Tchouameni ya no es un problema
El franc¨¦s, como central y como medio, someti¨® a la Real y salv¨® un gol. De los pitos del Bernab¨¦u a ser, al fin, dominante en robos y en intervenciones...
Decir que Tchouameni ha eclosionado de oruga en mariposa ser¨ªa excederse, pero si no fuera porque ambas versiones lucen el 14 en la espalda, ser¨ªa casi impensable considerar que el Aur¨¦lien de hace dos meses, al que pit¨® el Bernab¨¦u para enfado de Mbapp¨¦, es el mismo que el actual. Que no ha habido, en alg¨²n momento, un cambiazo.
El Reale Arena fue, si se necesitaba, la constataci¨®n de que Tchou puede ser ese fontanero que ve Ancelotti en ¨¦l. El internacional franc¨¦s someti¨® a la Real desde las dos posiciones en la que se hab¨ªa convertido en sospechoso habitual. Como central fue el m¨¢s atento en neutralizar a Oyarzabal y en el minuto 36 hizo una intervenci¨®n salvadora casi bajo palos para despejar un pase envenenado de Sucic que gritaba gol. Ese Tchouameni al que le costaba medir el timing y las distancias en el coto del central, ha aprendido. Comienza a acompasar sus mastod¨®nticas hechuras con mejores prestaciones de lectura y corte por abajo, porque el a¨¦reo nunca le fall¨®. Cuando le toc¨® adelantarse unos metros para ser pivote tras la entrada de Alaba no acus¨® el reseteo: se impuso a Sucic y Brais y encajon¨® el despliegue de Zubimendi. Un 4x4.
Presente, muy presente
Contra la Real, el Tchouameni timorato de tantas otras veces qued¨® enterrado por una versi¨®n muy dominante. Tanto que fue el tercer madridista que intervino en m¨¢s acciones (63) y el segundo que m¨¢s balones recuper¨® (cinco) y tambi¨¦n el segundo con mejor porcentaje de pase (91,5% para 43 pases en total). Los n¨²meros, la presencia y ser un sheriff por los carriles centrales, todo lo que se le reclamaba, ahora lo aporta. Lo que tanto clamaba Ancelotti en las noches de truenos y centellas sobre la cabeza de su pupilo, que ¡°a nivel defensivo es insustituible¡± al fin parece visible para los profanos en la materia.
Tan c¨®modo se sinti¨® Aur¨¦lien que hasta se dej¨® ver, como hace a menudo con la camiseta de Les Bleus, pisando la cal del ¨¢rea rival. Desmelenado y de un inesperado taconazo suyo estuvo a un pelo de venir el 0-2 de Bellingham que no lleg¨® porque Remiro hizo la parada de la noche.
Con todo y con eso Tchouameni es de estilo brutalista y eso no va a cambiar, pero en este Madrid y asomando la oreja marzo, no s¨®lo es necesario el virtuosismo art¨ªstico.
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