Un Madrid pentacampe¨®n

El Madrid le puso el lazo a la Decimocuarta con su quinta Supercopa, primera piedra del Sextete, ese sue?o de esta noche de verano. Fue ante el Eintracht, el otro cuento de hadas de la pasada temporada pero que ya empieza a entender que caminar¨¢ en la Champions por una v¨ªa m¨¢s estrecha. El equipo de Ancelotti transit¨® de la moderaci¨®n a la exhibici¨®n. Fue levemente mejor hasta el gol de Alaba y extraordinariamente superior despu¨¦s, cuando el marcador llev¨® a un adversario cobard¨®n a una situaci¨®n irreversible. La diferencia acab¨® siendo abismal.

Los que ganan por delante de los que llegan. Ese fue el primer mensaje que dejaron en el partido Glasner y Ancelotti, estrategas de dos campeones improbables. El Eintracht ha fichado diez futbolistas este verano para dignificar su segunda aventura en la Champions, 62 a?os despu¨¦s de la primera (cosas as¨ª solo pasan dos veces por siglo en Frankfurt), y ninguno de ellos estuvo en su once. Jugaron de salida los que le ganaron al Rangers la final de la Europa League con la excepci¨®n de Kostic, cuya cabeza lleva tiempo en Tur¨ªn. Al otro lado, Ancelotti clav¨® los once de Par¨ªs, y aunque en agosto no cabe elevar las conclusiones a definitivas, la apariencia es que la renovaci¨®n del Madrid se resume en relevar a suplentes invisibles por ¨²tiles.

El Eintracht es una variante leve del Liverpool. Una primera presi¨®n en que se lo juega todo a una carta para penalizar la p¨¦rdida del adversario, dos laterales el¨¢sticos y tres centrales que se quedan a la intemperie si se viene abajo ese primer dique. En cinco minutos ya le llegaba el agua hasta el cuello ante el Bayern cinco d¨ªas atr¨¢s. Por eso dulcific¨® la f¨®rmula Glasner ante el Madrid: m¨¢s contenci¨®n sin la pelota y un recorte de espacios para el rival, sobre todo en el centro. Definitivamente, era gato escaldado.

Courtois y Alaba

Su plan B era esperar y correr y por ah¨ª tuvo dos oportunidades. La primera qued¨® en papel mojado por ese nuevo chivato del f¨²tbol: el detector autom¨¢tico de fueras de juego. La segunda lleg¨® en un error de Mendy, al que le rozan demasiadas balas por sobredosis de confianza, que deriv¨® en un mano a mano de Kamada ante Courtois. El belga no se ha ido de Par¨ªs. Contra esa pared estren¨® su remate el japon¨¦s.

Tambi¨¦n tuvo la suya el Madrid en un lance donde todos lo hicieron bien: Valverde corri¨® mucho y centr¨® estupendamente, Benzema le regal¨® el remate a Vinicius, este super¨® a Trapp por abajo y de la trastienda sali¨® Tuta para negarle el gol. El central brasile?o tuvo la ¨²ltima palabra.

Fueron dos rel¨¢mpagos que avivaron un partido muy en el tipo de las finales: control de leve a moderado del Madrid y paciencia sin demasiada pegada del Eintracht. Al equipo de Ancelotti, en cualquier caso, le apretaban demasiadas costuras: Vinicius era menos profundo de lo previsto ante Knauff aunque rozara el gol en un remate cruzado, a Modric se le hac¨ªa bola el partido, Benzema andaba enredado en la zarza alemana. As¨ª que el gol acab¨® llegando por un camino m¨¢s corto, el bal¨®n parado. Kroos sac¨® un c¨®rner desde la derecha, Benzema gan¨® su salto en el punto de penalti y dej¨® la pelota en el primer palo, Casemiro la devolvi¨® al ¨¢rea peque?a y Alaba, sin nadie en dos metros a la redonda, la empuj¨® a la red. Otra silla al viento.

A¨²n tuvo Benzema otra antes del descanso. A su tiro de exterior le falt¨® un punto de rosca. Ah¨ª s¨ª se vieron los alemanes sometidos a la fuerte marejada del campe¨®n de Europa.

La sentencia

El gol mejor¨® a Modric y Kroos, y por extensi¨®n al Madrid, y empeor¨® al Eintracht, obligado a jugar a lo que peor domina, pese a los cambios atrevidos de Glasner. El equipo alem¨¢n, menos aventurero de lo previsto, no ten¨ªa ya una segunda vida en el partido. Trapp, con una parada de acr¨®bata, y el larguero, que rechaz¨® un trallazo de Casemiro, retrasaron lo inevitable, que acab¨® llegando en una arrancada de Vinicius por la izquierda, cuyo centro lo remat¨® Benzema sobre la marcha al red. Un disparo venial que se trag¨® el meta alem¨¢n. No fue el mejor gol en la carrera del franc¨¦s, pero s¨ª el que le sirvi¨® para superar en la tabla de goleadores del club a otro mito, Ra¨²l. Qui¨¦n lo hubiera dicho cuatro a?os atr¨¢s. En esto empatan la transformaci¨®n del franc¨¦s en gran felino y el exceso de vista de Mourinho.

A partir de ah¨ª, Ancelotti comenz¨® a pensar en la Liga (¡°Aqu¨ª hay que celebrar deprisa¡±, le dijo a Valdano en una entrevista para explicar lo fugaces que resultan las victorias en el club blanco). Fue el momento de la next gen. Llegaron Camavinga, cuya pretemporada ha resultado excelente; Rodrygo, siempre juez de segunda instancia; los reci¨¦n llegados R¨¹diger (como lateral derecho) y Tchouameni, y Ceballos, que ha adelantado a Asensio y Hazard. Una rotaci¨®n masiva para ahorrar energ¨ªas y tambi¨¦n para hacer m¨¢s colectivo el triunfo. Con la mano izquierda puede dirigir una filarm¨®nica Ancelotti.

El primer t¨ªtulo de la temporada ya est¨¢ en las vitrinas del club.