Las tablas de Calero

Homo homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre, se avisa desde la filosof¨ªa m¨¢s cl¨¢sica. Y se empe?a en demostrarlo el Espanyol, que es su propio peor enemigo, cuando no por un error grosero por una autoexpulsi¨®n cuando acababa de avanzarse en el marcador. Tambi¨¦n el Real Zaragoza ha sido su propio lobo, agonizando durante semanas, casi meses, cuando su potencial es el que demostr¨® en Cornell¨¤, ante un millar de los suyos, e incluso m¨¢s.

Por lo que se va dejando entrever desde su llegada, procura Vel¨¢zquez convertirse en una suerte de ant¨ªdoto frente al veneno de sus rivales. En el caso del Espanyol de Ramis, que hab¨ªa encontrado su punto fuerte en las transiciones verticales y vertiginosas, sobre todo en Cornell¨¤, los blanquillos evitaron inteligentemente mientras pudieron que los pericos corrieran y llegaran con claridad a los metros finales. El 5-3-2 con los cromos repetidos del triunfo ante el Legan¨¦s, con tres centrales y otros tantos mediocampistas, era cemento armado para el juego interior de los Braithwaite, Puado y Edu Exp¨®sito.

De modo que no le qued¨® al Espanyol m¨¢s remedio que intentarlo desde lejos, muy lejos, como Brian Oliv¨¢n, o como mucho alcanzando el balc¨®n del ¨¢rea, como Exp¨®sito. Tambi¨¦n desde fuera llegaron algunas de las intentonas visitantes, como el zurriagazo de Toni Moya o el centro-chut de Mollejo que se fue envenenando hasta rozar el palo. Aunque tambi¨¦n desde muy cerca de Pacheco cabece¨® Mouri?o una falta lateral.

Con hechos demostr¨® Ramis lo poco que le hab¨ªa gustado el primer tiempo. Concretamente, con hasta tres cambios de golpe tras el descanso. Dos en condiciones normales habr¨ªan sido titulares, Omar El Hilali y Pere Milla, aunque la derrota en Oviedo pudo penalizarles de entrada en favor de ?scar Gil y de Jofre, bigoleador el martes contra el Real Valladolid en la Copa. Y con el tercero, Pol Lozano, busc¨® el entrenador acompa?ar la luz que b¨¢sicamente aportaba Aguado, y tambi¨¦n amargar la noche a Mollejo.

Entre Omar y Milla fabricaron, no en vano, el primer acercamiento del segundo acto, que termin¨® en un remate fuera de Puado, que pas¨® de la punta al interior izquierdo. Y desde ah¨ª fragu¨® la acci¨®n del 1-0, acaso en la primera de esas r¨¢pidas transiciones que le permiti¨® el Zaragoza al Espanyol, en la que el canterano cedi¨® para que Brian Oliv¨¢n centrara y Exp¨®sito, llegando desde atr¨¢s, embocara a gol.

Tan felices se las promet¨ªa de pronto la escuadra blanquiazul que, para ponerle emoci¨®n, se autoexpuls¨® Calero con una dur¨ªsima entrada sobre Germ¨¢n Valera en la que Arcediano Monescillo no titube¨®. Y encima el central se dign¨® a protestar airadamente una acci¨®n que llev¨® a Ramis a completar sus cinco cambios disponibles con casi media hora a¨²n por disputarse. Y a Vel¨¢zquez, reactivo y con sentido com¨²n, a a?adir la p¨®lvora de Sergi Enrich y Manu Vallejo, quien en su primer contacto con el bal¨®n igualaba el encuentro col¨¢ndose en el ¨¢rea, combinando con G¨¢mez y fusilando a Pacheco.

Nada hab¨ªa podido hacer en el 1-1 el portero del Espanyol, quien s¨ª intervino providencialmente en el 84¡ä para evitar la victoria zaragocista en un tiro de Bermejo que recog¨ªa a su vez el rechace de un primer remate de Enrich al palo.

Parece gafado el Espanyol, aunque se lo busca a conciencia, cada vez que la clasificaci¨®n le permite volver a los puestos de ascenso directo en caso de victoria, aunque sea provisionalmente. Y aun el dolor fue relativo la pasada jornada, al fallar todos los de arriba, habr¨¢ que ver este fin de semana. Respira, por su parte, un Real Zaragoza que suma cuatro de seis con Vel¨¢zquez ante los pericos y el Legan¨¦s, todo un Tourmalet, y que si bien no progresa en la tabla s¨ª lo hace en juego, confianza y aspiraciones.

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