El l¨ªder de la Selecci¨®n espa?ola de waterpolo, un referente mundial, lleva 20 a?os en la elite despu¨¦s de una vida de pel¨ªcula entre R¨ªo de Janeiro y Barcelona.
Hay deportistas que nacen tocados por una varita, con magia en sus manos, un don que posee el waterpolista Felipe Perrone (R¨ªo de Janeiro, 1985), cuya vida da para una novela que comenzar¨ªa en un peque?o pueblo catal¨¢n despu¨¦s de la Guerra Civil Espa?ola (1936-1939). Su familia era natural de Gironella (Barcelona) y se dedicaba a la industria textil. Su abuelo pele¨® en el bando republicano, por lo que tras la guerra decidi¨® salir del pa¨ªs porque "las cosas se estaban poniendo dif¨ªciles". Junto a su mujer N¨²ria (de solo 16 a?os), que se llev¨® a su madre Remei y a sus dos hermanos, emprendieron un viaje sin retorno a Brasil.
Al poco tiempo, N¨²ria se qued¨® viuda y tuvo que tirar de una familia que contaba con los desvar¨ªos de su madre: "Iba por los mercados hablando catal¨¢n, la gente la tomaba por loca", rememora Perrone. Su pasado en la industria textil le abri¨® un camino exitoso en la moda. N¨²ria se convirti¨® en una de las costureras m¨¢s reconocidas del pa¨ªs, trabajando para los famosos de la ¨¦poca. Una profesi¨®n que facilit¨® las cosas de la siguiente generaci¨®n familiar.
¡°Mi bisabuela iba por los mercados de R¨ªo hablando catal¨¢n, la gente la tomaba por loca¡±
En 2001, sesenta a?os despu¨¦s de aquella aventura, su nieto regres¨® a Barcelona para intentar triunfar en un deporte de escasa tradici¨®n en Brasil. Pero N¨²ria hab¨ªa fallecido en 1999, por lo que a la familia siempre le ha quedado la espina de ver, por ejemplo, como Felipe ha trazado una de las mejores carreras de la historia, reconocida por la prestigiosa web Waterpolo Total despu¨¦s de escrutar a seleccionadores y capitanes. "No pienso m¨¢s all¨¢ de Tokio, pero tengo muchas ganas. Son cinco a?os sin Juegos".
Antes de entrar en la historia vital de un referente, su curr¨ªculum habla por s¨ª solo: 14 ligas espa?olas, 12 Copas del Rey, tres Champions, dos ligas croatas, dos ligas italianas y seis medallas con la Selecci¨®n espa?ola (tres europeas y tres mundiales). "Solo hubo un a?o en el que no gan¨¦ la Liga, fue en la temporada 2007-08, en Savona". Un detalle, como el de su vac¨ªo ol¨ªmpico, a lo que le quiere poner remedio en Tokio a sus 35 a?os: "No firmo la plata, hay opciones de oro".
A caballo entre la sufrida historia de su abuela N¨²ria y sus ¨¦xitos como deportista, a Perrone el waterpolo le lleg¨® por tradici¨®n paterna: "Descubro el waterpolo por mi padre y mi hermano. El t¨ªo de mi padre fue un pionero, as¨ª que es una historia familiar", recalca. De hecho, su padre pudo ser ol¨ªmpico, pero se top¨® con las directrices de la dictadura militar en Brasil, que se hab¨ªa instaurado en los 60 y que martiriz¨® el pa¨ªs: "Iba a ir a los Juegos de Munich, en 1972. Ya ten¨ªa la ropa, pero en el ¨²ltimo momento los dirigentes decidieron no llevar al equipo de waterpolo porque no ten¨ªa nada que hacer, y sus puestos los ocuparon m¨¢s diplom¨¢ticos".
¡°Mi referente fue Estiarte¡ Aquella Espa?a demostr¨® que sin ser un monstruo f¨ªsicamente puedes ganar¡±
En el Club de Regatas Guanabara creci¨® Felipe, entrenando de sol a sol porque viv¨ªa cerca de la piscina y apenas hab¨ªa socios, por lo que pod¨ªa disfrutar del agua cuantas horas quisiera. Creci¨® como un pez, lejos de las playas de R¨ªo en las que se jugaba a f¨²tbol, abri¨¦ndose camino en un deporte residual. "Cuando llegu¨¦ a Espa?a la gente cre¨ªa que era bueno. Dec¨ªa, 'yo voy con Felipe, que es brasile?o'. Soy un pato, soy el peor", bromea: "El club Guanabara era de un nivel bajo. Muchos j¨®venes hac¨ªan deporte para salir de los problemas. Tuve amigos con casos de violencia o de tr¨¢fico de drogas, otros pasaron por la c¨¢rcel".
No as¨ª Perrone, que creci¨® en otro ambiente, con el waterpolo como sue?o, fij¨¢ndose ya en la Generaci¨®n de Oro del waterpolo espa?ol y en un menudo jugador, como ¨¦l, con magia en las manos. "Mi referente fue Estiarte, por su fisonom¨ªa, su manera de jugar. Miraba a un h¨²ngaro o a un serbio y yo sab¨ªa que nunca podr¨ªa ser as¨ª. Un d¨ªa Espa?a vino a hacer una gira a Brasil y me hice una foto con ¨¦l. Recuerdo de ver por televisi¨®n la final de Atlanta 96, del gol de Chiqui Sans y su celebraci¨®n a lo Bebeto¡ Ese equipo demostr¨® que sin ser un monstruo f¨ªsicamente puedes ganar. Era un equipazo".
Fue tan precoz su evoluci¨®n, tan sorprendente como una seta, que con apenas 15 a?os ya acudi¨® con Brasil al Mundial de Fukuoka de 2001, curiosamente en Jap¨®n, recuerdos que durante este confinamiento ha vuelto a revivir: "Estuve mirando v¨ªdeos antiguos y hay de ese Mundial. Salgo grabando con la c¨¢mara, era un ni?o, pero recuerdo que ya me dije 'yo quiero vivir esto m¨¢s veces". Y casualmente, Espa?a tambi¨¦n gan¨® el oro en uno de sus campeonatos m¨¢s brillantes, una medalla que a Perrone se le ha resistido despu¨¦s.
Fukuoka 2001 marca un punto de inflexi¨®n en la vida de Felipe Perrone y en la historia familiar. El retorno al lugar del que hab¨ªa salido su abuela se produjo gracias al empuj¨®n de Iv¨¢n P¨¦rez, el m¨ªtico boya cubano que jug¨® en Espa?a de 1997 a 2013, y de Toni Esteller, retirado hace un a?o despu¨¦s de 35 a?os como entrenador y sabio del waterpolo espa?ol. "En aquel momento Guillermo Molina ficha por el Pescara y queda una plaza en el CN Barcelona. Esteller acept¨® que estuviera mi hermano Ricardo y yo me vine con ¨¦l a Barcelona. Ten¨ªamos muchas ganas de dar el paso", coment¨® Felipe.
Con 16 a?os, Perrone debut¨® en un partido de juveniles ante el CN Terrassa, en el que jugaban waterpolistas de un a?o y hasta dos m¨¢s que el hispanobrasile?o, entre ellos Xavi Garc¨ªa, posteriormente internacional con Espa?a y Croacia. "Jugu¨¦ sin ficha y met¨ª siete goles", advirti¨®. Perrone fue un afortunado al contar con Esteller como entrenador, quien no miraba el a?o de nacimiento en sus jugadores: "Con 16 a?os ya me hac¨ªa jugar. Recuerdo un encuentro ante el Pro Recco, el mejor equipo del mundo, que me mand¨® marcar a Tibor Benedek, que era el mejor del mundo en aquel momento. Tuve suerte de vivir esas experiencias".
¡°Con 16 a?os Esteller ya me hac¨ªa jugar. Ante el Pro Recco me dijo que marcara Benedek, el mejor del mundo¡±
Su carrera se lig¨® r¨¢pidamente a la Selecci¨®n. Cuando obtuvo la nacionalidad ya fue un asiduo, ganando medallas en el Mundial de Melbourne, en 2007 o la plata en Roma 2009, o viviendo la experiencia ol¨ªmpica en Pek¨ªn 2008 ("cuando entr¨¦ en el Nido de P¨¢jaro con mi hermano fue el mejor momento para m¨ª, fue saldar la deuda que ten¨ªa mi padre"). Un esp¨ªritu ol¨ªmpico que le ha llevado a estar en Londres 2012 con Espa?a y en R¨ªo 2016 con Brasil, su ciudad, una experiencia reconfortante, de vida, aunque con un legado sospechoso: "Queda poca cosa de los Juegos. Estaba el ejemplo de Barcelona 92 pero all¨ª no lograron ni la mitad de las cosas".
Despu¨¦s de vivir el "profesionalismo de Italia" y la "pasi¨®n" de Croacia ("la gente habla de los partidos por la calle, eso es ¨²nico"), Perrone ha echado ra¨ªces en el Atl¨¨tic-Barceloneta, el club que lleva m¨¢s de una d¨¦cada dominando el waterpolo espa?ol, que cuenta con la base de la Selecci¨®n y que en 2014 logr¨® la primera Champions de su historia, la tercera de un club espa?ol. "Somos diez jugadores del equipo nacional, jugamos la Champions cada a?o¡ Eso nos permite tener mucha calidad en el entrenamiento", asegura.
Esa base viene cimentada por los hermanos Mart¨ªn. Chus es el entrenador del Barceloneta, mientras que David, que lleg¨® a ser capit¨¢n de la Selecci¨®n, es ahora el t¨¦cnico hasta los Juegos de Par¨ªs 2024, art¨ªfice de la regeneraci¨®n del waterpolo espa?ol. "Soy sospechoso. Fue mi capit¨¢n y es mi amigo. Ahora hay las distancias adecuadas, pero es uno de los mejores entrenadores del mundo", advierte Perrone, que destaca que "somos un equipo. Las ayudas que nos hacemos en defensa, el compromiso¡ La implicaci¨®n es muy grande".
Un camino a Tokio que se ha puesto a prueba con la pandemia. Los deportes acu¨¢ticos han sufrido m¨¢s restricciones que cualquier otra disciplina, como explica el propio waterpolista, que burl¨® la primera oleada de restricciones yendo con su tabla de surf a la playa de Barcelona a tocar agua m¨¢s de dos meses despu¨¦s: "Est¨¢bamos en casa, inventando cosas, hac¨ªa 25 a?os que no jugaba a waterpolo en el sof¨¢. Luego, ¨ªbamos al mar, con el agua congelada, a tocar a nadar. Nos dimos cuenta c¨®mo de importante es el deporte en nuestra vida. Nos hemos tenido que esforzar diez veces m¨¢s, cada d¨ªa parec¨ªa que iniciabas una pretemporada".
Con esa fuerza mental que le caracteriza ("los chicos saben la pasi¨®n que tengo por el waterpolo. Voy al m¨¢ximo. No tengo las condiciones f¨ªsicas, pero debo entrenar m¨¢s y mejor"), Perrone liderar¨¢ en el agua una Selecci¨®n que "emociona" y que no quiere desaprovechar la oportunidad que vivir¨¢ en Tokio. El capit¨¢n, que en R¨ªo compiti¨® con Brasil, protagoniza de nuevo un eterno retorno. De la costurera N¨²ria al waterpolista Felipe.