El Legan¨¦s se enreda en s¨ª mismo
Despu¨¦s de frenar la sangr¨ªa de despistes que le cost¨® tanto en las primeras salidas, ante el Levante el equipo volvi¨® a reincidir en errores concretos que le costaron el partido.


El Legan¨¦s avanz¨® dos cap¨ªtulos en la novela de la temporada con optimismo moderado hasta que el episodio de Levante (derrota 2-1) ha devuelto a los pepineros al pr¨®logo de partida, aunque sea con un estilo de narrativa m¨¢s firme y s¨®lido. M¨¢s competitivo y reconocible. Sin embargo, el relato de los fallos puntuales en las ¨¢reas (propia, ajena) se volvi¨® a apoderar de los blanquiazules, condenados en el Ciutat de Valencia por los mismos males que lo han castigado durante buena parte del curso, especialmente cuando ejerce de forastero.
Porque hasta el triunfo de Cartagena (1-2) el Legan¨¦s s¨®lo sab¨ªa perder allende Butarque en un cuento siempre repetido: 1-0 (las cuatro derrotas ante Oviedo, Lugo, Las Palmas y Huesca fueron por este marcador) y con alg¨²n momento fat¨ªdico castigando a los blanquiazules por encima de sus posibilidades y el juego desplegado.
Si en Asturias fue la acci¨®n y el penalti a Borja Gast¨®n, en Galicia le acompa?¨® un fallo de marcaje sobre Se?¨¦ que propici¨® el gol fat¨ªdico. Contra Las Palmas fue una mala salida acompa?ada de una ausente presi¨®n para recuperarla lo que propici¨® el gol de Lemos y, ante el Huesca, una cadena de distensiones el ¨¢rea que hicieron de un simple saque de banda, un gol doloroso.
Los fallos en Valencia
Algo similar sucedi¨® esta vez ante el Levante, donde a los fallos del Legan¨¦s se le uni¨® la calidad de un Levante con retales de Primera que supo sacar sus ramalazos de calidad para mandar al Legan¨¦s a la lona en dos ocasiones. En la primera, el fallo fue de Iker Undabarrena, durante buena parte de la temporada intachable en la salida de bal¨®n.
Pero tras apoyarse en Gaku en un par de ocasiones y ver c¨®mo el japon¨¦s marraba, el pivote empez¨® a jug¨¢rsela solo con elecciones arriesgadas. En una de ellas Pablo Mart¨ªnez le rob¨® la cartera y la mand¨® a la escuadra. Error m¨¢s calidad del rival, igual a gol en contra. Ecuaci¨®n demasiado frecuente en la vida del Lega este curso que se encontr¨®, de nuevo, con algo parecido en el 1-2, cuando hasta tres pepineros no apretaron lo suficiente a De Frutos antes de que el extremo soltara un latigazo que Riesgo no pudo retener bien.
Al rechace lleg¨® Bouldini para meterla sin piedad en una acci¨®n de buena anticipaci¨®n m¨¢s m¨¦rito del ariete que dem¨¦rito de la defensa. A¨²n as¨ª, la acci¨®n parec¨ªa razonablemente evitable para un bloque que, tras el 1-1, se ech¨® m¨¢s hacia la meta local que tratar de cerrar la propia.
Ocasiones al limbo
No fueron estos, con todo, los ¨²nicos fallos puntuales que lastraron a un Legan¨¦s que vio como en la otra porter¨ªa pudo tener m¨¢s acierto. En la primera mitad Juan Mu?oz marc¨® un gol anulado por claro fuera de juego (le pudo el ¨ªmpetu de seguir a la carrera el chut de Ciss¨¦ tras cuyo rechace marc¨®).

En la segunda Arn¨¢iz mand¨® fuera por poco un buen remate s¨®lo delante del portero en la que quiz¨¢ fue ocasi¨®n m¨¢s clara del partido m¨¢s all¨¢ de los goles.