Par¨ªs es Nadal
Rafa fue protagonista en la Ceremonia al recoger la antorcha de manos de Zidane. La exatleta Marie-Jos¨¦ Perec y el judoca Teddy Rinner encienden el fuego ol¨ªmpico.
Par¨ªs ya es una fiesta. Una fiesta ol¨ªmpica, pasada por agua, que re¨²ne a los que vuelan m¨¢s alto, corren m¨¢s r¨¢pido, son m¨¢s fuertes y que bien podr¨ªa narrar tambi¨¦n Ernest Hemingway, el viejo reportero aficionado al boxeo que fue ¡°pobre pero muy feliz¡± con su primera esposa, Hadley Richardson, en la capital francesa en el siglo pasado. Una ciudad tan deslumbrante se propuso asombrar al mundo, llevar los Juegos a otra dimensi¨®n, al coraz¨®n de la urbe m¨¢s fotografiada del mundo y qu¨¦ mejor que ense?ar a los deportistas todos sus encantos desde el Sena. Qu¨¦ mejor que sacar la Ceremonia de Inauguraci¨®n del estadio por primera vez en la historia aunque los bombas sigan cayendo sobre Kiev o Gaza y el terrorismo amenazara con quebrar los sue?os de 10.500 deportistas antes de comenzar a competir. Eso no ocurri¨®. Primer gran ¨¦xito. Quiz¨¢ la medalla m¨¢s importante a la que pudieron asistir 1.500 millones de telespectadores, que disfrutaron de un espect¨¢culo coral que exprimi¨® el ic¨®nico lienzo que Par¨ªs ofrece en cada monumento o emplazamiento hist¨®rico.
Las bellas artes tuvieron su espacio destacado: pintura, arquitectura, escultura, artes esc¨¦nicas... con un momento muy especial y emocionante para homenajear a la mujer en los Juegos de la paridad. Con los acordes de La Marsellesa y frente a la Asamblea Nacional se fueron descubriendo estatuas que rindieron tributo a diez mujeres claves en la historia de Francia. Sector femenino que tambi¨¦n tuvo un papel estelar en las actuaciones musicales con Lady Gaga, en un gui?o al Cabaret, Aya Nakamura Juliette Armanet o C¨¦line Dion, como figuras vocales, o la actuaci¨®n de la DJ Barbara Butch, icono LGBT, que hicieron las delicias de los asistentes con 120 jefes de Estado, incluyendo a los Reyes de Espa?a, Felipe VI y do?a Letizia. que disfrutaron en la grada ataviados con chubasqueros para protegerse de la inc¨®moda lluvia. Tambi¨¦n se vio felices a Thomas Bach (presidente del COI) y Enmanuel Macron, presidente del pa¨ªs organizador.
Pese a que apareci¨® la lluvia en la ceremonia (lo que alguien defini¨® como ¡°el secreto mejor guardado de Par¨ªs¡±), que incomod¨®, aunque no lo suficiente como para echar por tierra un trabajo de a?os. Un desfile de 85 barcazas navegando a 9 km/h que portaron a 205 delegaciones, 320.000 espectadores en las orillas, 20.000 personas movilizadas implicadas en la ceremonia, 170 c¨¢maras para no perder detalle, 71 pantallas gigantes, 50.000 polic¨ªas desplegados con el apoyo de 18.000 militares, 1.800 trajes para figurantes, 2.000 artistas implicados en 12 ¡®cuadros¡¯ art¨ªsticos frente a Notre Dame, Los Inv¨¢lidos, el Grand Palais, el Louvre o la Plaza de la Concordia.
Faltaba la guinda, el misterio que s¨®lo sab¨ªan un pu?ado de personas (seg¨²n el presidente del Comit¨¦ Organizador Tony Estanguet), pocas horas antes de que el mundo lo descubriera: qui¨¦n o qui¨¦nes encender¨ªan el pebetero que mantenga el fuego ol¨ªmpico vivo hasta el domingo 11 de agosto. En ese momento hist¨®rico, de m¨¢xima emoci¨®n, surgi¨® la figura de Rafa Nadal cobrando un enorme protagonismo. De manos de Zidane, como pas¨® con la Copa de los Mosqueteros en su primer Roland Garros en 2005, recibi¨® la antorcha y junto a Carl Lewis, Serena Williams y Nadia Comaneci puso rumbo hacia el Jard¨ªn de las Tuller¨ªas donde el fuego ol¨ªmpico descansar¨¢ cada noche de los Juegos. El rey de la tierra batida, 14 victorias en la Philippe Chatrier, merec¨ªa un homenaje as¨ª de su torneo. Nadal dio el testigo a Amelie Mauresmo y la extenista francesa precedi¨® a otras estrellas como Renaud Lavillenie, Michael Guigou, Laure Manadou, Tony Parker.. para que al final la exatleta Marie-Jos¨¦ P¨¦rec y el judoca Teddy Riner, tres oros ol¨ªmpicos cada uno, encendieran el fuego ol¨ªmpico