Clemente y Az¨®n evitan en dos minutos un incendio may¨²sculo

Dos goles en dos minutos de Clemente y de Iv¨¢n Az¨®n, dos fogonazos en la nada, evitaron un incendio de consecuencias may¨²sculas en La Romareda, que pidi¨® a coro la marcha de Miguel ?ngel Ram¨ªrez, pese a que no lleva ni un mes y apenas dos partidos en el club aragon¨¦s, y dimisiones de mayor alcance. A doce minutos del final, el Tenerife de ?lvaro Cervera mandaba en el marcador con dos tantos de ventaja y hab¨ªa retratado de arriba abajo al Zaragoza de Ram¨ªrez, pero el f¨²tbol es imprevisible y todo puede cambiar en un instante. O en dos. El empate final mantiene al Zaragoza en tierra de nadie y saca al reactivado Tenerife de la ¨²ltima posici¨®n.

Ram¨ªrez anunci¨® en la v¨ªspera un Zaragoza valiente y sin miedo, pero su equipo result¨® reserv¨®n y medroso, nada que pueda sorprender en exceso, porque este entrenador, al que se calific¨® en su presentaci¨®n como la soluci¨®n a todos los males del equipo en la primera vuelta, suele jugar casi siempre en funci¨®n el rival, prima la solidez defensiva sobre todas las cosas y arriesga lo justo. Y la consecuencia es que el Zaragoza sigue encajando goles, pero apenas crea ocasiones. Y contin¨²a alej¨¢ndose del objetivo oficial del playoff.

En su presentaci¨®n en La Romareda, Ram¨ªrez mantuvo una defensa con tres centrales, relev¨® a Calero por Luna en el lateral derecho y sustituy¨® en la izquierda al sancionado Tasende por Nieto, titular 497 d¨ªas despu¨¦s de su grav¨ªsima lesi¨®n. Adem¨¢s, el hondure?o Arriaga, primer fichaje invernal, fue suplente, lo mismo que Bazdar, y Liso dej¨® su puesto en la banda a Ares. Por su parte, ?lvaro Cervera repiti¨® dibujo y alineaci¨®n.

El Tenerife vino a quitarle de salida revoluciones al partido y le benefici¨® que el Zaragoza sali¨® a nadar y a guardar la ropa; es decir, a intentar llevar formalmente la iniciativa pero, sobre todo, a no equivocarse. Y en ese forcejeo sin riesgo, sin ninguna aventura ofensiva, y salpicado por silbidos de desaprobaci¨®n de la grada, apenas hubo ocasiones en los primeros veinte minutos, salvo un golazo anulado a Enric Gallego por venir de posici¨®n antirreglamentaria y un disparo muy lejano de Luna.

Pero poco a poco el Tenerife fue creciendo en su plan de partido, ganando duelos y segundas jugadas y amenazando el ¨¢rea de Poussin, mientras al Zaragoza se le ve¨ªa cada vez m¨¢s inc¨®modo y nervioso y atascado en su ¡®prudencia¡¯ t¨¢ctica. Aun as¨ª, pasada la media hora, y en un barullo, Keidi Bare no lleg¨® a remachar junto al poste un disparo de Vital. Sin embargo, el que abri¨® el marcador, y con todo merecimiento en el minuto 39, fue Waldo, que super¨® en velocidad a Nieto como un cohete y defini¨® con un derechazo inapelable junto al primer palo. Y ya los pitos de la grada crecieron en decibelios y se volvieron contra el palco, al que ya se?ala el zaragocismo.

Tras el descanso, Ram¨ªrez dio entrada al debutante Arriaga y a Liso por Marc Aguado y Ares en un intento por recomponer a su equipo, pero el Tenerife respondi¨® con valent¨ªa y un adelanto general de l¨ªneas anulando cualquier reacci¨®n del Zaragoza. Ya a la desesperada, Ram¨ªrez recurri¨® a Toni Moya y a Bazdar, aunque lo que se encontr¨® fue un segundo gol del Tenerife, obra de Diarra, uno de los destacados de la noche.

Pero cuando La Romareda hab¨ªa explotado de indignaci¨®n y se ped¨ªa a coro la cabeza de Ram¨ªrez y dimisiones al palco, Clemente recort¨® distancias en un centro de Bazdar y, un minuto despu¨¦s, Az¨®n firm¨® el empate al aprovechar un centro de Toni Moya. Y lo que es el f¨²tbol, el propio Toni Moya estrell¨® una falta directa en la madera en el descuento.

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