La resurrección de Nico Melamed
El atacante catalán volvió al once inicial y firmó una gran actuación con gol incluido el sábado ante el Zaragoza. Una goleada balsámica que debe servir como punto de inflexión.

La mano de Rubi ha conseguido dar el giro que necesitaba la UD Almería. La victoria ante el Zaragoza ha servido para cerrar una página difícil de procesar en el conjunto rojiblanco, que le ha llevado a estar dos meses sin llevarse una victoria a la boca. Y la reacción ha coincidido con la mejoría de uno de los futbolistas que tenían el rol de ‘claves’ y que ha pasado por demasiados altibajos: Nico Melamed.
El mediapunta no comparecía en el once de salida desde el 9 de febrero ante el Deportivo, formando parte de la penúltima ignominia rojiblanca. Aquel domingo el equipo venía de sacar un empate en casa ante el Oviedo y en la salida previa a Albacete a la superplantilla almeriense le pintaron la cara. Riazor vio deambular a los indálicos en un partido que duró sólo 30 minutos. Hacía falta un cambio de rumbo y el intervencionismo del entrenador.
El sábado, Rubi se encontró con el problema de las molestias de Baptistao y la solución para la banda izquierda ofrecía la posibilidad de redención a Melamed. Después de jugar 62 minutos en A Coru?a, participó en 10 minutos ante el Elche, no jugó en Gijón, fue utilizado en los últimos 16 minutos frente al Málaga y sumó seis minutos residuales en la visita a Ipurua. Su rendimiento había bajado en exceso y ni siquiera el trabajo de confianza extrema que maneja el técnico para mantener viva la chispa entre sus jugadores había conseguido revertir la situación.
Melamed tuvo un inicio brillante, justo en el momento más complicado del equipo. Precisamente el haber llegado libre de cargas mentales al haber sido el único fichaje en verano le permitió afrontar el inicio de competición con mayor soltura. Hizo el gol de la victoria en Tenerife, repitió gol para el maquillaje del 2-5 ante el Castellón y también vio puerta a la semana siguiente en el 2-2 contra el Eibar.
En las 12 primeras jornadas acumuló otras tantas titularidades y tras saltar desde el banquillo en el Martínez Valero, su rendimiento irregular le fue relegando a un segundo plano, aunque sólo salió de la titularidad en tres de los nueve partidos que desembocaron en la visita a Córdoba el 12 de enero. La llegada de Lázaro Vinicius parecía que iba a liberarle de la banda, buscando un puesto más centrado intentando aprovechar sus condiciones más de interior que de extremo. Pero la apuesta tampoco terminó de funcionar. Justamente en el Nuevo Arcángel se cantó el último tanto del ‘10′ rojiblanco y desde ahí, dos titularidades, un partido inédito y minutos residuales sin llegar a la media hora en el campo.
El último gol de Nico Melamed fue en la goleada en Ferrol (1-4) y la última presencia de salida, en la derrota de Riazor. Ahora le ha llegado una nueva oportunidad y la ha aprovechado. 66 minutos en el campo, un gol tranquilizador y hasta una tenue ovación al ser sustituido. La grada del Mediterráneo no quiere renunciar al jugador, pero sí necesita que las piernas, la cabeza y el corazón del futbolista respondan como se espera.
El propio Melamed reconocía el aspecto mental de la situación: “Todo ha sido por la mentalidad y un arranque fuerte. Tenemos un equipo único que, si salimos al cien por cien, puede ganar cualquier partido. Me he quitado ese peso de encima con el gol y es el primer pasito para buscar la racha positiva. Estamos todos ilusionados por conseguirlo porque el club se lo merece. Ahora vienen los meses más importantes de nuestras vidas”.
Nico Melamed ha dado el primer paso para la redención, pero lo difícil viene ahora, darle continuidad y conseguir recuperar el terreno perdido en la tabla para devolver al equipo donde tenía planificado estar.
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