Riesgo roza la perfecci¨®n, pero desliza la retirada a final de curso

Asier Riesgo luce 39 a?os, pero en su rendimiento recurrente muestra habilidades propias de un juvenil. Exhibici¨®n de hambre (dicen los que le rodean que es uno de sus secretos) que tuvo ante el Villarreal B un nuevo episodio dentro de una temporada, la actual, en la que est¨¢ luciendo regularidad, calidad y determinaci¨®n como nunca antes desde que firm¨® por el Legan¨¦s en 2020. El guardameta de Deba fue clave en un pu?ado de acciones, aunque ninguna como la parada que, en el 90+1¡ä, evit¨® el empate amarillo a ca?onazo de Javi Ontiveros.

La acci¨®n del mediapunta fue quiz¨¢ lo m¨¢s bonito de todo el partido. El malague?o arranc¨® en la divisoria de ambos campos y, volcado a la izquierda, se quit¨® un primer rival, a Dani Raba, con un amago y conducci¨®n que le permiti¨® encarar por velocidad a la zaga pepinera. El ¡®10¡ä tir¨® diagonal y tras deshacerse de la presi¨®n de Ciss¨¦, enfil¨® el balc¨®n del ¨¢rea. Desde ah¨ª, a unos 20 metros, escupi¨® un latigazo marca de la casa que, por potencia y direcci¨®n, apuntaba a porter¨ªa. Golazo¡­ hasta que Riesgo lo evit¨®.

La bola dibuj¨® un efecto extra?o de dentro hacia afuera que en su ¨²ltimo giro se encontr¨® con la mano diestra del veterano portero. Este ex de Real Sociedad, Osasuna, Eibar o Girona entre otros intervino justo a tiempo para impulsarla unos cent¨ªmetros y que la bola se estrellara en el larguero. El bal¨®n cruji¨® escupido del travesa?o como el coraz¨®n de la boca de los pepineros, alucinados con el parad¨®n y paralizados por el temor de ver empatar un duelo que asum¨ªan ganado por merecimiento. Ontiveros ya no vio el resto de la jugada, desesperado en su frustraci¨®n. Una nueva muesca para la capa de Riesgo.

Argumentos de un intocable

No fue la ¨²nica intervenci¨®n que hizo del partido de Riesgo ante el Villarreal B una actuaci¨®n clave. Con la l¨ªnea adelantada y la presi¨®n a la salida del bal¨®n rival como banderas, Carlos Mart¨ªnez solicit¨® a su portero que ejerciera casi como un l¨ªbero que guardase las espaldas de su zaga. Lo bord¨®. Un par de salidas del guardameta ahogaron el inicio peligros a la contra del filial amarillo. En una, le reba?¨® de los pies la pelota a Pacheco. En otro, le tap¨® hueco a 10 metros del ¨¢rea a Mill¨¢n, presi¨®n suficiente para que la vaselina se marchara bastante escorada a la derecha del arco. Llov¨ªa sobre mojado.

Porque en el estreno de Mart¨ªnez en el banquillo, ante la Ponferrdina, de nuevo Riesgo fue vital para apuntalar el 0-1, especialmente en el final de un primer tiempo en el que hubo asedio a su meta. No es de extra?ar que con el regusto de aquel partido y otros tambi¨¦n brillantes, la afici¨®n lo nombrase mejor pepinero del mes de marzo. De los pocos que salvar en el agujero negro. Idiakez, conservador en sus decisiones, insisti¨® en no tocar la porter¨ªa ni en la b¨²squeda de una tecla salvadora que reactivara los resortes del equipo. La decisi¨®n ten¨ªa sentido viendo c¨®mo Riesgo segu¨ªa par¨¢ndolo todo aun incluso cuando la defensa se mostraba m¨¢s d¨¦bil que nunca.

¡°Intento d¨ªa a d¨ªa estar lo mejor posible. Dar lo mejor. Aportar mi experiencia. Si me toca jugar, dar tranquilidad. Ayudar en lo que sea¡±, se excusaba t¨ªmido, en zona mixta despu¨¦s de que su propio entrenador y el visitante, Miguel ?lvarez, lo alabaran ampar¨¢ndose en c¨®mo el f¨²tbol moderno y la medicina albergan jugadores como ¨¦l. Eternos rozando edades que anta?o parec¨ªan imposibles.

Futuro en el aire

Paradoja del rendimiento que se ha hecho carne con Riesgo luciendo el escudo del laurel. Seg¨²n ha ido sumando a?os, su presencia en el equipo ha ido aumentando. Su primera campa?a como pepinero jug¨® 17 partidos (Copa incluida), 21 la siguiente y 30 en la actual, una cifra que no alcanzaba desde 2016, cuando, con el Eibar, acumul¨® 34 entorchados oficiales.

A las puertas de los 40 y con el contrato que le liga al Legan¨¦s acabando el pr¨®ximo 30 de junio, Riesgo a¨²no sabe qu¨¦ har¨¢ con su carrera. La palabra retirada a¨²n retumba con fuerza en un horizonte al que su cuerpo le pide seguir, pero sus circunstancias el invitan a pensar. ¡°No lo s¨¦¡­ tengo que pensarlo. Es una decisi¨®n familiar tambi¨¦n. Tengo que pensarlo¡­ vamos a acabar bien el a?o y ya veremos¡±, regateaba el asunto con agilidad, la misma que hace falta para quit¨¢rselo de en medio y marcar gol. Que se lo pregunten a Ontiveros y su imperfecta jugada perfecta.