El primer partido de Espa?a en Zaragoza
El 14 de abril de 1929, la Selecci車n humill車 a Francia en Torrero (8-1), en lo que fue un acontecimiento verdaderamente extraordinario para la ciudad y para todo Arag車n.
La selecci車n espa?ola hizo su debut internacional frente a Dinamarca el 28 de agosto de 1920, con ocasi車n de los Juegos Ol赤mpicos de Amberes, donde obtuvo la medalla de plata. Y disput車 su primer partido en suelo patrio el 9 de octubre de 1921 ante B谷lgica en San Mam谷s, en aquel entonces la llamada &Meca del f迆tbol espa?ol*. Despu谷s de Bilbao, el equipo nacional actuar赤a como local en Madrid, San Sebasti芍n, Sevilla, Barcelona, Valencia, Vigo, Santander y Gij車n. Y, por fin, el domingo 14 de abril de 1929, tras dos a?os de infructuosas intentonas, Zaragoza alberg車 el primer encuentro de la Selecci車n, un acontecimiento que result車 verdaderamente extraordinario en una ciudad de apenas 174.000 habitantes y que repart赤a sus pasiones futbol赤sticas entre el Iberia, el club decano y campe車n perpetuo, y el antiguo Real Zaragoza.
En un principio, la Federaci車n Espa?ola de F迆tbol hab赤a elegido a Barcelona, sede de la Exposici車n Internacional, para albergar el Espa?a-Francia, cuarto enfrentamiento de la historia entre ambas selecciones, pero ante la imposibilidad de disputar el partido durante las fechas del certamen en la Ciudad Condal -del 20 de mayo de 1929 al 15 de enero de 1930-, fue finalmente designada Zaragoza para acoger el partido, gracias a alguna maniobra de pasillo y a la influencia y a los buenos oficios de Jos谷 Mar赤a Muniesa, segundo presidente de la Federaci車n Aragonesa de F迆tbol, presidente entonces del Iberia Sport Club y una de las personalidades m芍s relevantes del f迆tbol espa?ol de la 谷poca, apodado, no sin raz車n, por los cronistas madrile?os de las asambleas federativas como el &internacional del Iberia*, porque siempre sacaba beneficio para su club.
Y como no pod赤a ser de otra forma, el anuncio de que Zaragoza iba a ser el escenario del Espa?a-Francia volvi車 a enfrentar a los dos grandes del f迆tbol aragon谷s. El Real Zaragoza ponder車 su campo de la calle del Asalto, bautizada por sus periodistas afines, que eran la gran mayor赤a, como la &metr車poli roja*. Y por descontado, el Iberia hizo lo propio con su Campo de Deportes, la llamada &catedral gualdinegra*. El debate se agot車 pronto porque la Federaci車n Espa?ola, tras una inspecci車n oficial para guardar las formas, se decant車 por Torrero. Su aforo oficial era algo inferior -15.896 espectadores por 17.104-, pero desde su inauguraci車n en 1923 se hab赤an realizado importantes remodelaciones, algunas muy recientes como la ampliaci車n en mil localidades del c谷lebre &Gol de Entrada o de Piscina* o en dos mil de la General, y en su flamante tribuna de cemento armado 每la del campo de la calle del Asalto era de madera- cab赤an 4.932 espectadores sentados, casi el triple que en la del Real Zaragoza. Y contaba adem芍s con un c谷sped inmejorable. El mejor de Espa?a, presum赤an los hinchas del Iberia. Y aqu赤 es obligado a?adir que Torrero estren車 la hierba en su terreno de juego el 29 de noviembre de 1925, cuando la Federaci車n Espa?ola a迆n permit赤a los campos de tierra para los torneos oficiales y m芍s de medio a?o antes que Chamart赤n, el Metropolitano, Las Corts, Sarri芍, Mestalla o el sevillano Reina Victoria.
Pero en la elecci車n de Torrero hubo tambi谷n causas de 赤ndole personal. Por ejemplo, el seleccionador nacional, el periodista bilba赤no de &La Gaceta del Norte* Jos谷 Mar赤a Mateos, cultivaba una vieja amistad con Jos谷 Mar赤a Gayarre, gran pionero y figura cumbre del f迆tbol en Arag車n, que le llev車 a asistir esa temporada 1928-29, junto a otras prestigiosas figuras del balompi谷 espa?ol, a la serie de conferencias deportivas que el entonces director t谷cnico del Iberia organiz車 en el Centro Mercantil. Y eso por no hablar de las apuntadas relaciones del doctor Muniesa en Madrid. Y de su enorme prestigio futbol赤stico. As赤 que la elecci車n estuvo clara desde el principio, pese a que Francisco Vives, el presidente entonces del Real Zaragoza, alz車 la voz y acus車 directamente al presidente de la Federaci車n Aragonesa, Rafael Delatas, de actuar siempre en perjuicio de su club y en beneficio del Iberia, del que era declarado seguidor.
?stas fueron las verdaderas razones de que el Espa?a-Francia se jugara en Torrero, aunque haya pasado a la posteridad como crucial la famosa &an谷cdota del taxista*. Se lleg車 a contar, y hasta a escribir, que el azar quiso que un taxista socio del Iberia trasladara, unas semanas antes del partido, a los delegados de la Federaci車n Espa?ola venidos a Zaragoza para designar oficialmente el terreno que acoger赤a el Espa?a-Francia. Se le requiri車 como primera parada el campo de la calle del Asalto y el taxista opt車 por coger de lleno todos los baches que encontr車 a su paso, originando a sus ocupantes continuas molestias, al mismo tiempo que comentaba: ※?Esto es imposible, no hay forma de venir a este campo!§. Luego, de camino a Torrero, tuvo el cuidado de no tropezar con una sola piedra. ※En Zaragoza no existe ning迆n campo como 谷ste§, coment車 en voz alta a sus sorprendidos clientes. Lo cierto es que varias semanas antes, y a requerimiento del Iberia, el Ayuntamiento de Zaragoza hab赤a arreglado el pavimento de la calle Lasierra Purroy, donde se ubicaba el campo de los &avispas*.
Las entradas del Espa?a-Francia se pusieron a la venta tres semanas antes del partido y se despacharon en un d赤a y medio. Fue tal la demanda que se hubieran llenado dos Torreros. Tuvieron prioridad los socios del Iberia, a los que se reserv車 su localidad siempre que hubieran abonado el recibo mensual de marzo, y despu谷s los socios del resto de clubes aragoneses federados. Y, para evitar la reventa, s車lo se vendieron tres entradas por socio, con precios que iban desde las 5 pesetas de la General a las 15 de la Tribuna Central. Lo nunca visto en Zaragoza. Por orden de la Federaci車n Espa?ola, se reserv車 un cupo reducido de localidades para atender encargos de toda Espa?a, con un recargo del 15% sobre los precios en taquilla. La recaudaci車n ascendi車 a 84.000 pesetas (506 euros), superando con mucho las 60.000 pesetas (361 euros) que se obtuvieron en la final de la Copa del Rey de 1927, que disputaron tambi谷n en Torrero el Real Uni車n de Ir迆n y el Arenas Club de Guecho (1-0), que fue el primer partido de f迆tbol radiado en Espa?a, a trav谷s de las estaciones de Uni車n Radio de Madrid, Bilbao y San Sebasti芍n.
La respuesta del p迆blico desbord車 todas las previsiones y el presidente de la Federaci車n Aragonesa, Rafael Delatas, no pudo ocultar su entusiasmo: ※Este partido supone todo un triunfo para nuestro f迆tbol. No cre赤amos que pudiera despertar tanta expectaci車n, pero la realidad ha superado nuestras esperanzas. No vamos a poder contentar a todos, porque todo Arag車n quiere ver el partido. Por ejemplo, en Jaca no se va a quedar nadie en casa§.
Jos谷 Mar赤a Mateos, quien ya hab赤a sido seleccionador en ocasiones anteriores formando tr赤o con otros personajes futbol赤sticos, debut車 con gran 谷xito como seleccionador 迆nico el 17 de marzo de ese 1929 frente a Portugal en Sevilla (5-0), pero para el encuentro frente a Francia contaba con las bajas del madridista Urquizu y de los espa?olistas Bosch, Sol谷 y Padr車n, y los reemplaz車 con Quincoces, entonces el zaguero m芍s en forma de Espa?a, los realistas Marculeta, Yurrita y Paco Bienzobas y el osasunista Seve Goiburu.
El seleccionador nacional cit車 en Zaragoza el jueves 11 de abril a los trece jugadores convocados con el fin de efectuar un partido de acoplamiento al d赤a siguiente frente a una selecci車n aragonesa en el campo de la calle del Asalto, lo que al final daba cierta satisfacci車n al Real Zaragoza.
Y all赤 estaban los seleccionados, que eran:
Porteros: Zamora (Espa?ol) e Eizaguirre (Sevilla).
Defensas: Quesada (Real Madrid) y Quincoces (Alav谷s).
Medios: &Pachuco* Prats y Pe?a (Real Madrid), Marculeta (Real Sociedad) y Tena I (Espa?ol).
Delanteros: Lazcano y Gaspar Rubio (Real Madrid), Goiburu (Osasuna) y Paco Bienzobas y Yurrita (Real Sociedad).
Todos los jugadores hicieron el viaje hasta Zaragoza en ferrocarril, salvo el gran Ricardo Zamora, un as mundial, apodado el &Divino*, que lo hizo desde Barcelona en su propio autom車vil, un flamante deportivo, junto a su compa?ero en el Espa?ol Tena I. Y en el recibimiento a los futbolistas en el &Hotel Oriente*, ubicado en el n迆mero 13 de la calle del Coso, arteria del coraz車n de la capital aragonesa, no falt車, por supuesto, la jota: ※En mil ochocientos ocho, Agustina en una puerta, ahora Zamora est芍 en otra, ?Redi車s qu谷 par de defensas!§.
Apuntar tambi谷n que el h迆ngaro K芍roly Plattk車, entrenador del Iberia y hermano del portero del Barcelona Ferenc, el de la famosa oda de Alberti, fue designado masajista de la Selecci車n.
Espa?a hab赤a ganado a Francia en sus tres enfrentamientos anteriores, tanto en Burdeos (0-4), como en San Sebasti芍n (3-0) y en Par赤s (1-4), pero Mateos no quer赤a confianzas de ninguna clase y propuso al presidente de la Federaci車n Espa?ola, Pedro D赤ez De Rivera y Figueroa, marqu谷s de Someruelos, que sobre la prima establecida -cien pesetas por partido ganado- se fijara, para cada jugador, una sobreprima de 50 pesetas por cada gol de diferencia.
El equipo franc谷s lleg車 a Zaragoza el viernes 12 de abril pasadas las tres de la tarde en el Expreso de Canfranc, con Jules Rimet, doble presidente de la Federaci車n Francesa y de la FIFA, a la cabeza de una expedici車n donde se encontraba como enviado especial del semanario &Le Miroir del Sports* el c谷lebre periodista Gabriel Hanot, creador m芍s tarde de la Copa de Europa y del Bal車n de Oro desde el diario &L*Equipe*. Acudieron a recibirles al mismo and谷n de la Estaci車n del Norte las principales autoridades de la ciudad, directivos de la Federaci車n Espa?ola y de la Aragonesa, representantes de los clubes locales y miembros del Consulado de Francia en Zaragoza. &Les Bleus* montaron su cuartel general en el &Hotel de las Cuatro Naciones y del Universo*, en plena calle de Don Jaime I, muy cerca de la Bas赤lica del Pilar.
El presidente del comit谷 seleccionador franc谷s, Gaston Barreau, desplaz車 a Zaragoza a los siguientes trece jugadores, al cuidado del masajista y entrenador Louis de Panosetti, famoso por su boina y su bigote.
Porteros: Henric (S豕te) y Th谷pot (Red Star de Par赤s).
Defensas: Wallet (Amiens) y Bertrand (Stade Fran?ais de Par赤s).
Medios: Dauphin (Stade Fran?ais de Par赤s), Banide (Strasburgo), Villaplane (Nimes) y Cazal (S谷te).
Delanteros: Dutheil (Cannes), Lieb (Mulhouse), Paul Nicolas (Amiens), Veinante (Racing de Par赤s) y Galey (S豕te).
Tambi谷n Francia ten赤a sus bajas y se present車 sin los lesionados Langiller, extremo izquierda del Excelsior de Roubaix y los medios Pinel (Red Star de Par赤s) y Delfour (Stade Fran?ais de Par赤s), adem芍s, y sobre todo, de sin el gran defensa Manuel Anatol (Racing de Par赤s), un ingeniero nacido en Ir迆n, de padre franc谷s y madre espa?ola, recientemente nacionalizado franc谷s, que siempre se neg車 a jugar frente a Espa?a.
Pero al margen del propio partido, estaban los actos oficiales organizados para agasajar a los visitantes franceses, con la siguiente programaci車n: el s芍bado 13, a las once de la ma?ana, recepci車n en el Ayuntamiento por parte del alcalde Miguel Allu谷 Salvador; por la tarde, recorrido en autom車vil por la ciudad, visitando sus monumentos hist車ricos y art赤sticos; posteriormente, una funci車n de gala en el Teatro Principal -la comedia francesa &El coraz車n manda*, de Francis de Croisset-, con jotas en el intermedio. El domingo por la ma?ana, carrera ciclista en el vel車dromo de Torrero; y a las tres de la tarde, novillada con la actuaci車n de los j車venes lidiadores Antonio Iglesias y Alfredo Corrochano, 谷ste hijo del c谷lebre cr赤tico taurino de &ABC* Gregorio Corrochano, autor de &La Edad de Plata del Toreo*. En resumen, un programa sin apenas descanso para los futbolistas &blues*, que, quiz芍, se hizo a prop車sito. Tras el partido, banquete oficial en el Sal車n Pompeyano del Casino Mercantil. Finalmente, a las diez y media de la noche, gran baile de gala en el Palacio de la Lonja.
Y antes de entrar en el encuentro, una pincelada sobre el 芍rbitro Albert James Prince Cox: era capit芍n retirado de la RAF (Royal Air Force), nacido en Southsea el 8 de agosto de 1890 y llegaba a Zaragoza procedente de Viena, en donde hab赤a arbitrado el Austria-Italia, partido tremendo merced a la violencia que impusieron los italianos y que fue contestada con no menos ardor por los locales. Al margen de los incidentes deportivos hab赤a habido otros, no menos desagradables, que pod赤an dar lugar a dificultades pol赤ticas: que no estuviera la bandera italiana en la tribuna junto a la austriaca o que en vez del himno italiano, se interpretara una marcha f迆nebre#
Torrero estaba adornado con banderas y reposteros con los colores espa?oles y franceses. En los alrededores del campo una muchedumbre de espectadores anunciaba el lleno absoluto. Entre los espectadores m芍s conspicuos de la tribuna, el tenor aragon谷s Miguel Fleta, gran aficionado al f迆tbol, y el diestro madrile?o Marcial Lalanda, figura del toreo de la 谷poca. En el palco, presidiendo, nada menos que el propio presidente de la FIFA, Jules Rimet. A las cuatro y media de la tarde, hora de comienzo del partido, un sol de fuego abrasaba a los espectadores de General, calentando a迆n m芍s sus entusiasmos.
Sale el equipo franc谷s, que es recibido con una enorme ovaci車n. Poco despu谷s, los espa?oles pisan el c谷sped bajo aplausos atronadores y gritos de entusiasmo. Se alinean en una fila los dos equipos y se procede a la interpretaci車n de los himnos de ambas naciones. Seg迆n algunas cr車nicas, el 芍rbitro Prince Cox se ech車 en el c谷sped esperando tales himnos con el bal車n como almohada. Realmente resulta incre赤ble tal actitud despectiva y m芍s habida cuenta de la entidad militar del 芍rbitro ingl谷s... ?Quiso demostrar su repudio por el hecho de que no se interpretara su himno nacional? Todo el partido se hab赤a planteado en Zaragoza como una fiesta por todo lo alto y no deja de chocar que se cometiera un desaire al colegiado. La falta de educaci車n era evidente y ante el presidente de la FIFA, que a buen seguro tomar赤a nota de tal actitud, un tanto arriesgada. Pero lo cierto es que la imagen que acompa?a a estas l赤neas no deja lugar a dudas sobre la &siesta* del &referee*. ?Fue previa a la salida de los jugadores, bien al inicio del partido, bien tras el descanso y el cronista se confundi車 en el momento con la figura del &芍rbitro yacente*?
Eligi車 campo Zamora a favor del viento. Y el capit芍n franc谷s Paul Nicolas dio el primer puntapi谷 al bal車n. El primer tiempo del equipo espa?ol no fue de calidad. Demasiados nervios. Excesivo 赤mpetu ciego. Pero los franceses demostraron muy poca entidad y fueron f芍cilmente rebasados por los espa?oles. Bienzobas abri車 la cuenta a los siete minutos, al aprovechar una dejada de Yurrita, tras fallo estrepitoso de Henric en su salida.
Cuando ya hab赤a transcurrido media hora, una internada de Bienzobas, llena de peligro, fue cortada con una zancadilla por el defensa Vallet. El 芍rbitro se?al車 el punto de penalti. Y Quesada, el m芍ximo especialista espa?ol en tales menesteres, que se pod赤an contar con los dedos de una mano los que hab赤a fallado en toda su vida, quiso ajustar tanto el lanzamiento que lo envi車 fuera. Cinco minutos despu谷s, Gaspar Rubio, el que luego iba a ser apodado como &El rey del astr芍galo*, recibi車 el bal車n, se gir車 sobre s赤 mismo y, casi a la media vuelta, conect車 un trallazo, raso y colocado, que Henric no pudo alcanzar, pese a su r芍pida zambullida. Dos a cero.
El segundo tiempo ya fue un vendaval, porque el equipo espa?ol comenz車 con un rapid赤simo encaje de bolillos que desmantel車 a los galos. El ala Lazcano-Goiburu hizo diabluras. El diminuto Marculeta fue un 谷mbolo incansable que condujo todo el juego espa?ol de forma magistral. Alguien coment車, con respecto a esta distinta actitud de los espa?oles, que el seleccionador les hab赤a recordado durante el descanso que hab赤a diez duros &por barba* por cada tanto de diferencia: m芍s de uno mir車 a Quesada de forma homicida...
Gaspar Rubio marc車 el tercero antes de que Prince Cox volviera a pitar penalti en el 芍rea gala por un hachazo de Bertrand a Goiburu. Los jugadores espa?oles miraron hacia Quesada, pero no para indicarle que lanzara el castigo, sino ce?udamente con el fin de disuadirle. All赤 estaba Paco Bienzobas, otro especialista de los penaltis. Y el donostiarra no fall車. Cuatro a cero.
Marculeta cont車 en una entrevista, tiempo despu谷s, lo siguiente: ※A los veinte minutos, penalti contra Francia. Ricardo Zamora, como capit芍n, orden車 a Quesada que lo tirara 谷l. El zaguero madridista era un verdadero art赤fice del lanzamiento de faltas m芍ximas. Lo lanz車 con la izquierda, tan ajustado, que se le fue a unos dedos del poste izquierdo de Henric. Pero quince minutos despu谷s, otro penalti contra los galos. Zamora, quiz芍 para levantar la moral de Quesada, le hizo una se?a para que lo lanzara tambi谷n. Pero yo me acerqu谷 a 谷l: &Oye, Ricardo, que ya nos ha costado diez duros y ahora lo va a tirar nervioso. Deja que lo lance Paco*. &Bueno, pues que lo tire Paco*. Lo lanz車 Bienzobas y ?gol! &?Lo ves, Ricardo? ?Ya hemos recuperado los diez duros de antes*§.
El equipo franc谷s dej車 de existir. Y los espa?oles empezaron la exhibici車n. Goiburu firm車 el quinto gol, Gaspar Rubio el sexto, Goiburu el s谷ptimo, y Gaspar Rubio, tetragoleador de la tarde, el octavo.
Cuando ya el 芍rbitro estaba mirando el cron車metro, sali車 Nicolas desde su 芍rea con el bal車n en los pies. Cuando los adelantados Quincoces y Quesada se dieron cuenta, ya era tarde. Cedi車 el ariete franc谷s a Veinante, quien chut車 poco menos que a puerta vac赤a, pues Zamora estaba hablando con los que estaban detr芍s de la porter赤a y cuando se lanz車 a tumba abierta ya era tarde. Hizo lo posible, pero... Ocho a uno.
Sobre este gol hubo muchas opiniones. Para p迆blico y cr赤ticos fue un regalo de Zamora, una galanter赤a para que los franceses salvaran &el honor*. El capit芍n espa?ol lo neg車 siempre. Hizo cuanto pudo, pero Veinante le gan車 la acci車n. La versi車n del seleccionador Mateos fue otra. Dijo: ※Ten赤amos ya ocho goles. Me hallaba yo sentado tras la meta que ocupaba Zamora. El dominio era persistente. Zamora vino tranquilamente hacia m赤 y me dijo, sonriente &Cada gol le cuesta a usted diez duros, ?verdad? Le propongo un bonito negocio: me da cincuenta duros y me dejo meter un gol. Se ahorrar芍 sesenta duros*. Y en esa proposici車n fue cuando Veinante recibi車 el bal車n. Cuando lleg車 Zamora ya era tarde. Hizo lo que pudo para llegar..., pero no lleg車§. Luego, tras el partido el se?or Mateos confes車: ※En el vestuario hubo un verdadero tumulto. Quer赤an &matar* a Zamora y Quesada. Les reclamaban cada uno cincuenta pesetas por cabeza. El penalti fallado, el gol que le hab赤an metido... Claro que yo tambi谷n tuve que huir, porque estos dos me ped赤an a m赤 una participaci車n de las 550 pesetas que cada uno hab赤a ahorrado a la Nacional§.
Al margen de lo anecd車tico hay que decir que el debut de Zaragoza en la historia de la Selecci車n espa?ola no pudo ser mejor. El equipo hizo una segunda parte de ensue?o. La organizaci車n fue perfecta. El p迆blico estuvo formidable. Y hasta hubo un alumbramiento feliz en pleno partido: en el descanso, en la vivienda que la familia Sim車n ten赤a en el campo de Torrero, naci車 la peque?a Alicia, la hija mayor del hist車rico conserje y utillero Benjam赤n Sim車n. Tal acontecimiento fue anunciado por los altavoces y largamente aplaudido por todo el p迆blico. Y Alicia, iberista de cuna, contin迆a felizmente viva a sus 93 a?os, siguiendo con pasi車n el discurrir del actual Real Zaragoza.
?Y qu谷 escribi車 Gabriel Hanot en su cr車nica para su semanario? El titular ya no dej車 lugar a dudas: ※El desastroso partido de Zaragoza§. Y lo remach車 en el subt赤tulo -※C車mo el equipo de f迆tbol de Francia, que jug車 el domingo, &al cien por ciento por debajo de su valor real* ha encajado ocho goles teniendo delante a un once de Espa?a extremadamente brillante§- y con un p芍rrafo demoledor: ※Para que un equipo gane en un pa赤s extranjero, debe ser dos veces m芍s fuerte que el adversario. Como nosotros valemos, intr赤nsecamente, el doble menos que los espa?oles, es f芍cil ver la raz車n de nuestro desastre§.
Verdaderamente, la exhibici車n de la Selecci車n fue rotunda. Y el &yacente* Prince Cox tampoco dud車 en se?alarla: ※Espa?a es el mejor equipo que he visto en mi vida§. Fue, sin embargo, el 迆ltimo partido internacional que dirigi車 el 芍rbitro ingl谷s, porque apenas tres semanas despu谷s ser赤a suspendido a perpetuidad por la FIFA al haber sido designado para el Irlanda-B谷lgica y presentarse con tres d赤as de retraso en Dubl赤n.
La Espa?a de Mateos seguir赤a su imponente trayectoria y el 15 de mayo de 1929 vencer赤a 4-3 a Inglaterra en Madrid. Fue la primera derrota de la selecci車n inglesa frente a una selecci車n no brit芍nica. La noticia se extendi車 por todo el mundo como la p車lvora: Inglaterra no era invencible.
Pero esa es otra historia y otro partido#
Sexta visita de la Selecci車n por el centenario de la Real Federaci車n Aragonesa de F迆tbol
El Espa?a-Suiza de esta noche en La Romareda es el plato principal de los actos del centenario de la Real Federaci車n Aragonesa de F迆tbol, y el sexto partido que la Selecci車n va a disputar en Zaragoza en toda su historia.
Despu谷s de su apuntada visita en 1929, el equipo nacional tard車 41 a?os en regresar a la capital aragonesa y lo hizo, ya en el estadio de La Romareda, el 28 de octubre de 1970 en un amistoso contra Grecia que se sald車 con una victoria por 2-1. Era seleccionador Ladislao Kubala, que esa noche hizo debutar nada menos que a Quini, autor del segundo gol. Violeta estuvo en el banquillo, pero no lleg車 a jugar ni un minuto ante la decepci車n de la parroquia zaragocista.
El tercer partido de Espa?a en Zaragoza, y el primero oficial, fue el 27 de abril de 1983, con Miguel Mu?oz al frente de la Selecci車n. Victoria por 2-0 frente a Eire en encuentro valedero para la fase final de la Eurocopa de 1984, en al que Espa?a alcanz車 el subcampeonato, al perder por 2-0 frente a Francia en el Parque de Pr赤ncipes de Par赤s. Actuaron en el once titular el zaragocista Juan Se?or y el aragon谷s V赤ctor Mu?oz, entonces en las filas del Barcelona.
Dos a?os despu谷s, el 20 de noviembre de 1985, fue Austria la que visit車 La Romareda en noche glacial. En duelo amistoso, Espa?a no pas車 del empate sin goles y Miguel Mu?oz dio entrada a Se?or tras el descanso como relevo de V赤ctor. Fue el debut internacional del madridista M赤chel y Butrague?o fall車 un penalti.
El quinto partido de Espa?a en Zaragoza se disput車 el 7 de junio de 2003. Y tambi谷n fue oficial, en este caso de clasificaci車n para la fase final de la Eurocopa de 2004, con sede en Portugal. El rival fue Grecia, a la postre campe車n, y el seleccionador, I?aki S芍ez. No hubo zaragocistas.
Diecinueve a?os despu谷s, la Selecci車n regresa a Zaragoza en partido oficial correspondiente a la Liga de las Naciones.