El Racing mereci¨® la victoria, pero el M¨¢laga se aferr¨® al empate

El Racing sigue atascado. Mejora su f¨²tbol, domina m¨¢s el juego, genera las suficientes ocasiones como para estar cerca de ganar, pero sigue negado cara al gol. En seis de los ocho partidos de liga, no ha marcado. Pepe Mel, en su segundo partido al frente del M¨¢laga, parece haberse impuesto la tarea de reconstruir el equipo desde cero, sin prisas, incluso renunciando a ganar, que es lo que hizo hoy en Santander. El equipo de Guillermo Fern¨¢ndez Romo mereci¨® m¨¢s que los visitantes tanto por ocasiones y f¨²tbol como por intenciones, pero eso en este deporte no cuenta.

El primer tiempo fue del Racing. De la cruz a la raya. Desde la llegada a la l¨ªnea de fondo del primer minuto de juego de Jordi Mboula al saque de falta de Pombo en el 44¡ä que se estrell¨® violentamente, con Manolo Reina mirando impotente, en el poste izquierdo de la porter¨ªa malacitana. Entre medias, m¨¢s y mejor f¨²tbol del Racing, que fue el ¨²nico que pis¨® el ¨¢rea rival y dos magn¨ªficas ocasiones de gol, una de Sekou Gassama, que se lesion¨® en el 22¡ä rematando solo en el segundo palo un centro maravilloso de Mantilla a la espalda de los centrales, y el mencionado golpe franco de Jorge Pombo.

Los dos equipos optaron por el 4-2-3-1, pero los de Romo estaban m¨¢s metidos en el partido, m¨¢s intensos, m¨¢s valientes incluso, presionando alto, en la misma frontal del ¨¢rea de Manolo Reina, y robando muy r¨¢pidamente en la mitad del campo correspondiente a los de Pepe Mel. Los andaluces solo se acercaban al ¨¢rea racinguista cuando eran capaces de encontrar entre l¨ªneas a Fran Villalba, que enseguida se giraba buscando al venenoso Rub¨¦n Castro. Febas y Ndiaye, los dos pivotes malaguistas, bastante ten¨ªan con pelearse con ??igo y Juergen, que les superaban, y cerrar las l¨ªneas de pase a Jorge Pombo. La entrada de Matheus por el lesionado Gassama (isquios de la pierna izquierda) en el ataque racinguista no cambi¨® la din¨¢mica: excepto del 10¡ä al 20¡ä, que estuvo igualada, el Racing fue claramente superior y se mereci¨® algo m¨¢s que el 0-0 con el que se fueron todos al descanso.

La segunda parte empez¨® ya sin Mantilla en los locales, que no pudo aguantar m¨¢s ya que las sensaciones musculares le anunciaban una posible rotura fibrilar, mientras que Mel meti¨® a Ram¨®n para reforzar el centro del campo, sacrificando a Herv¨ªas, que no hab¨ªa aportado nada por banda derecha. El partido no cambi¨® mucho. El centro del campo malacitano no generaba nada, Rub¨¦n Castro era un n¨¢ufrago en punta y aunque el Racing parec¨ªa ir acusando gradualmente el cansancio de sus mejores hombres, especialmente Juergen Elitim, Pombo e ??igo Vicente, pero era el ¨²nico que quer¨ªa ganar. El M¨¢laga so?aba con el 0-0 final. En el 52¡ä, Jordi Mboula, con la izquierda, mand¨® el s¨¦ptimo bal¨®n a la madera del Racing en ocho jornadas de liga.

En la recta final del partido al Racing le faltaban piernas, a pesar de que Camus y Arturo entraron en¨¦rgicos y estiraban al equipo en cuanto consegu¨ªan el bal¨®n, y ya no pudo ser tan efectivo en la presi¨®n y tardaba m¨¢s en robar. Los de La Rosaleda no tuvieron una sola ocasi¨®n digna de ese nombre en todo el partido, un centro desde la izquierda, que nadie remat¨®, se envenen¨® y le dio un susto a Parera y a la parroquia local. En el estir¨®n final lleg¨® una jugada pol¨¦mica: Manolo Reina, viendo que el bal¨®n le superaba por arriba y no llegaba con la cabeza, agarr¨® el cuero con las dos manos fuera del ¨¢rea para evitar que fuera hacia la porter¨ªa. Parec¨ªa roja, pero fue amarilla porque lo dijo el ¨¢rbitro. Y el del VAR.