La maldici¨®n azota de nuevo
¡®Tato¡¯ Mosakhlishvili y Ai Tsunoda caen en el combate por el bronce. El judo, tras la medalla de Garrig¨®s, vuelve a su mal fario.
Un viaje al pasado. El s¨¢bado, Fran Garrig¨®s, con la primera medalla de la delegaci¨®n espa?ola en los Juegos de Par¨ªs, de bronce y la ¨²nica hasta el momento, rompi¨® una maldici¨®n que azotaba al judo patrio desde hac¨ªa 24 a?os, casi un cuarto de siglo, con S¨ªdney 2000 como ¨²ltima alegr¨ªa. En ese periodo de tiempo, el arte marcial japon¨¦s, cruel con los espa?oles, hab¨ªa castigado a los deportistas nacionales con siete quintos puestos y ning¨²n metal. En total, se hab¨ªan perdido nueve bronces, que fueron diez con Laura Mart¨ªnez. Desde este mi¨¦rcoles, con el oasis de Garrig¨®s en medio, ya son doce. Ni Tristani ¡®Tato¡¯ Mosakhlishvili ni Ai Tsunoda, ambos quintos, dos diplomas m¨¢s, se pudieron sumar a la parte bonita de la historia. La jornada, un c¨®ctel de emociones, que se entremezcl¨® tambi¨¦n con las oportunidades perdidas en tiro ol¨ªmpico, termin¨® sirviendo drama.
Ai Tsunoda, que cedi¨® en el combate por el bronce contra la austriaca Michaela Polleres (3?), fue la primera en perder la oportunidad de subirse al podio. La actuaci¨®n de la espa?ola, nacida en Lleida, pero de padre nip¨®n, Go, y madre francesa, C¨¦line Roustant, ambos maestros adem¨¢s de progenitores, fue un canto al futuro, pero se qued¨® corta en el presente. A sus 22 a?os, Tsunoda, 10? del mundo, ya ostenta siete medallas internacionales en categor¨ªa absoluta. La explosi¨®n arranc¨® cuando se proclam¨® doble campeona mundial j¨²nior (2021 y 2022). En Par¨ªs, antes de llegar a Polleres, le fren¨® la n¨²mero uno del mundo, la croata Barbara Matic, que prevaleci¨® en el asalto de oro, m¨¢s all¨¢ del l¨ªmite, por una penalizaci¨®n. Antes, Ai s¨ª hab¨ªa podido mostrar su potencial contra la eslovena Anka Pogacnik (18?). Pese a la sensaci¨®n de haberlo hecho mucho mejor, fue su ¨²nica v¨ªctima del d¨ªa junto a la japonesa Saki Niizoe (6?), ya en el primer duelo de la repesca.
El caso de Mosakhlishvili (14?) fue todav¨ªa m¨¢s cruel. El hispanogeorgiano, al que apodaron ¡®Tato¡¯ cuando aterriz¨® en Espa?a, no aprovech¨® dos oportunidades para colgarse el bronce. Primero, en semifinales, no pudo con el n¨²mero uno del ranking y campe¨®n ol¨ªmpico, Lasha Bekauri, que ya le hab¨ªa apartado de una medalla en su ¨²nico duelo hasta el momento, en los Mundiales de 2022. Luego, el verdugo fue el griego Theodoros Tselidis (15?). Antes, hab¨ªa desprendido un aura terror¨ªfica para los rivales y esperanzadora para los espa?oles. ¡®Tato¡¯, ¡°un tigre, un animal¡±, en palabras de uno de sus entrenadores, Sugoi Uriarte, que hablaba con AS mientras su pupilo trituraba rivales, parec¨ªa tener el d¨ªa. ¡°Es muy fuerte f¨ªsicamente. Es un ganador nato. Su ¨²nico defecto es que, a veces, no tiene paciencia¡±, dec¨ªa Uriarte, mito del judo espa?ol, que prepara a Tristani al lado de su esposa, la tambi¨¦n judoca Laura G¨®mez, en Valencia.
Garrig¨®s, un oasis para el judo
Mosakhlishvili lleg¨® a Espa?a en 2017 y recibi¨® la nacionalidad por carta de naturaleza en enero de 2022, despu¨¦s de un largo proceso en el que Quino Ruiz, al mando de ese gimnasio en Brunete que aporta cinco de los nueve ol¨ªmpicos en Par¨ªs, tuvo un papel fundamental. Tras trabajar bajo las ¨®rdenes del maestro madrile?o, y al lado de Niko Shera, del que fue sparring en Tokio (este jueves, desde las 11:36, ser¨¢ el ¨²ltimo judoca espa?ol que participe en Par¨ªs), se traslad¨® al Mediterr¨¢neo para seguir puli¨¦ndose en el Centro de Alto Rendimiento de Benimaclet, con Sugoi y Laura. Sangre georgiana cultivada en las dos mecas del judo espa?ol. Una bestia que arras¨® a Komronshokh Ustopiriyon (20?), de Tadjikistan, a Erlan Sherov (4?), de Kirguizistan, y al brasile?o Rafael Macedo (11?), pero que se top¨® con una maldici¨®n que, pese a Garrig¨®s, a¨²n asoma. Niko es la ¨²ltima bala para volver a tumbarla.