Algobia y ?lvarez bajan el tel¨®n del Ciutat con una sufrida victoria

Lo que promet¨ªa ser una fiesta para bajar el tel¨®n del Ciutat de Val¨¨ncia en 2023, casi se torna en pesadilla. El Levante, con dos goles de ventaja y uno m¨¢s por la expulsi¨®n de Kento Hashimoto en el primer acto, acab¨® encerrado en su propia ¨¢rea para defender un triunfo que parec¨ªa cantado cuando Quintero Gonz¨¢lez decret¨® el descanso. Sin embargo, como ya atisb¨® Calleja en la previa, el partido acab¨® despertando los fantasmas de cada domingo, siendo incapaces de manejar el partido ventaja, aunque esta vez con final feliz.

Llegar y besar el santo. En pocos segundos, en la primera acci¨®n del partido, Fabr¨ªcio rescat¨® un bal¨®n pugnado por Pablo Mart¨ªnez en la izquierda para arrancar y servir en bandeja un pase a la llegada de Algobia, que defini¨® con dureza en su incursi¨®n en el ¨¢rea para adelantar a los granotas en la despedida del Ciutat en 2023 a los 23 segundos de partido. El mismo dorsal que el centrocampista madrile?o luce a su espalda. El propio Algobia se emocion¨® en la celebraci¨®n. Unas l¨¢grimas que contrastaban con el j¨²bilo que se viv¨ªa en la grada que celebraba a su espalda.

Cuando el partido comenzaba a recuperar la calma, despu¨¦s de las altas pulsaciones del inicio, Kento sac¨® el hacha de forma imprudente. El japon¨¦s, debido a un mal control, se llev¨® por delante a ?lex Valle y el colegiado, Quintero Gonz¨¢lez, no dud¨® ni un instante: roja para el ¡®10¡ä del Huesca por clavar los tacos en la pierna del lateral cedido por el Barcelona. Por si fuera poco, uno de sus jugadores m¨¢s desequilibrantes, Gerard Valent¨ªn, se romp¨ªa en la reanudaci¨®n tras la expulsi¨®n en un arrancada que se lo llev¨® por delante muscularmente.

El Levante, como matiz¨® Calleja en la previa, deb¨ªa demostrar que tambi¨¦n saben jugar con el viento a favor. En ese escenario, Carlos ?lvarez, superlativo entre l¨ªneas, alz¨® la cabeza tras un caracoleo en la frontal para asistir a Dani G¨®mez, que fusil¨® a ?lvaro en fuera de juego. M¨¢s rudimentario, pero a la par de efectivo, eran las arrancadas de Algobia por el centro, aprovechando su potencia en zancada larga y la autoestima que supone un gol en el estado de ¨¢nimo propio, pero tambi¨¦n colectivo. Por no hablar de Fabr¨ªcio, que llevaba de cabeza a la defensa oscense cada vez que entraba en contacto con el esf¨¦rico. Con uno menos y lo moral por los suelos, al Huesca se le pod¨ªa pedir poco m¨¢s que aguardar acontecimientos antes del descanso. Hasta que Carlos ?lvarez sac¨® su zurda a pasear desde la frontal con un latigazo para hacer estallar la euforia en la grada de Orriols antes del cierre del primer acto y hundir un poco m¨¢s a un rival ya tocado.

Todo iba rodado para los granotas hasta la reanudaci¨®n. Sin embargo, con dos cambios que ol¨ªan a rendici¨®n, retirando Hidalgo a dos de sus mejores jugadores, Capa comet¨ªa un inocente penalti nada m¨¢s salir de vestuarios sobre el reci¨¦n ingresado Hugo Vallejo para dar una vida extra a los visitantes. Obeng, con calma, no perdonaba desde los once metros para meter al Huesca en el partido y poner la guinda del gol a su buen partido. Otro de los reci¨¦n ingresados, Kortajarena, estuvo a punto de empatar el partido tras una arrancada de Balboa, que se la dej¨® en bandeja para revolucionar el partido, pero la mand¨® fuera por cent¨ªmetros. En poco menos de diez minutos, el guion del partido dio un giro de 180?, poniendo en evidencia las palabras de Calleja: a este Levante le cuesta un mundo manejar las ventajas. Ni con dos goles a favor ni un hombre menos llegaba la calma a Orriols tras un pl¨¢cido primer tiempo. Ya lo dijo el t¨¦cnico granota: ¡°si solo jug¨¢semos 45 minutos ir¨ªamos primeros...¡±. La realidad es que los partidos duran 90, incluso mucho m¨¢s en la nueva realidad de tiempos a?adidos interminables, y ya no quedaba ning¨²n atisbo de superioridad, m¨¢s all¨¢ de los destellos de ?lvarez y las carreras de Fabr¨ªcio, ambos ya fundidos. Con poco y nada, el Huesca despert¨® a los fantasmas de toda la temporada. Les bast¨® con asomar el pie para meter el miedo en el cuerpo a todo el estadio. Una pesadilla que se repite pr¨¢cticamente cada domingo. Toca reflexionar.

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