Butarque busca r¨¦cord sin aditivos
Ante el Racing se qued¨® a 235 hinchas de fijar un nuevo r¨¦cord de espectadores en Segunda. Las mejores cifras, casi siempre vienen acompa?ados de altos desplazamientos visitantes.
Butarque vuelve a buscar esta temporada un r¨¦cord que haga historia en su casi cuarto de siglo de vida. El punto y final del curso pasado (empate a dos entre Legan¨¦s y Almer¨ªa) fij¨® en 8.654 hinchas el tope de espectadores que jam¨¢s han asistido a un partido en el recinto pepinero durante su singladura en Segunda Divisi¨®n. Ante el Racing de Santander el pasado fin de semana estuvo a punto de superarse esta marca con 8.420 aficionados, esto es, apenas 234 menos que el m¨¢ximo jam¨¢s registrado en la categor¨ªa de bronce.
La cifra, como sucedi¨® ante los almerienses, tiene algo de doping. M¨¢s de 1.000 racinguistas llenaron el fondo sur del estadio y ayudaron a aupar un guarismo que, en el caso del r¨¦cord vigente, tuvo m¨¢s de m¨¦rito rojiblanco que de hito blanquiazul. Aquella tarde en la que los andaluces se jugaban (y consiguieron) el ascenso a Primera, m¨¢s de la mitad del campo proced¨ªa de Almer¨ªa.
Unos 4.500 desplazados auparon el list¨®n m¨¢s de lo que antes se hab¨ªa fijado ante el Zaragoza ese mismo curso, cuando 8.244 hinchas, pepineros en su mayor¨ªa, derribaron la m¨ªtica barrera de los 8.138 espectadores (lleno absoluto) que ya se hab¨ªa batido el curso del ascenso a Primera Divisi¨®n, antes de que las gradas se ampliaran hasta el aforo actual, de 12.454 butacas. En la ¨¦lite este aforo se colm¨® en varias ocasiones.
Masa social consolidada
Aquel choque ante el Zaragoza se puede considerar, en puridad, el tope real de Butarque sin aditivos for¨¢neos de aficiones visitantes. Sea como fuere, que ahora la casa del escudo del laurel ronde otra vez este techo hist¨®rico tiene varias implicaciones. La primera es que la masa social blanquiazul ha consolidado, algo que a demostraron los m¨¢s de 8.300 abonados que tiene este curso el club.
Tambi¨¦n implica que, pese al baj¨®n de rendimiento experimentado por el equipo con el comienzo de temporada, la fidelidad sigue intacta en una parroquia que, eso s¨ª, ya ha protagonizado m¨¢s de un episodio de exigencia elevada que se ha dejado notar en las piernas de los jugadores, admiten miembros del cuerpo t¨¦cnico y de la plantilla pepinera.