Garrig¨®s cambia la historia: bronce en judo 24 a?os despu¨¦s
El espa?ol, que ya era medallista europeo y mundial, completa su colecci¨®n y consigue el primer metal para Espa?a en los Juegos de Par¨ªs.
A¨²n con la resaca de la inauguraci¨®n, tras ver desfilar al ¡°barco de la alegr¨ªa¡± por el Sena, con la imagen de Nadal portando la antorcha en la retina, este s¨¢bado, sin descanso, lleg¨® el ¨¦xtasis. ?La primera medalla de Espa?a en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs! Fran Garrig¨®s (-60 kg), ¡°un cabez¨®n¡±, que no hubiera estado en el Champ de Mars Arena si no fuera por su tenacidad, por una capacidad de trabajo infinita, fue el encargado de abrir la veda. Se colg¨® el bronce y veng¨® a su compa?era y amiga Laura Mart¨ªnez, que minutos antes hab¨ªa ca¨ªdo en esa misma lucha por el tercer puesto. Por ella y por el judo, que llevaba 24 a?os sin conseguir una medalla, en S¨ªdney 2000, alz¨® los brazos y reescribi¨® su historia, la de un deporte y la de todo un pa¨ªs. Oficialmente, dio el pistoletazo de salida hacia esas 22 medallas de Barcelona 92.
Garrig¨®s, nacido en M¨®stoles y de 29 a?os, compiti¨® en R¨ªo 2016 y en Tokio 2020. En ambos casos, sin embargo, cay¨® en primera ronda. Despu¨¦s de la cita en Jap¨®n, se plante¨® la retirada, como la propia Laura, que tambi¨¦n ha sufrido dudas existenciales a lo largo de su carrera. Los dos, sin embargo, decidieron darse una oportunidad m¨¢s y llegar, como m¨ªnimo, a Par¨ªs, tierra de judo, como record¨® el ¨²ltimo portador de la llama ol¨ªmpica, Teddy Riner, que encendi¨® el pebetero de la mano de la exatleta Marie-Jos¨¦ Perec. En Francia, tras todo ese viaje, les recibieron los Campos de Marte, al lado de la Torre Eiffel, Trocadero o Los Inv¨¢lidos, con m¨¢s de 8.000 personas en las grandas y, entre ellos, una importante hinchada espa?ola. Ni el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, se lo quiso perder. Era el d¨ªa y el lugar para empezar a viajar en el tiempo. A S¨ªdney. A Barcelona.
El despegue no fue sencillo. A Fran, quinto del ranking mundial, se?alado como la primera opci¨®n clara, le pesaba el pasado. Toneladas. En su primer duelo, contra el belga Jorre Verstraeten (19?), se fue al asalto de oro, la pr¨®rroga del judo. All¨ª, estuvo al l¨ªmite. Otra vez. ¡°Vamos, Fran, vamos. ?Arriba!¡±, se escuch¨® desde uno de los extremos de las gradas cuando el espa?ol, campe¨®n del mundo el a?o pasado y triple oro europeo, sufr¨ªa en el suelo. Los ¨¢nimos, qui¨¦n sabe si de alg¨²n familiar, pues la delegaci¨®n Garrig¨®s era importante, funcionaron. Tras una marat¨®n, wazari y a por el japon¨¦s Ryuju Nagayama (6?), uno de los candidatos al oro, al que no hab¨ªa podido ganar nunca. Ya liberado, lo hizo con dureza. El nip¨®n, tras cerrar los ojos e irse a dormir, ippon, le neg¨® el saludo. ¡°No s¨¦ de qu¨¦ se queja, las normas son as¨ª¡±, dec¨ªa en zona mixta Quino, al que se le acumulaba el trabajo.
Un carrusel de emociones
El maestro, al frente del Dojo Quino de Brunete, donde ha reunido a cinco ol¨ªmpicos (de nueve espa?oles en total) en un pueblo de 10.000 habitantes, se pas¨® la ma?ana de tatami en tatami. De lado a lado. Sufriendo con Garrig¨®s, pero tambi¨¦n con Laura. Celebrando con los dos. Abrazando a los dos. Llorando con los dos, de alegr¨ªa y de tristeza. De tristeza y de alegr¨ªa. Cuando super¨® a la kazaja Abiba Abuzhakynova (3?), en cuartos, una de las intocables del circuito, Laura se abalanz¨® sobre ¨¦l. La vallecana, menuda pero potente, mucha energ¨ªa condensada, se mostr¨® en estado de trance a lo largo de toda la jornada. Sin ser una de las grandes favoritas, alcanz¨® las semifinales, pero termin¨® cayendo contra la mongola Baasankhuu Bavuudor, n¨²mero dos del mundo. Por el bronce, mientras el p¨²blico cantaba La Marsellesa, no pudo con la local Shirine Boukli (5?) en el asalto de oro. Diploma que duele, pero de gran valor.
Tras una ma?ana maravillosa, en ese momento, las derrotas empezaron a pesar. En los ¨²ltimos 24 a?os, se hab¨ªan acumulado siete quintos puestos, y pod¨ªan ser nueve. Tras un doble camino impoluto hasta semifinales, se hab¨ªan encadenado tres derrotas seguidas, tres oportunidades de medalla que se esfumaban. Tan cerca, pero tan lejos. En ese momento, se erigi¨® de nuevo Garrig¨®s, que ven¨ªa de ceder contra el kazajo Yeldos Smetov (22?), plata en R¨ªo y bronce en Tokio. Contra el georgiano Giorgi Sardalashvili (2?), un coco, pero al que ya hab¨ªa ganado en sus ¨²ltimos dos enfrentamientos (5-4 en el recuento ahora), fue muy distinto. Con una proyecci¨®n tomoe-nage para enmarcar, reescribi¨® la historia, aquella que hubiera sido muy distinta si, finalmente, hubiera bajado los brazos despu¨¦s Tokio. ¡°Qu¨¦ dif¨ªcil es vencer al que nunca se rinde¡±, tiene inscrito en las paredes del Dojo Quino.