Un ba?o con Tarz¨¢n
Una de las piscinas de entrenamiento durante los Juegos para nataci¨®n en l¨ªnea, aguas abiertas y triatl¨®n es la Georges Vallerey, el lugar donde hace un siglo se colg¨® cuatro oros Johnny Weissmuller.
Aunque algo alejada de La D¨¨fense Arena, incluso acortando por el Boulevard P¨¦riph¨¦rique que rodea la capital francesa, los nadadores y nadadoras tanto en l¨ªnea como de la marat¨®n acu¨¢tica y los trialetas disponen durante estos Juegos de una piscina acabada de renovar para sus entrenamientos. Y no es cualquier cosa. La Piscine Georges Vallerey, ubicada en el coraz¨®n del distrito 20 de Par¨ªs, rezuma historia. Si el aleteo de los deportistas cesa, pr¨¢cticamente se podr¨ªa escuchar el grito de Tarz¨¢n.
Porque lo que hoy es la pileta donde se ultima el esfuerzo de tres a?os hacia las medallas ol¨ªmpicas fue hace justo un siglo el epicentro de la competici¨®n. La Piscine des Tourelles, como se llamaba entonces, por el barrio que la acoge, y donde a 100 d¨ªas exactos para estos Juegos fue reinaugurada con instalaciones sostenibles, ecol¨®gicas, un nuevo techo retr¨¢ctil y hasta una guarder¨ªa de perros gu¨ªa para los deportistas paral¨ªmpicos. All¨ª se libraron en Par¨ªs 1924 la nataci¨®n, los saltos y el waterpolo. Y en ese mismo lugar ¨Cla piscina entonces m¨¢s moderna de Europa, con capacidad para 1.500 espectadores y la primera de 50 metros con calles separadas¨C, naci¨® para el olimpismo una estrella que dar¨ªa la vuelta al mundo, primero por sus logros deportivos, despu¨¦s como icono cinematogr¨¢fico, llamado Johnny Weissmuller.
Nacido 20 a?os atr¨¢s en Freidorf, ciudad del Imperio Austroh¨²ngaro y actualmente de Ruman¨ªa, ya de entrada tuvo que falsificar su partida de nacimiento para poder competir por los Estados Unidos, a donde hab¨ªa llegado con siete meses de vida. Tom¨® la identidad de su hermano menor, Peter, quien ya hab¨ªa nacido en Am¨¦rica. Y a los Juegos de Par¨ªs llegaba ya con cierta fama, ya que en 1922 hab¨ªa sido el primer nadador en el mundo capaz de bajar del minuto en los 100 metros libre, y un a?o m¨¢s tarde de rebajar los cinco minutos en los 400 metros. Pero su irrupci¨®n ol¨ªmpica sobrepas¨® todos esos antecedentes.
Weissmuller, que hab¨ªa comenzado a nadar a los nueve a?os para combatir una polio, se colg¨® entre el 18 y el 20 de julio de 1924 tres medallas de oro en nataci¨®n: en los 100, los 400 y el relevo 4x200 libres. Era la primera vez que todos los participantes emplearon el crol como estilo. Pero es que, adem¨¢s, le dio tiempo para jugar como delantero con el equipo estadounidense de waterpolo, con el que se gan¨® otro bronce.
No en vano, de ¨¦l se dec¨ªa que nadaba como un waterpolista, sin meter nunca la cabeza bajo el agua. Ni falta que le hizo: en Amsterdam 1928 gan¨® otros dos oros (en 100 y 4x200 libres) y a lo largo de su trayectoria sum¨® 52 t¨ªtulos estatales y 67 r¨¦cords mundiales, lo que le elev¨® a la consideraci¨®n de mejor nadador de la primera mitad del siglo XX y hasta la irrupci¨®n de Mark Spitz, con sus siete t¨ªtulos ol¨ªmpicos en M¨²nich 1972.
No tardar¨ªa, desde su retirada, en trasladar su halo de figura al celuloide. Tras un breve tiempo como modelo y representante de una firma de ropa interior y trajes de ba?o, se anim¨® en 1932 a acudir al c¨¢sting de actores para una pel¨ªcula porque le dijeron que as¨ª conocer¨ªa a Clark Gable y Greta Garbo.
Lo cierto es que esa cinta era ¡®Tarz¨¢n de los Monos¡¯ y el campe¨®n fue escogido para el papel protagonista, y eso que el productor no sab¨ªa ni a qui¨¦n ten¨ªa delante. Le quiso incluso poner un nombre art¨ªstico, alegando que el suyo no servir¨ªa de reclamo para el p¨²blico, hasta que desde la Metro Goldwyn Mayer le hicieron ver que estaba ante un h¨¦roe deportivo.
Hasta 12 pel¨ªculas m¨¢s de Tarz¨¢n protagonizar¨ªa Weissmuller, creador del distintivo grito del personaje, que fueron sin excepci¨®n un abrumador ¨¦xito de taquilla. Unos dos millones de d¨®lares llevaba ganados cuando en 1947 decidi¨® apartarse de Jane y de Cheeta. Muchas leyendas urbanas existen sobre su muerte, el 20 de enero de 1984, despu¨¦s de haber montado tres d¨¦cadas antes una empresa de piscinas, y de haber acabado en bancarrota por deudas y por las demandas de sus cinco matrimonios.
La versi¨®n m¨¢s extendida sobre sus ¨²ltimos d¨ªas habla de un Johnny Weissmuller encerrado en un manicomio, en M¨¦xico, crey¨¦ndose Tarz¨¢n y emulando a todas horas el grito que ¨¦l mismo hab¨ªa popularizado. La oficial, sin embargo, lo sit¨²a concretamente en Acapulco y fallecido a causa de un edema pulmonar. Lo que es irrebatible es que su leyenda naci¨® en esa misma piscina donde ahora se forjan nuevos sue?os ol¨ªmpicos.
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