Lo hicieron porque creyeron que pod¨ªan hacerlo
Desde que el ¡®Believe¡¯ se apoder¨® de su vestuario, el Real Valladolid Promesas no fall¨® hasta lograr una permanencia sufrida pero merecida.
De un tiempo a esta parte, los vestuarios de f¨²tbol han apartado (al menos en cierta medida) la apelaci¨®n a la masculinidad para buscar sus objetivos. Los mensajes motivacionales inundan los bastidores con una fe cada vez mayor, la que acompa?a a v¨ªdeos con montajes, a canciones que sonaron en pel¨ªculas ¨¦picas (o alguna pop)... o incluso mensajes de series de televisi¨®n. A uno de estos, a un eslogan muy b¨¢sico, se agarr¨® el Real Valladolid Promesas para conseguir lo que tanto hab¨ªa perseguido.
En el peor momento de la temporada, despu¨¦s de ser borrado del mapa por un Ourense que ya ol¨ªa a campe¨®n y de verse remontado y superado por un rival directo como era el Deportivo Fabril, en el vestidor apareci¨® un cartel que dec¨ªa ¡®Believe¡¯. Cree. F¨¢cil es decirlo; otra cosa es hacerlo. Sin embargo, apelar a Ted Lasso fue poco menos que hacer una conjura: desde entonces la confianza cambi¨®; hubo una pi?a donde antes pod¨ªa haber dudas y, hasta que se salv¨®, el filial no par¨®.
La victoria ante la Gimn¨¢stica de Torrelavega abri¨® el camino. Manu Pozo se golpe¨® en el pecho -metaf¨®ricamente- y dijo ¡°aqu¨ª estoy¡±, y al capit¨¢n, autor de cinco goles en otros tantos partidos, los decisivos en este tramo final de campa?a, le siguieron los dem¨¢s. No es que se amilanara nadie, o que el grupo no sobresaliera; al contrario. No obstante, fue el buen momento de jugadores clave como el ¡®Duende de Casariche¡¯, Chuki o Quintana, tan necesarios en otros instantes, el que elev¨® el nivel.
El empate en el Ruta de la Plata frente al Zamora, que todav¨ªa aspiraba a ascender a Primera RFEF de manera directa, trajo otro suspiro muy diferente al de la anterior igualada cosechada fuera de casa, la sufrida (y mucho) contra el Racing Villalb¨¦s. El conjunto de ?lvaro Rubio carburaba a la hora de la verdad y en feudos dif¨ªciles, como lo fue tambi¨¦n el del Langreo, donde el m¨¢s que meritorio cero a dos dejaba encarrilada la salvaci¨®n del descenso directo.
Despu¨¦s de mucho sufrir, de momentos de agobio, pero tambi¨¦n de mucho trabajar (cosa que no siempre garantiza el triunfo), el Real Valladolid Promesas alcanz¨® la velocidad de crucero en la hora de los valientes. En esa hora en la que se miden la resiliencia y las capacidades, cuando la necesidad m¨¢s apretaba, lo hicieron, y lo hicieron porque creyeron que pod¨ªan hacerlo. Espantaron fantasmas y expusieron, los unos, el nivel que les ha tenido cerca del primer equipo, y otros, el potencial que se les presum¨ªa por sus internacionalidades o antecedentes.
As¨ª, por primera vez en todo el a?o, gracias a la victoria contra el Cay¨®n, ha puntuado en seis partidos consecutivos, una din¨¢mica que solamente iguala el campe¨®n, el Ourense, que ha subido ya de forma matem¨¢tica gracias a sumar 12 puntos de 18, frente a los 11 de 18 del Compostela. Esto ha llevado al Promesas a instalarse en la mitad de la clasificaci¨®n, aspirando, aunque es dif¨ªcil incluso a ser sexto.
Con una jornada por delante, en la que visitar¨¢n al Guijuelo, los blanquivioletas se dan un ¨²ltimo respiro que servir¨¢ para reflexionar. Aquello que algunos d¨ªas pudo fallar quedar¨¢ para el an¨¢lisis de final de temporada, pero, entretanto, la fecha que queda permite anteponer parte del balance, la que tiene que ver con los ocho jugadores usados por Pezzolano, contando la Copa, y con los nueve juveniles del filial, algunos como Arnu, Iago Parente o Koke, que rondan o superan los 1.000¡ä.
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