Un reto nuevo para Lewandowski

Siempre hay una primera vez para todo y a Robert Lewandowski debutar contra el Manchester United le llega a los 34 a?os y medio. Sorprendente pero cierto despu¨¦s de batallas y batallas europeas. Tantas que, en sus ¨²ltimos 45 partidos continentales, el polaco ha marcado 37 goles. Unos registros espectaculares.

Nada m¨¢s llegar a Barcelona, Lewandowski se llev¨® un palo dur¨ªsimo. Fichado como gran reclamo y jugador franquicia, para recuperar grandeza, el Bar?a fue eliminado en Champions pese al ¨²ltimo esfuerzo del delantero en el partido ante el Inter. ?l le encontr¨® explicaci¨®n. ¡°Hay que afrontar algunas situaciones con m¨¢s inteligencia. En el f¨²tbol, a veces hay que saber c¨®mo ganar, y no c¨®mo jugar para ganar. Y es lo que nos ha pasado¡±, dijo en una entrevista a La Vanguardia profundamente decepcionado. Acostumbrado a grandes noches de Champions, a ser campe¨®n con el Bayern y a llegar a finales con el Dortmund despu¨¦s de haza?as como marcarle cuatro goles al Madrid en unas semifinales, supone un ¡®descenso¡¯ de categor¨ªa. Pero, en cierto modo, al Bar?a y a Lewandowski el sorteo les ech¨® un cable. La eliminatoria contra el United, por m¨¢s que sea de Europa League, es de un prestigio y de una proyecci¨®n mundial interesante. Y permitir¨ªa poner en valor el torneo.

Lewandowski lleva algunos partidos escribiendo alg¨²n rengl¨®n torcido en la Liga. En las ¨²ltimas nueve jornadas (en tres de ellas, eso s¨ª, estuvo sancionado), s¨®lo ha marcado un gol contra el Betis. En La Cer¨¢mica, adem¨¢s, desaprovech¨® un par de oportunidades clar¨ªsimas al inicio del partido que no le dejaron nada satisfecho. Ya le hab¨ªa pasado contra el Sevilla. Sin embargo, Lewandowski no ha dejado de ser importante para el equipo. En la Supercopa de Espa?a fue clave en la semifinal (hizo el 1-0 y marc¨® en la tanda) y la final (particip¨® en los tres goles); y en Copa hizo goles en Ceuta. En Vila-Real, adem¨¢s, estuvo muy dulce como asistente. Le regal¨® el 0-1 definitivo a Pedri y dej¨® otra vez s¨®lo a Raphinha en la segunda parte. No parece, pues, en una crisis profunda. Pero un Bota de Oro vive del gol.