encuentros que estaban al borde de la eliminaci¨®n, es digna de estudio.
Los playoffs de la Major League Baseball ofrecen una monta?a rusa de sensaciones, una que se acrecienta por el hecho de jugar pr¨¢cticamente todos los d¨ªas y con una cantidad de capas dentro de un mismo encuentro, que se incrementa casi a nivel exponencial si lo consideras en relaci¨®n con una serie, sea al mejor de cinco o siete partidos.
Hace bien poco hablaba con un compa?ero en la redacci¨®n sobre lo much¨ªsimo que le gustaba el formato de Wild Card, que parece que fue ayer y, en realidad, tampoco hace tanto tiempo, por esa urgencia de ganar s¨ª o s¨ª para seguir vivos un d¨ªa m¨¢s. Aunque estoy de acuerdo con ese componente emotivo, que es extraordinario y le da otro punto a la mejor ¨¦poca de postemporada de los cuatro grandes deportes norteamericanos, el formato serie me sigue encantando con todos sus matices.
Y como todo buen partido eliminatorio que se precie, el formato serie y la urgencia de ganar se uni¨® para ofrecernos un encuentro sin igual que perdurar¨¢ por siempre y para siempre, porque lo que se pudo ver durante la noche, madrugada, ma?ana o lo que sea en las ¨²ltimas horas ha sido algo extraordinario, con toda y cada una de las letras que compone esa palabra.
No se puede entender de otra manera despu¨¦s de lo visto en el legendario tercer encuentro de las Series de Divisi¨®n entre San Francisco Giants y Chicago Cubs en el AT&T Park. Es as¨ª de claro.
Si ten¨¦is la posibilidad de verlo, os animo a hacerlo, a pesar de las premuras con el calendario que se nos echa encima hoy mismo con los cuartos encuentros de esta misma serie y la de los Dodgers y Nationals. Tiempo tendremos para reposarlo y valorarlo.
Partiendo de la base del maravilloso duelo que enfrentaba a Madison ¡°invencible en octubre¡± Bumgarner contra Jake Arrieta, el partido no desenton¨® porque se trata de dos equipos que est¨¢n muy bien plantados y dirigidos desde los banquillos y no nos pueden decepcionar en ese sentido.
Sin embargo, lo que parec¨ªa imposible, que Bumgarner no estuviera tan inabordable como de costumbre, ocurri¨® y ah¨ª estaba Jake Arrieta para lograr un home run de tres carreras contra el tipo en el que todos pensamos como el mejor pegador en su puesto, sin olvidar que Jake tambi¨¦n se defiende de maravilla.
Aun as¨ª, ¡®Mad Bum¡¯ estuvo rocoso como se espera de ¨¦l, aunque no estuviera a su mejor nivel, y maniat¨® a unos Cubs que m¨¢s all¨¢ de los pitchers y Kris Bryant (un poco m¨¢s sobre ¨¦l m¨¢s adelante), logrando que el partido permaneciera en un pa?uelo.
Despu¨¦s de anotar en un par de entradas consecutivas contra Arrieta, los Giants ten¨ªan un desaf¨ªo incluso mayor contra un bullpen al que no hab¨ªa conseguido hincar el diente en todo el 2016. Cuando vas perdiendo por 3-2 al inicio de la octava entrada, no parece el panorama m¨¢s halag¨¹e?o, ?verdad?
Pero lleg¨® la octava entrada, y despu¨¦s de quemar un par de relevos que concedieron un par de corredores, Joe Maddon apost¨® a todo o nada con Aroldis Chapman para conseguir los ¨²ltimos seis outs, algo que se exige en octubre y lo estamos viendo con frecuencia (v¨¦ase Andrew Miller, Cody Allen, Roberto Osuna y dem¨¢s).
No pod¨ªa ser de otra manera. El h¨¦roe del partido de Wild Card, Conor Gillaspie logr¨® un triple, el primero que conced¨ªa en su carrera Chapman contra un bateador de su mismo perfil que empezaba a cambiar la marea del partido¡ una vez m¨¢s. El relevo del cubano no fue bueno, pudi¨¦ndose argumentar que hubiera sido mejor utilizar esa carta desde el inicio de la octava en lugar de quemar a Wood y a Rond¨®n. Octubre no perdona.
Con San Francisco ya por delante y con recuerdos de lo ocurrido en pasados octubres, Sergio Romo sali¨® a proteger la ventaja para (oh, sorpresa) las dos ¨²ltimas entradas. ?Dicho y hecho? Va a ser que Kris Bryant ten¨ªa otra idea en la cabeza, con un home run que lo es en esa parte del campo¡ y no en otros estadios.
En el cl¨¢sico juego de eliminaci¨®n, los Giants demostraron una resistencia a prueba de bombas gracias al doble de la victoria de Joe Panik en la decimotercera entrada.
Ya se les ha bautizado como las cucarachas del b¨¦isbol. Ese apodo no es descalificativo, sino todo lo contrario. A pesar de que las cucarachas son unos bichos asquerosos, su persistencia a la hora de vivir es muy similar a estos Giants que han ganado los ¨²ltimos diez partidos en los que el equipo ha estado a punto de la eliminaci¨®n.
Lo que nadie puede dudar es que el mojo y la ilusi¨®n de los Giants est¨¢ por las nubes. Esto es muy habitual en la naturaleza humana y esa adrenalina fluye como un torrente por las venas de todos los involucrados con San Francisco, m¨¢s despu¨¦s de haber ganado de esa manera.
No obstante, antes de animarnos en exceso de cara al quinto partido hay que pensar en lo que puede ocurrir en el cuarto, que tambi¨¦n hay que ganarlo. Matt Moore (6-5, 4.08) intentar¨¢ contener a un turno que tiene el segundo mejor OPS contra los zurdos contra un veterano de mil batallas como John Lackey (11-8, 3.35). Eso s¨ª, los Cubs deben empezar a producir en masa y no depender casi exclusivamente de lo que haga Bryant y los pitchers bateando, que es un riesgo inmenso.
Tenemos una serie completamente nueva tras la victoria de San Francisco. S¨®lo nos queda comprobar si esa incre¨ªble capacidad para renunciar al triunfo va a ser suficiente para superar a los Chicago Cubs. Tiempo al tiempo.
Como dice Steve Perry, que lo saben bien por San Francisco, no hay que dejar de creer y hasta el eliminado n¨²mero 27, hay que seguir peleando.