El canguro que tir¨® la moneda y sali¨® cara... no hab¨ªa cruz

Jordan Alejandro D¨ªaz Fort¨²n (23 a?os) es un prodigio nacido para saltar. Con 14 a?os franqueaba el list¨®n de altura en 1,85; un a?o despu¨¦s ya volaba sobre 2,05 en el salto vertical. Un talento puro volador que cambi¨® su especialidad hacia el ¡®hop, step, and jump¡¯ del pasillo y el foso del triple para ser campe¨®n mundial sub-18 y sub-20. Y que tom¨® una decisi¨®n personal muy dif¨ªcil en 2021. Dejar su casa, su familia y renunciar a Tokio 2020 para aterrizar con 20 a?os, previo paso por casa de un t¨ªo en Zaragoza, en la aldea de ¡®Panor¨¢mix Pedroso¡¯, en Guadalajara. Todo gracias a la gesti¨®n de la ¡®madrina¡¯ Ana Peleteiro, para que el maestro puliera el diamante. Y so?ando en poder competir con la camiseta de Espa?a en el futuro. Los Juegos de Par¨ªs se marcaron como el objetivo. Y la moneda ha salido cara.

El entrenador cubano, campe¨®n ol¨ªmpico y nueve veces oro planetario de longitud, le acogi¨® como a un hijo y le ha ense?ado todo lo que sabe, que es una barbaridad. Con ¨¦l, ha mejorado la velocidad en la carrera que da pie a la batida inicial, que es clave para transformar la aceleraci¨®n en potencia. Y mediante duro trabajo le ha inculcado la importancia de la t¨¦cnica. En Cuba todo eran pesas y saltos. Su cuerpo lleg¨® muy castigado, pero ahora Jordan ya ha dejado atr¨¢s las molestias importantes y ha despegado con direcci¨®n al cielo. Gracias al mimo y al cuidado. El 18,18 de Roma; a once cent¨ªmetros de la plusmarca mundial de Jonathan Edwards, le coloca como futuro rey hist¨®rico del triple, el primer espa?ol que tendr¨ªa un r¨¦cord mundial en el estadio. El londinense salt¨® por primera vez 18 metros con 29 a?os; Jordan lo ha hecho con 23.

Explotando su estilizado y potente f¨ªsico, que parece exprofeso fabricado para la especialidad, porque le permite suspenderse y avanzar en el aire. Especialmente con un segundo brinco largu¨ªsimo en el que soporta 20 veces su peso con la misma pierna de despegue inicial sin perder distancia respecto a los otros dos brincos. Una locura. ¡°Cuando aprenda a saltar bien en el tercero se va a salir de la arena¡±, cuenta a AS alguien que le ve entrenar habitualmente. En la mochila de Jordan empiezan a agolparse las medallas, tambi¨¦n la fama. Pero el siempre sonriente deportista contin¨²a igual de humilde, de tranquilo. A veces triste por no ver a sus padres desde hace ya varios a?os. ?l no puede ir a Cuba, ellos no pueden salir. Pero convencido de la decisi¨®n que tom¨®. ¡°Si quieres ser grande, debes irte¡±, le dijeron. Y ya lo es, medallista ol¨ªmpico.