Agon¨ªa sin premio: Aleix Garc¨ªa y Rodrigo Conde, quintos
El doble scull espa?ol se queda en diploma y no se puede sumar a la fista de la marcha. Este viernes, oportunidad para Jaime Canalejo y Javier Garc¨ªa.
La segunda medalla ol¨ªmpica en la historia del remo espa?ol, que no caza metal desde hace 40 a?os, tendr¨¢ que esperar, como m¨ªnimo, un d¨ªa m¨¢s. Este jueves, Aleix Garc¨ªa y Rodrigo Conde, subcampeones del mundo en 2022 y doble plata europea en este ciclo, no pudieron sumarse al primer gran d¨ªa de Espa?a en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs. El doble scull nacional, que llegaba a la final con el mejor cuarto tiempo, termin¨® quinto, con 06:20.59 minutos, en una regata de nivel alt¨ªsimo, en la que salieron bravos, fieles a su car¨¢cter, pero que les devor¨®. El remo, el deporte m¨¢s duro que existe seg¨²n varios estudios, no perdona. Su apuesta fue ganadora, con un inicio fulgurante, a la par de los posteriores campeones ol¨ªmpicos, Ruman¨ªa (06:12.58), pero su cuerpo dijo basta antes de lo deseado. Otro diploma. Este viernes, nueva oportunidad con Jaime Canalejo y Javier Garc¨ªa (dos sin timonel). Otra vez, contra casi medio siglo de sequ¨ªa.
Mientras Aleix y Rodrigo se preparaban en la salida del campo de regatas de Vaires-sur-Marne, en el complejo n¨¢utico de Vaires-Torcy, bajo un sol abrasador, a 40 kil¨®metros de distancia, a los pies de la Torre Eiffel, ?lvaro Mart¨ªn y Mar¨ªa P¨¦rez a¨²n celebraban sus ¨¦xitos en las pruebas de marcha. Energ¨ªa extra para encarar una final car¨ªsima, con seis exclusivas calles disponibles, y en la que s¨®lo estaba la cr¨¨me de la cr¨¨me. Tal era el nivel que los vigentes campeones ol¨ªmpicos, los franceses Hugo Boucheron y Matthieu Androdias, pese a competir en casa, se hab¨ªan quedado relegados a la lucha por los dos diplomas restantes. All¨ª estaban, como cabezas de cartel, los holandeses, Melvin Twellaar y Stefan Broenink, campeones del mundo y plata en Tokio, favoritos en las apuestas; los irlandeses, Daire Lynch y Philip Doyle, bronce planetario; y los rumanos, Andrei Sebastian Cornea y Marian Florian Enache, un bote creado en este ciclo y dise?ado para ganar. Como hicieron.
Aleix y Rodrigo, que la noche anterior se hab¨ªan acostado viendo Gladiator, se pegaron a ellos para despegar. Su doble scull navegaba por la segunda calle, y les escoltaban Ruman¨ªa e Irlanda, que terminar¨ªa colg¨¢ndose el bronce (06:15.17). El inicio, como se anticipaba, fue prometedor. El ritmo de las paladas, que lo mantuvieron hasta el final (casi siempre m¨¢s de 40 por minuto), estaba a la par del de Cornea y Florian Enache; su fuerza, sin embargo, fue cayendo en picado. Al paso por los 400 metros, la pareja espa?ola estaba en cabeza, con la imagen de ?lvaro y Mar¨ªa en mente, la que quer¨ªan imitar. Cien metros despu¨¦s, en el primer punto de control, se manten¨ªan fuertes. A partir de ese momento, sin embargo, el ox¨ªgeno y el ¨¢cido l¨¢ctico se empezaron a acabar.
Un diploma con mucha historia
En el ecuador de la regata, el paso por el kil¨®metro, las opciones del doble scull espa?ol ya se hab¨ªan esfumado. Esa Ruman¨ªa a la que se hab¨ªa mirado a los ojos, cuya estela llevaba a la gloria, estaba a m¨¢s de 12 metros de distancia. Un mundo. Estados Unidos, que en ese momento marcaba las posiciones de medallas, se encontraba a seis. Un milagro. Conde y Garc¨ªa, pese a ello, y con el final como su punto fuerte, como demostraron en los pasados Europeos, lo siguieron dando todo. El primero, a cinco meses de Tokio, renunci¨® a su plaza ol¨ªmpica porque ya no pod¨ªa aguantar m¨¢s los cortes de peso (antes compet¨ªa en ligero); en el segundo, que se defin¨ªa como un remero ¡°patoso¡± en sus inicios, encontr¨® el partenaire perfecto. Reman a muerte porque saben que, en ese momento, el otro tambi¨¦n est¨¢ muriendo, dicen. Su agon¨ªa, esta vez, no tuvo premio.