Una Wildcard llamada Jamal Murray
El base de los Nuggets ha estado muy lejos de su mejor versi¨®n en el inicio de los Juegos. Pero Jordi Fern¨¢ndez y Canad¨¢ conf¨ªan ciegamente en ¨¦l.
Canad¨¢ ha hecho los deberes en la fase de grupos de sus primeros Juegos Ol¨ªmpicos desde Sidney 2000. Est¨¢ dando los pasos necesarios para dar continuidad a su hist¨®rico bronce en el Mundial del a?o pasado y para ganar su segunda medalla ol¨ªmpica, la primera desde aquella prehist¨®rica plata de Berl¨ªn 1936, la edici¨®n en la que se estren¨® el baloncesto en unos Juegos. En el grupo de la muerte, el que llega a la ¨²ltima jornada con la Grecia de Giannis Antetokounmpo (nada menos) como escal¨®n m¨¢s d¨¦bil, la selecci¨®n que entrena Jordi Fern¨¢ndez, el estratega de Badalona que despu¨¦s de esta cita se pondr¨¢ a los mandos de Brooklyn Nets, en la NBA, asegur¨® el billete para cuartos con sus victorias contra Grecia y Australia. Jugar¨¢ contra Espa?a sin dramas, pero con la voluntad de ser primera, y a ser posible una de las dos mejores primeras. El objetivo es, claro, evitar a Estados Unidos hasta una hipot¨¦tica final. Quitar al vecino de su lado del cuadro. Necesita ganar para no pensar en la diferencia de puntos o en lo que pase en el Australia-Grecia. A partir de ah¨ª, tendr¨ªa que medir sus averages en la guerra de primeros con el que se lleve el Francia-Alemania del grupo B.
Lo m¨¢s temible de esta Canad¨¢ temible es que todav¨ªa no se ha visto su versi¨®n plena, la mejor. Shai Gilgeous-Alexander, su incuestionable jugador franquicia (dos a?os seguidos all-star e integrante del Mejor Quinteto en la NBA, segundo en la ¨²ltima votaci¨®n por el MVP), cabalga sobre la plateada estela de su inagotable talento, pero en dos partidos ha apilado ¡®solo¡¯ 37 puntos, cifra a la que lleg¨®, como m¨ªnimo, en doce partidos de la ¨²ltima regular season. Dillon Brooks y Lu Dort han vuelto a demostrar que son un demoledor t¨¢ndem defensivo, pero solo contra Australia jugaron con disciplina y control. En el arranque contra Grecia les cost¨® leer el criterio arbitral y se cargaron de faltas. R.J. Barrett, con una facilidad plausible para adaptarse al juego FIBA, ha sido la mejor noticia de un equipo que es extraordinario y que puede jugar, ojo con eso, mucho mejor que hasta ahora. Entre otras cosas porque esconde una wildcard que puede ser definitiva: Jamal Murray.
Esta es, b¨¢sicamente la Canad¨¢ del pasado Mundial, donde presumi¨® de su radiante presente con un bronce que la convirti¨®, autom¨¢ticamente, en una de las favoritas a medalla en estos Juegos. Es un equipo que, seguramente, ser¨¢ todav¨ªa mejor en el futuro (espera a Bennedict Mathurin, Shaedon Sharpe, Zach Edey¡); Y que del Mundial a los Juegos contaba con dos refuerzos de primer¨ªsima categor¨ªa: finalmente no est¨¢ Andrew Wiggins (n¨²mero 1 del draft de 2014 y campe¨®n con los Warriors en 2022), que inici¨® la concentraci¨®n pero se hizo a un lado en un extra?o cruce de versiones entre la de su equipo, la suya propia y la de la federaci¨®n canadiense. Pero s¨ª forma parte del roster Jamal Murray, que un a?o antes se baj¨® en marcha del camino hacia el Mundial porque su cuerpo enviaba se?ales de alerta despu¨¦s de vivir en m¨¢ximos los playoffs que acabaron con el primer anillo en la historia de Denver Nuggets. El equipo propulsado por la pareja internacional que falt¨® en el Mundial pero s¨ª est¨¢ en Par¨ªs: el serbio Nikola Jokic, que acaba de ganar su tercer MVP de la NBA, y el canadiense Murray.
Murray es un talento ¨²nico, uno de los m¨¢s explosivos y diferenciales del mundo. En su mejor versi¨®n, sus momentos luminosos, no hay apenas jugadores como ¨¦l. Es capaz de anotar en cualquier situaci¨®n, desde cualquier lugar de la pista y por muy caliente que sea el momento, feliz con la bola en las manos cuando se deciden los partidos. En los Nuggets (n¨²mero 7 del draft en 2016) ha formado una pareja devastadora con Jokic. Ya campeona. Su qu¨ªmica, esculpida a lo largo de los a?os, es arrebatadora. Sus estilos son perfectamente complementarios, con Murray convertido en un escudero premium, un base que inicia jugadas y muchas veces las finaliza. Entre su bote y sus tiros se cocina la magia generadora de Jokic.
Lejos de su mejor versi¨®n... por ahora
Pero, por ahora, Murray no ha sido Murray en estos Juegos de Par¨ªs. En dos partidos promedia 6,5 puntos (8 contra Grecia, 5 contra Australia), 4 asistencias, 7 de valoraci¨®n y un -6 en pista con unos pobr¨ªsimos 30,8% en tiros totales y ?12,5! desde la l¨ªnea de tres. Al menos, sus 18 minutos en el estreno pasaron a ser 24 en la segunda jornada, una se?al positiva para Jordi Fern¨¢ndez, que reconoci¨® que cuidan su presencia en pista por la lesi¨®n muscular (un peliagudo malestar en un gemelo) que lo lastr¨® en los pasados playoffs y ha condicionado su fase de preparaci¨®n. El entrenador espa?ol, sin embargo, est¨¢ tranquilo con lo que ve: ¡°Ir¨¢ a m¨¢s, va a estar cada vez mejor y sacar¨¢ su mejor versi¨®n en el momento oportuno¡±, dice mientras define al guard como ¡°una pesadilla para cualquier rival¡± y un ¡°game changer¡±, uno de esos jugadores con la capacidad de poner los partidos del rev¨¦s.
Con 27 a?os, en sus primeros Juegos y con cartel de campe¨®n de la NBA, este deber¨ªa ser un momento dulce para Jamal Murray. Si aparece, si tiene el tono f¨ªsico, encuentra su lugar en el juego FIBA y se entiende con Shai, Canad¨¢ tendr¨¢ un arma de neutrones y dos de los mejores finalizadores del mundo, dos talentos capaces de retar incluso a Estados Unidos (sobre el papel, al menos) rodeados por el juego integral de Barret y la defensa de Brooks, Dort, Nickeil Alexander-Walker y compa?¨ªa. Y ese es uno de los (muchos) peligros para Espa?a en el partido de ma?ana, en el que se puede jugar la clasificaci¨®n: cualquier d¨ªa puede llegar el gran descorche de Shai, de la gran Canad¨¢¡ y de Murray.
Porque, ahora mismo, este no es el momento dulce que deber¨ªa ser para el base de los Nuggets. Su equipo entreg¨® la corona en unos playoffs decepcionantes, en los que cay¨® en segunda ronda contra Minnesota Timberwolves, fundidos en el s¨¦ptimo partido, en su te¨®ricamente fortificada altitud (la Mile High) de Denver. Lo que pintaba a dinast¨ªa alrededor de Jokic y Murray ha quedado en suspenso, pendiente de correcciones y actualizaciones y con dos bajas cruciales en dos veranos desde el anillo, Bruce Brown primero y Kentavious Caldwell-Pope ahora. Murray anot¨® dos tiros ganadores, dos highlights monstruosos, en primera ronda contra los Lakers (4-1), pero antes del quinto partido se anunciaron los problemas de gemelo que le molestaron contra los Wolves y que incidieron en sus habituales enredos f¨ªsicos: en las dos ¨²ltimas temporadas ha jugado 65 y 59 partidos despu¨¦s de perderse el curso y medio anterior por una grave lesi¨®n de rodilla. Esta temporada igual¨® sus mejores n¨²meros en anotaci¨®n (21,2) y alcanz¨® sus topes en asistencias (6,5) y tiro de tres (42,5%), pero le volvi¨® a faltar continuidad por un reguero de problemas musculares. El peor le sec¨® m¨¢s de un mes entre noviembre y diciembre.
As¨ª que, con ese chasco final en playoffs, ha sido una temporada decepcionante para Murray, un jugador con talento de all-star que todav¨ªa no ha sido all-star. Las Finales de 2023 (4-1 a los Heat) parecieron su elevaci¨®n definitiva como conductor de juego y contribuidor estable, no solo como talento deslumbrante pero agazapado a un lado del trono de Jokic. Promedi¨® 21,4 puntos, 6,2 rebotes y 10 asistencias. Los ¨²nicos jugadores con medias de 21 puntos y 10 pases de canasta (al menos) en la lucha por el t¨ªtulo hab¨ªan sido, antes que ¨¦l, Magic Johnson, Michael Jordan y LeBron James. Era l¨®gico, el pasado verano (cuando se apart¨® del Mundial, fundido), esperar un curso 2023-24 con una producci¨®n m¨¢s constante, el primer billete para el All-Star Game y, por qu¨¦ no, otro t¨ªtulo de campe¨®n para Jamal Murray.
En lugar de eso, ha tenido un a?o dif¨ªcil para sus est¨¢ndares. Brillante casi siempre en pista, pero ausente demasiadas veces; Sin plenitud f¨ªsica en el momento clave y peor de lo que necesitaba su equipo cuando ten¨ªa que descargar de responsabilidad a Jokic. Juntos en pista (1.418 minutos), tuvieron un net rating devastador (+15,4). Pero Murray sin Jokic (444) se qued¨® en un cuestionable -14.
En playoffs tuvo sus tiros ganadores, adem¨¢s contra los Lakers, y sus destellos de esplendor marca de la casa, pero no salv¨® a su equipo del naufragio en el que entreg¨® la corona y, adem¨¢s, dej¨® algunos momentos de actitud muy discutible cuando las cosas se torcieron, incluido el lanzamiento a la pista de una bolsa de agua caliente que le cost¨® una multa de 100.000 d¨®lares. Su trascendencia en los Nuggets, es obvio, sigue intacta: jugar¨¢ la ¨²ltima temporada de su extensi¨®n de contrato rookie (cobrar¨¢ 36 millones para cerrar un acuerdo de cinco a?os y 158) y lo har¨¢, si no pasa nada raro, con otra extensi¨®n m¨¢xima ya sellada con unos Nuggets que quieren zanjar el asunto en cuanto acaben los Juegos y sin sentarse a negociar siquiera: ser¨¢n cuatro a?os extra por 209 millones de d¨®lares. Dinero, claro, de superestrella. Lo que tiene dentro y lo que, en un momento de punto de inflexi¨®n en su carrera (sabemos cu¨¢les son sus picos, hay que descifrar c¨®mo de sostenibles son), espera de ¨¦l una Canad¨¢ que si encuentra su mejor versi¨®n ser¨¢ un equipo muy, muy, muy dif¨ªcil de ganar. Todav¨ªa m¨¢s.
El gran proyecto de un padre obsesivo
Criado en el ¨¢rea de Ontario, Murray jug¨® (2015-16) un brillante curso en Kentucky (20 puntos por partido) durante el que el gur¨² John Calipari intent¨® que no optara demasiadas veces por los tiros m¨¢s dif¨ªciles, por mucho que no parara de meterlos. El reputad¨ªsimo entrenador dio su toque al desarrollo de un jugador que eligi¨® la universidad que ha llenado la NBA de guards estrellones en los ¨²ltimos quince a?os: John Wall, De¡¯Aaron Fox, Shai Gilgeous-Alexander, Devin Booker, Eric Bledsoe, Tyrese Maxey, Tyler Herro¡
Tanto all¨ª, novato en college, como en Denver siempre ha tenido muy cerca a su padre: Roger Murray, origen jamaicano y obsesi¨®n en el trazado de los pasos de su hijo. Un tipo que nunca ha enredado con compa?eros, entrenadores o rivales y que jam¨¢s ha exigido nada para Jamal, ni minutos ni tiros. Y que antes de Kentucky ya sab¨ªa que la labor de su vida cuajaba. En 2015, con 18 a?os, Jamal fue MVP (35 puntos) del Nike Hoops Summit en el que el equipo del mundo, con Ben Simmons a su lado, gan¨® a un combinado estadounidense comandado por Jaylen Brown y Brandon Ingram. Meses despu¨¦s, destroz¨® a Estados Unidos en la semifinal de los Juegos Panamericanos. Anot¨® 22 puntos entre el ¨²ltimo cuarto y la pr¨®rroga, el triple que forz¨® el tiempo extra y dos seguidos despu¨¦s para sellar triunfo de Canad¨¢. Mike Brown estaba en el cuerpo t¨¦cnico de aquella USA: ¡°Sab¨ªamos que Jamal era bueno, pero no que era tan bueno¡±.
Murray fue n¨²mero 7 del draft de 2016, aunque algunos lo proyectaban en el top 5. Los Nuggets se hicieron con ¨¦l gracias a un intercambio de picks que les deb¨ªan los Knicks desde cinco a?os antes, cuando Carmelo Anthony fue traspasado a Nueva York. En las Rocosas lo ten¨ªan claro aunque un a?o antes hab¨ªan elegido, tambi¨¦n en el 7, a otro base de (te¨®rico) futuro brillante, Emmanuel Mudiay. Murray debut¨® en la NBA con cuatro partidos sin anotar ni un tiro, un 0/16 que le hizo preguntarse qu¨¦ demonios estaba pasando. Pero incluso durante los dolores de crecimiento de su a?o rookie, ya era obvio que ten¨ªa madera de jugador especial. Doc Rivers le dijo al directivo Lawrence Frank, despu¨¦s de un Nuggets-Clippers en el que Murray no meti¨® ni una, que ese chaval ser¨ªa alg¨²n d¨ªa el m¨¢ximo anotador de la NBA: ¡°No tiene miedo a nada, siempre cree que es el mejor de los que est¨¢n en pista¡±. Para su segunda temporada ya era titular y rondaba los 17 puntos por noche.
Y no ten¨ªa miedo a nada, en gran parte, por el reverso de ese Roger Murray cuyos m¨¦todos fueron muy cuestionados, especialmente cuando un art¨ªculo de ESPN explic¨® con todo detalle como hab¨ªa fabricado su estrella del baloncesto. Literalmente desde la cuna, cuando llevaba a Jamal con ¨¦l y aparcaba el carricoche junto a la cancha para que el beb¨¦ se fuera acostumbrando a los sonidos del juego. Poco despu¨¦s, le pon¨ªa al lado de la pista de los mayores una canasta de juguete, de marca Fisher-Price. Para cuando ten¨ªa siete a?os, Jamal Murray ya ten¨ªa que meter 30 tiros libres seguidos si quer¨ªa dar por acabada una sesi¨®n de trabajo. Exatleta, devoto del baloncesto desde que vio jugar a Michael Jordan por primera vez y admirador de la filosof¨ªa de Bruce Lee, Roger us¨® m¨¦todos castrenses para conseguir que su hijo disparara la tolerancia al dolor, fortaleciera su cuerpo y, sobre todo, entendiera que la mente estaba por encima: era la verdadera clave.
?l, Jamal, ha asegurado siempre que no sufri¨® mientras crec¨ªa, que era feliz siguiendo el camino que su padre hab¨ªa trazado para ¨¦l. Para ambos: se trataba de crear una gran estrella canadiense y, finalmente, el mejor jugador de la NBA. No uno muy bueno: el mejor. Tim Connelly, el directivo que lo drafte¨® y que ahora est¨¢ en los Timberwolves, ten¨ªa que pararle los pies cuando lo ve¨ªa enfrascado en entrenamientos interminables y sesiones de v¨ªdeo inacabables. ¡°Le dec¨ªa que m¨¢s no es siempre sin¨®nimo de mejor¡±. Pero Jamal Murray no se iba a detener justo entonces, reci¨¦n llegado a la NBA: ¡°Por c¨®mo me preparaba antes, esto es lo f¨¢cil, la NBA es como un descanso¡±.
Tandas dur¨ªsimas desde muy ni?o, a cubierto o entre la nieve de los inviernos de Canad¨¢. Dribblings en las pistas deslizantes de hockey de hielo, un cultivo delicado del equilibrio. Kungf¨², meditaci¨®n, ejercicios para poner sus pulsaciones por debajo de 40 y trabajo f¨ªsico y mental para tolerar lo que le echaran: se pasaba minutos, por ejemplo, en posici¨®n de sentadilla, sin moverse y con tazas de te muy caliente sobre sus rodillas. No ten¨ªa m¨®vil, no pod¨ªa jugar a videojuegos ni ir al centro comercial y la televisi¨®n se desconectaba si llevaba demasiado tiempo encendida. Lo que hubiera que hacer, se hac¨ªa. De momento, ya ha sido campe¨®n de la NBA. Ahora, quiere tambi¨¦n una medalla ol¨ªmpica que ser¨ªa hist¨®rica para Canad¨¢.