Ambos laterales izquierdos, los rivales individuales de la posici¨®n de Figo, coinciden en la variedad de opciones que ten¨ªa cuando les encaraba. La croqueta era uno de sus movimientos m¨¢s habituales, pero en lo que marcaba diferencias realmente era con su velocidad y sus continuos amagos. Un tren inferior potente, con el punto de gravedad bajo, le hac¨ªa ser un futbolista explosivo y tener un cambio de ritmo diferencial. "Era muy complicado. Intentaba estar muy cerca de ¨¦l, pero el problema es que dejaba demasiado espacio con el central. Prefer¨ªa tapar los pasillos interiores y, una vez que recibiera Figo, ya ir". Esta era la estrategia de Juanfran para intentar minimizar su impacto. Capdevila confiesa que fue aprendiendo a medirse con ¨¦l: "A medida que pasan los a?os, cada uno tiene sus t¨¢cticas. Sabes que no debes comerte sus amagos, que recorta... le vas estudiando un poco m¨¢s. Pero, aun as¨ª, era un jugador diferencial".

El futbolista de T¨¤rrega explica que tambi¨¦n era fuerte f¨ªsicamente y corpulento. Algo en lo que tambi¨¦n est¨¢ de acuerdo Juanfran, aunque ve¨ªa inevitable que terminase encontrando el espacio para encarar: "Al choque s¨ª que iba, pero cuando ¨¦l recib¨ªa y me daba cuenta de que ten¨ªa esos dos metros que le gustaban a ¨¦l para intentar el uno contra uno, ah¨ª ya era bajar el centro de gravedad para intentar estar lo m¨¢s r¨¢pido posible cuando ¨¦l saliese del regate¡±.

Ho en d¨ªa, Figo no reh¨²ye una pol¨¦mica y es relativamente normal verle discutiendo con alg¨²n otro personaje p¨²blico por las redes sociales. Sin embargo, tanto Capdevila como Juanfran no recuerdan que fuese especialmente conflictivo. "Era muy competitivo. Cuando no le sal¨ªan las cosas, se enfadaba mucho consigo mismo. Muy exigente. Conmigo nunca tuvimos ning¨²n percance. Si lo hubi¨¦semos tenido no hubiese pasado nada, es parte del f¨²tbol. Pero ni yo le hice ninguna patada a destiempo ni ning¨²n codazo, ni ¨¦l a m¨ª. Fue un duelo bastante noble¡±, dice Capdevila. Juanfran va a m¨¢s: "Siempre que nos hemos enfrentado, en el campo nos dec¨ªamos de todo. Y ¨¦l sab¨ªa que si yo pod¨ªa le iba a rascar. Y una vez que acababa el partido, ¨¦ramos de los m¨¢s cordiales. Entend¨ªamos que cada uno intentaba hacer su trabajo. De hecho, muchas veces me ha cambiado su camiseta¡±.

Aquellos entrenamientos en la ciudad deportiva blanca, que apuraba sus ¨²ltimos a?os en la Castellana, le marcaron al portero extreme?o: "Figo llega al Madrid en su edad prime. Evidentemente, jugando con quien jugaba, todo se multiplic¨®. Por el contagio, el d¨ªa a d¨ªa, la capacidad de entrenar a un nivel de calidad alt¨ªsimo. Todo el talento que se junt¨® esos a?os hizo que mejor¨¢semos todos. ?Que ya era dif¨ªcil! Porque estamos hablando de gente que ya era Bal¨®n de Oro. Imag¨ªnate los partidillos, es que la gente no se hace una idea. Ahora parece que solo ganan dos los Balones de Oro, pero imag¨ªnate juntar a cuatro [Ronaldo, Owen, Zidane y el propio Figo] en el mismo partidillo. Era una locura¡±.

Para valorar a Figo, sus acciones y sus cifras, hay que tener en cuenta que vivi¨® en un f¨²tbol muy distinto al actual. Solo han pasado veinte a?os, pero los partidos han cambiado tanto que cabe destacar la facilidad para el duelo de uno contra uno. Los extremos sol¨ªan jugar a pierna natural, al contrario que hoy en d¨ªa, porque su principal objetivo no era hacer la diagonal para encontrar la posici¨®n de disparo sino alcanzar la l¨ªnea de fondo para dar el pase atr¨¢s. Y en ese escenario, la velocidad y el regate eran mucho m¨¢s importantes que ahora. "Era centrador", termina explicando Capdevila. "Un regateador o extremo de los antiguos, que sol¨ªan jugar abiertos". Juanfran es m¨¢s contundente: "Vamos a tardar mucho en ver a un jugador que re¨²na las caracter¨ªsticas que ten¨ªa Figo".