De un centro de refugiados a la fe salvadora en Al¨¢
Enmanuel Reyes Pla sali¨® de Cuba, vivi¨® una odisea para llegar a Espa?a y despu¨¦s de la decepci¨®n de Tokio se convirti¨® al Islam. Ya es medallista ol¨ªmpico.


¡°Todo el mundo tiene un camino duro en la vida¡±, responde con una sonrisa Emmanuel Reyes Pla (La Habana, 31 a?os) cuando se le pregunta sobre la suya, la de uno m¨¢s que dej¨® atr¨¢s Cuba. Producto de la exquisita escuela caribe?a de La Finca, sinti¨® que con Eryslandy Sav¨®n (bronce en R¨ªo y sobrino del mito F¨¦lix, el de los tres oros ol¨ªmpicos) en el mismo peso la federaci¨®n no se lo iba a poner f¨¢cil. Y cogi¨® la maleta para no volver. Para convertirse en un ¡®gusano¡¯. Con destino A Coru?a, donde ten¨ªa familia.
As¨ª comenz¨® la desventura. S¨®lo ten¨ªa la opci¨®n de volar a Rusia, pa¨ªs amigo. De all¨ª pas¨® a Bielorrusia con la ayuda de su t¨ªo. Sin visado hacia Espa?a, volvi¨® a Mosc¨² donde estuvo cuatro meses escondido en un piso. ¡°Ten¨ªa miedo a ser detenido y que me soltaran en medio de la estepa¡±, cuenta. Su odisea no acab¨® ah¨ª. En Austria pidi¨® asilo y vivi¨® dos meses en un centro de refugiados. Su siguiente destino, Alemania. Pero al intentar cruzar a Francia fue frenado en la frontera y volvi¨® a otro centro. Desesperado, por fin logr¨® volar hasta Barcelona y de all¨ª a A Coru?a con los suyos.
Encontr¨® una tabla a la que agarrarse en el gimnasio de Chano Planas (¡°ten¨ªa menos fondo que un charco por la angustia y la falta de entrenamientos¡±, recuerda el preparador). Iba a debutar como profesional cuando lleg¨® la llamada de Rafa Lozano, el seleccionador, para trasladarse a la Blume en Madrid y encontrar una v¨ªa para obtener los papeles. La nacionalizaci¨®n lleg¨® en enero del 2020. Y los Juegos de Tokio en 2021, donde se sinti¨® robado ante su excompatriota Julio la Cruz cuando peleaba por el bronce.
Tan mal cuerpo le dej¨®, que pens¨® en colgar los guantes. ¡°No quer¨ªa saber nada de boxeo, el baj¨®n fue grand¨ªsimo¡±. Y lleg¨® la segunda tabla, la de la fe en el Islam. Por influencia de sus compa?eros Ayoub Ghadfa y Jazi Jalidov, abraz¨® a Al¨¢. ?l, El Profeta. Como hizo ya hace mucho tiempo un tal Muhammad Ali. Otro fanfarr¨®n que anunciaba c¨®mo iba a arrancar la cabeza de sus rivales.
Quiz¨¢, en el duro camino de Pla estaba escrito que al final habr¨ªa un metal ol¨ªmpico. Que todo ha valido la pena.
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opini¨®n se publicar¨¢ con nombres y apellidos