Tan cerca, tan lejos
La Real Sociedad cae con l¨®gica contra el Paris Saint-Germain, pero siempre nos preguntaremos qu¨¦ habr¨ªa pasado si esto se juega antes.


La Real Sociedad se despide de la Champions League con una sensaci¨®n extra?a. Por un lado, no puedes evitar sentir tristeza por decir adi¨®s antes de lo que te gustar¨ªa a una competici¨®n preciosa, la mires por donde la mires (por eso no entiendo el empe?o de meternos con calzador la dichosa Superliga). Competir con los mejores de Europa, aparte de que te ayuda a crecer y te hace mejor, es muy bonito y sugerente. Pero por otro lado, tampoco puedo evitar sentir un orgullo tremendo al echar la vista atr¨¢s y ver el pedazo de papel que se ha hecho esta temporada en la m¨¢xima competici¨®n continental. Se han superado con creces todas las expectativas, con un nivel de juego a la altura de las m¨¢s grandes plantillas europeas. Y haciendo historia, porque¡ ?cu¨¢ndo hab¨ªais visto a la Real siendo campe¨®n de grupo sin perder un partido y siendo el equipo menos goleado de toda esa primera fase? Pues eso.
Esta eliminaci¨®n a manos de Kylian Mbapp¨¦ (que no a manos del Paris Saint Germain, porque parece que solo juega ¨¦l, tanto medi¨¢tica como deportivamente, hasta el punto de que marca m¨¢s que diferencias, ¨¦l es directamente la diferencia) no puede empa?ar este bello idilio txuri-urdin con la Champions League. Y el gol de Mikel Merino en la recta final, aunque no sirviera de nada, tuvo algo de justicia po¨¦tica. Como si el f¨²tbol, tantas veces injusto, no quisiera ser tan cruel con la Real y quisiera regalarle un final dulce con ese gol que hab¨ªa buscado en toda la eliminatoria, pero que lo hab¨ªa abandonado, como le viene pasando desde hace semanas a los donostiarras. Un gol que te demuestra que no estabas tan lejos del PSG, aunque la realidad de la eliminatoria es que no has estado ni un poco cerca pasar a cuartos de final. El 1-4 lo dice todo. La Real se puede ir m¨¢s que orgullosa a casa, a reflexionar sus pecados y bendecir sus aciertos en esta Champions.
Poco tenemos que reprocharle a Imanol y sus chicos. Yo al menos. Si acaso lo que nos tiene que dar rabia es que esta eliminatoria haya llegado en este momento de la temporada, casualmente en el que peor est¨¢n los txuri-urdin. Y con un PSG creciendo y mucho m¨¢s hecho que en diciembre. Porque si nos llega a pillar un poco antes¡ estoy convencido de que habr¨ªamos estado m¨¢s cerca, y hasta me atrevo a apostar a que la historia habr¨ªa sido bien diferente. Aquella Real elimina al PSG. Lo tengo muy claro. Y puede sonar a bravuconada, o a comentario enrabietado despu¨¦s de ser eliminado. Pero mi argumentaci¨®n se basa en que la hora espectacular de Paris, en la que la Real tuvo de verdad contra las cuerdas al PSG, se habr¨ªa prolongado m¨¢s tiempo y lo m¨¢s importante, habr¨ªamos marcado m¨¢s de un gol, porque entonces no est¨¢bamos secos. Pero eso ya es ficci¨®n, lo real es que te has ido de la Champions con la cabeza alta, contra un PSG que te ha eliminado en buena lid y contra el que hoy en d¨ªa es el mejor jugador del mundo.
Pero te vas habiendo triunfado en la Champions, y eso ah¨ª queda para siempre. Te vas, adem¨¢s, con tu afici¨®n aplaudi¨¦ndote agradecida y orgullosa, s¨ªntoma de que esto nos ha unido m¨¢s, como bien refleja el nievo r¨¦cord de asistencia a Anoeta (39.336 espectadores). D¨ªganme un equipo que se despida de una competici¨®n con el aplauso de su gente. No es f¨¢cil de encontrar. Pero a partir de ahora, toca volver a levantarse cuanto antes para regresar pronto. Que no vuelvan a pasar diez a?os para ver de nuevo a la Real entre la aristocracia europea.
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