C¨¦dric perpet¨²a su sue?o de una noche de verano
El delantero madrile?o de origen camerun¨¦s mantiene su idilio con Zorrilla despu¨¦s de debutar con gol en partido oficial con el Real Valladolid.

En la vida hay amores y sue?os que duran lo que una noche de verano. Pertenecen a la pasi¨®n y al calor, pero no siempre se perpet¨²an; a veces pasan a ser como el amigo del pueblo con el que ibas al r¨ªo una tarde de sol y al que a?os m¨¢s tarde, con m¨¢s kilos y puede que menos pelo, preguntas ¡°?t¨² eras...?¡±. Y cuando recuerdas dices ¡°?ah, s¨ª!¡±, y recuerdas el color de su bici y que el primer beso te lo rob¨® su prima, algo m¨¢s mayor que ambos, pero lo omites por si, por alg¨²n casual, se acabaron casando porque ¨¦l dec¨ªa que eran de esos primos que casi no se ¡®tocan¡¯.
El f¨²tbol, como la vida, reserva momentos de esos que, cuando acontecen, parecen para la eternidad, y que sin embargo, la perspectiva del tiempo condena a relativizar, o peor: al olvido. La caja negra de recuerdos de los aficionados mantiene en el fondo del ¨²ltimo caj¨®n un archivo borroso en el que los nombres, igual que se agolpan, son uno m¨¢s. A qui¨¦n no le ha pasado, que despu¨¦s de conocer a alguien que parec¨ªa bien majo, que sonre¨ªa bonito o incluso hac¨ªa goles durante la pretemporada, al final, acab¨® pareci¨¦ndole intrascendente; eso, uno m¨¢s.
Zorrilla, como templo del f¨²tbol que es, conoce su sensaci¨®n, desde el primer asiento hasta la ¨²ltima piedra, pasando por cualquier abonado que respira a?ejo y por los de cosecha reciente. Ciertamente, igual que tienen la capacidad para saber cu¨¢ndo la magia no era m¨¢s que una imaginaci¨®n, la tienen tambi¨¦n para ilusionarse cuando detectan que esta vez puede ser diferente, que, efectivamente, este amor puede ser cierto, o por lo menos, tan cierto como lo son a veces en el mundo del balompi¨¦. Dado que este ha empezado con goles, c¨®mo no ilusionarse...
Eso es lo que parecen estar haciendo los m¨¢s enamoradizos de la afici¨®n del Real Valladolid con Iv¨¢n C¨¦dric, despu¨¦s de que se haya erigido en la mayor ilusi¨®n de un verano dif¨ªcil, como lo eran cuando ven¨ªas de suspender o cuando hab¨ªas perdido a tu mascota. Descendido el conjunto blanquivioleta a Segunda, amenazado casi de un cierre por derribo, ante el gran n¨²mero de bajas y despachados que dicen no querer jugar all¨ª donde llevaron al equipo, el inicio de la temporada necesitaba precisamente un rostro amigo, una sonrisa que desencadene otra; qu¨¦ narices: alguien que, con su f¨²tbol, haga cerrar los pu?os y decir con rabia ¡°vamos¡± aunque queden todav¨ªa minutos para celebrar (o padecer, aunque esto a¨²n no ha tocado) el resto del partido.
El madrile?o de or¨ªgenes cameruneses es todo eso porque es de los que no se guardan nada. Es el beso a quemarropa que quiere prometer un eterno est¨ªo y el gol en la boca, m¨¢s pasional que rom¨¢ntico, como lo fueron varios de los que hizo en pretemporada y el que marc¨® al Real Sporting para estrenarse como profesional. El que fuera el m¨¢ximo goleador del Promesas la temporada pasada, con 13 goles, ¡®rob¨®', en el fragor de la celebraci¨®n, el grito de su apellido, como quien coge la mano a quien su madre todav¨ªa llama ¡°amiga¡± cuando es -o lo parece; el verano es as¨ª- algo m¨¢s. No por quiz¨¢s inesperado deja de celebrarse, como se celebra cuando te presumen en redes sociales; puede que con un poco de timidez cuando se trata de la primera vez, pero, desde luego, tambi¨¦n con ganas.
Y es que estas a C¨¦dric le sobran. El idilio estival con Zorrilla, donde marc¨® tres goles al Rayo Vallecano, se ha prolongado al menos una noche m¨¢s y, si por ¨¦l fuera, se alargar¨ªa en el tiempo lo suficiente como para hacerse eterno, sue?o que no es solo fruto de una noche de verano, sino del agradecimiento al club que apost¨® por ¨¦l el verano pasado, cuando por otros fue denostado. No en vano, antes de escuchar el cari?o que le brind¨® el estadio, lo ten¨ªa claro: su sitio est¨¢ aqu¨ª, y de ah¨ª que desoyera intereses de Celta, Granada o Atl¨¦tico de Madrid por seguir prosperando en un lugar en el que cada gol deber¨ªa ser un nudo m¨¢s, pues conviene atarle (y ¨¦l no es reacio; al contrario). En un lugar que convertir en un amor de esos que significan progreso y sue?os cumplidos. Se llamen estos coche, casa, hijos o Camer¨²n.