Lleg¨® la hora de darle apoyo a Peyton Manning
El QB de Broncos est¨¢ en el declive de su carrera, pero buena parte de sus yerros se deben a la ausencia de un real respaldo del ataque terrestre.
El duelo entre Pittsburgh y Denver luce tan desequilibrado a causa de las lesiones, que los cr¨ªticos de Peyton Manning no han tenido o sentido en los ¨²ltimos d¨ªas la necesidad de culpar al pasador de lo malo que pudiera sucederle a los Broncos ante los Acereros.
Es claro que las aptitudes f¨ªsicas de Manning van en declive y su actitud competitiva lo ha llevado a cometer varios errores con los que varios aficionados le han dado la espalda, pero muchos de estos yerros tambi¨¦n son consecuencia de la ausencia de balance en el ataque de Denver.
La ausencia de un eficiente desempe?o terrestre ha sido clave en la irregularidad ofensiva de los Broncos en la actual temporada y para evitar que Manning se sienta obligado a lanzar y fuerce las acciones, Ronnie Hillman, C.J. Anderson y la l¨ªnea ofensiva deben mejorar notablemente en el duelo ante los Acereros.
Con un promedio de 107.4 yardas terrestres por juego (17 en la NFL) y la capacidad de Hillman y Anderson, los Broncos tienen un buen margen para mejorar y darle equilibrio a su ofensiva.
En el ¨²ltimo duelo de la campa?a regular, ante San Diego, la presencia de Manning al mando del ataque en la segunda mitad de ese partido demostr¨® c¨®mo la figura del pasador influye en la mente de las defensas rivales pese a no tener el nivel de a?os pasados.
Los Broncos son un equipo bien equilibrado en primeras oportunidades (downs). Lo mismo pueden correr que lanzar (228 acarreos y 231 pases en este down en temporada regular), pero apoyarse m¨¢s en el ataque terrestre quiz¨¢ no sea mala idea para evitar dos situaciones que pongan en riesgo su plan de juego ofensivo.
Darle m¨¢s el bal¨®n a Hillman y Anderson en primeras oportunidades evitar¨ªa, en primera instancia, que la defensiva de los Acereros vaya a la caza de Manning con frecuencia y a que la ofensiva de Denver se convierta en lo predecible que en realidad es en situaciones de tercera oportunidad.
El equilibrio que tienen los Broncos en primer down se pierde cuando llegan las conversiones de tercer down, situaci¨®n en la que Denver emple¨® 171 jugadas por pase por s¨®lo 31 por tierra en campa?a regular.
El h¨¢bito o necesidad de lanzar en tercera oportunidad pone en riesgo a Manning de ser presionado y por ende, de sufrir una intercepci¨®n por sentirse obligado a lanzar el ovoide.
La defensiva de los Acereros dar¨¢ batalla y con mayor raz¨®n ante las posibles ausencias o bajas de juego por lesi¨®n de Ben Roethlisberger (hombro) y Antonio Brown (conmoci¨®n) al ataque.
Pero es responsabilidad del coach Gary Kubiak darle m¨¢s equilibrio a la ofensiva de los Broncos para darle a Manning la tranquilidad que necesita para conducirla sin contratiempos y m¨¢s importante, para entrar en ritmo de Playoffs y devolverle a sus aficionados una buena dosis de confianza y quitarles de la mente la idea de que un cambio de quarterbacks en plena postemporada es lo mejor para su equipo.