Debe ser reconfortante para los jugadores y t¨¦cnicos del Racing ver la placidez con la que vive su entorno el arranque de la competici¨®n pese a que los n¨²meros son descorazonadores. Desconcertantes. Terribles. Son tan malos, incluso compar¨¢ndoles con los de la ¨²ltima y desgraciada temporada en Segunda, la que comenz¨® con Iv¨¢n Ania en el banquillo, que los aficionados y los directivos han decidido obviarlos. La ¨²nica cifra que se repite es el siete, para rese?ar la mala suerte que evidencia haber estrellado tantas veces el bal¨®n en la madera en solo ocho partidos. Indudable. Ahora bien, reconociendo que el Racing fue mejor que el M¨¢laga, penoso incluso en sus intenciones, que tuvo media hora de mando absoluto en Eibar y otra contra Las Palmas, no parece razonable creer que la falta de puntos sea el resultado de una confabulaci¨®n entre los ¨¢rbitros, las lesiones, la mala suerte y la bruja Lola. Hasta ahora Romo opina que debe seguir haciendo lo mismo con, casi, los mismos, que ya llegar¨¢n los triunfos. Ojal¨¢. De momento, como ya se ve que Martija no se calienta f¨¢cilmente y Alfredo P¨¦rez no es futbolero y no corta cabezas salvo que se las pongan en bandeja (Chuti la de Ania, Amorrortu la de Rozada), no se puede quejar. Ni del Racing ni del racinguismo.
Jugadores con clase
Tres goles en ocho partidos, perd¨®n por la obviedad, es un desastre. Un cifra al alcance de una delantera de chichinabo en cualquier competici¨®n. Sin embargo, mis ojos se empe?an en negar la mayor. En contradecir lo que los guarismo elevan a indiscutible. Yo veo, o creo ver, que el Racing tiene m¨¢s talento del centro del campo hacia adelante que muchos equipos. Juergen, Pombo e ??igo Vicente parecen estar siempre a punto de romper en jugadorazos, a media revolera de hacer sacar los pa?uelos. ??igo y Camus, a su estilo, m¨¢s f¨ªsico, no tienen nada que envidiar a sus pares en otros equipos y Sekou Gassama y Matheus, los nueves, dan el nivel. ?Entonces? Falta aporte ofensivo de los laterales, crucial hoy en d¨ªa, falta m¨¢s precisi¨®n en el bal¨®n parado, que da (puede dar) mucho, falta tiro a media y larga distancia... Falta colmillo. Y, s¨ª, vale, un punto de suerte.