De la Hoz y el anhelado equilibrio
El mediocentro c¨¢ntabro llega al Real Valladolid para ser el especialista defensivo tan demandado durante las ¨²ltimas temporadas.
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Uno de los males end¨¦micos del Real Valladolid en las ¨²ltimas temporadas ha sido la reprochable capacidad de romperse a la hora de realizar el balance defensivo. En el intento de plasmar una idea de juego propositiva y con querencia por el juego en campo rival, se olvid¨® durante demasiado tiempo que el ¨¦xito de esta filosof¨ªa (en realidad, de cualquiera que se trate de aplicar) pasa tanto por lo que ejecutas cuando tienes el bal¨®n como por lo que haces cuando no lo tienes.
En ausencia de un m¨¦todo, o de uno efectivo, el equipo se resquebraj¨® de manera clara en Primera Divisi¨®n partidos como el del Celta, en el que Gabri Veiga se exhibi¨® sin una oposici¨®n real, o en el a la postre decisivo tropiezo en Mestalla, en el que la mala ejecuci¨®n del plan de contingencia permiti¨® la remontada del Valencia, aunque tambi¨¦n antes en Segunda; solo que entonces ser cabeza de rat¨®n hab¨ªa sido una ventaja. C¨¦sar de la Hoz llega para terminar con esos problemas de una vez por todas, tras el primer intento que supuso en enero la llegada de Martin Hongla.
El mediocentro c¨¢ntabro llega al conjunto blanquivioleta despu¨¦s de personificar, precisamente, el orden y el equilibrio en el Almer¨ªa, donde ha sido protagonista durante las ¨²ltimas cinco temporadas, especialmente en el periodo en el que el cuadro ind¨¢lico ha militado en Segunda Divisi¨®n. Incluso en Primera fue un elemento ¨²til, ya que fue el d¨¦cimo jugador con m¨¢s minutos, y solo las desavenencias entre su representante y la directiva impidieron que continuase all¨ª.
El ejemplo m¨¢s claro fue el de hace dos a?os, en la campa?a en la que ascendi¨® a Primera Divisi¨®n, cuando fue uno de los cinco futbolistas que superaron los 3.000 minutos a las ¨®rdenes de Rubi. De los centrocampistas, solo Sam¨² Costa, con capacidad para doblar roles y entonces m¨¢s liberado de tareas defensivas, lo super¨®, y solamente por 101 minutos. Disput¨® 40 partidos, ¨²nicamente uno menos que el portero Fernando, y fue fundamental por su posicionamiento en un esquema que frecuentemente inclu¨ªa otros dos centrocampistas, menos posicionales que ¨¦l.
La adaptaci¨®n a la idea de Pezzolano
En este mismo sentido, lo m¨¢s probable es que Pezzolano lo conciba como el mediocentro m¨¢s responsabilizado a la hora de hacer el balance defensivo, independientemente de cual sea el dibujo que esboce su equipo sobre el campo. As¨ª, su posicionamiento, orden y lectura del juego deben aportar soluciones a debilidades existentes en esa parcela, con una especial atenci¨®n a los primeros movimientos que el rival realice con bal¨®n para detectar posibles espacios que cubrir. Sus buenos promedios en entradas realizadas, robos e intercepciones, a?aden argumentos para que sea ese sost¨¦n.
En Almer¨ªa, por ejemplo, sol¨ªa ser el volante tap¨®n que proteg¨ªa a uno mixto y otro m¨¢s liberado, e incluso, adem¨¢s de ellos, a alg¨²n falso extremo interiorizado, labores otorgadas por ¡®El Papa¡¯ a Monchu, Kike P¨¦rez y Amallah en los momentos en los que pudo contar con los tres. Y si en labores defensivas maneja diferentes acciones, desde la cobertura hasta el intento de anticipaci¨®n, con bal¨®n, a lo largo de su trayectoria, ha alcanzado buenos porcentajes con bal¨®n, sin extridencias y desde la misma salida desde atr¨¢s, en la que ha mejorado desde su estreno en Segunda con el Albacete hasta sus ¨²ltimos a?os en el Almer¨ªa (pas¨® de un 76% de acierto en el pase en campo propio a superar el 90% durante tres a?os seguidos).