La retirada de Megatron dejar¨¢ huerfanos a los Lions
El receptor de Detroit Calvin Johnson habr¨ªa dicho a sus m¨¢s cercanos, seg¨²n la ESPN, que tiene pensado dejar la pr¨¢ctica profesional del football.
Calvin Johnson, el receptor de los Detroit Lions que conocemos como Megatron, ha confesado a sus ¨ªntimos que tiene pensado retirarse y no volver a jugar en la NFL. As¨ª lo ha publicado la ESPN que, adem¨¢s, a?ade que si el jugador no lo ha hecho p¨²blico a¨²n es por respeto a su entrenador, Jim Caldwell. ?ste le habr¨ªa pedido que no tomase la decisi¨®n nada m¨¢s acabar la temporada, que dejase su cabeza descansar y que lo meditase el tiempo que fuera necesario. Megatron, tan profesional y respetuoso como durante toda su carrera, le ha hecho caso. Pero parece que la decisi¨®n est¨¢ tomada y que no piensa dar marcha atr¨¢s.
Es una enorme l¨¢stima para todos los aficionados de la NFL, pero es devastadora para los Detroit Lions. Calvin Johnson deja hu¨¦rfana a su franquicia con su marcha, de la que es la m¨¢xima estrella sin asomo de duda, sin permitir ni una micra de debate. Envueltos como est¨¢n en una reconstrucci¨®n de los despachos y las formas de hacer, con la propietario Martha Ford tomando las riendas y prometiendo mucha m¨¢s agresividad a sus seguidores, la ausencia de la imagen del equipo se notar¨¢ a¨²n m¨¢s.
Megatron a¨²n tiene 30 a?os, que es una edad que no grita retirada, pero ha tenido una carrera plena, larga y llena de golpes. Su enorme estatura le ha abocado a ello. Y ser el receptor principal de un mal equipo, de un mal ataque, m¨¢s a¨²n. En sus nueve temporadas como profesional apenas si se ha perdido nueve partidos.
Sus n¨²meros son de los que marean. Agarraos, que vienen curvas, y coged la bolsita azul que daban en los autobuses hace a?os: r¨¦cord de yardas de recepci¨®n en una sola temporada, con 1.964 en el a?o 2012, m¨¢s partidos de m¨¢s de doscientas yardas en la historia con cinco, receptor que m¨¢s r¨¢pido ha llegado a las 10.000 yardas, uno de los dos receptores (con Antonio Brown) que ha sumado 5.000 yardas en un periodo de tres a?os, el segundo partido individual con m¨¢s yardas de la historia con 329, tres veces All Pro, seis elecciones para la Pro Bowl y dos temporadas l¨ªder de yardas en la NFL.
Respiremos, hermanos.
El motivo de su marcha puede deberse a su hartazgo por perder, por dejarse la piel y el f¨ªsico y no rozar si quiera la grandeza de este deporte, el meterse en los playoffs salvo en dos a?os contados y no oler ni de lejos una Super Bowl o un anillo. De hecho, no ser aspirante de verdad nunca. Tambi¨¦n el hecho de que, insisto, est¨¢ muy castigado f¨ªsicamente y eso se ha notado, sobre todo, esta campa?a. Pero tampoco es descartable que, como otros veteranos han hecho otras veces, decida 'retirarse' unos meses y en verano volver a sentir el gusanillo del football para enorlarse pasados los training camps, las OTAs e, incluso, la pretemporada, que es algo muy pesado para los que llevan mucho tiempo en este negocio.
En su carrera ha ganado 114 millones de d¨®lares, siendo como fue uno de los ¨²ltimos exponentes de los contratos gigantescos de rookies anteriores al pasado convenio colectivo. Siendo el n¨²mero dos de su draft, el del a?o 2007, ya se asegur¨® 38 millones de d¨®lares. En su actual contrato, si se confirma la retirada, dejar¨¢ de cobrar unos 20 millones de d¨®lares, aunque habr¨ªa que ver si, debido a esa cantidad, no le hubiesen reestructurado el contrato o, m¨¢s a¨²n, no le hubiesen cortado, pues es un n¨²mero elevad¨ªsimo para alguien de us actual producci¨®n y con el equipo en el estado de reconstrucci¨®n en el que est¨¢.
Su retirada recuerda a la de otro mito de los Detroit Lions. Como Johnson, Sanders ten¨ªa treinta a?os y era el mejor jugador en un equipo p¨¦simo. Es m¨¢s, para muchos era el mejor jugador de la liga en su era y uno de los mejores corredores de la historias, sino el mejor.
Quien m¨¢s va a llorar su marcha es Matthew Stafford. El QB siempre encontr¨®, a lo largo de su carrera profesional, en Megatron a su receptor favorito. Por supuesto, eso no es decir nada. Lo ser¨ªa de cualquier pasador que tuviera ese lujo en campo abierto. Pero durante a?os ha sido una dependencia brutal de ¨¦l, y a vivir sin ella ha de acostumbrarse.
De hecho, es probable que a partir de ahora podamos valorar en su justa medida a Stafford. No est¨¢ de m¨¢s se?alar que, por ejemplo en 2014, en los partidos en los que falt¨® Johnson se vi¨® al ataque de los Lions con m¨¢s agilidad, con m¨¢s variedad y con un Stafford m¨¢s suelto. El hecho de no verse obligado, obligado por s¨ª mismo en este caso, a mirar siempre a su faro le hizo descubrir un mundo diferente de receptores, tight ends y corredores. A eso han de agarrarse en Detroit de cara al futuro: en esos tres partidos seguidos en los que no estuvo Megatron ganaron y jugaron bien.
Pero no hay que enga?arse: la ausencia de un talento tan enorme es crucial. Calvin Johnson nos ha dejado algunas de las mejores jugadas de su generaci¨®n. Incluso nos dej¨® el inicio de la pol¨¦mica sobre qu¨¦ es una recepci¨®n y qu¨¦ no con aquel bal¨®n que solt¨® en la end zone de los Chicago Bears y le cost¨® el partido a su equipo:
Un receptor hist¨®rico sobre el que ahora comenzar¨¢ el debate de si merece entrar en el Hall of Fame o no. Realmente es un asunto que se me escapa y sobre el que no puedo poner muchos argumentos sobre la mesa pues muchos en su puesto a¨²n merecen ser incluidos en el gran museo de este deporte y, am¨¦n de su espectacular f¨ªsico y rendimiento individual, nunca fue un factor determinante en un equipo ya no campe¨®n sino ni siquiera aspirante. Pero lo que es innegable, lo que es irrefutable, es que los que le hemos visto jugar no le olvidaremos. Y con eso deber¨ªa bastar para resumir la carrera de un deportista. En este caso la del gran, la del inmenso Calvin Johnson, Megatron.