El flamante entrenador del Bar?a naci¨® en Heidelberg, pero se crio en M¨¹ckenloch. AS visit¨® el ¡°agujero de mosquitos¡± (traducci¨®n literal del pueblo) en el que creci¨® Hansi. En el BSC, su primer club, tambi¨¦n jug¨® su padre, un ¡°nueve goleador¡±. Udo Knauf, presidente del club hace 43 a?os, evoca cuando lo ve¨ªa correr por los bosques a las siete o las ocho de la ma?ana, desvela que es ¡°un trabajador duro y el orgullo del pueblo¡±; y espera que ¡°tenga ¨¦xito en Barcelona¡±. El 70% del Mundial fue suyo; y el 30, de Low¡±, dice Andreas Knauf, hermano de Udo y trabajador tambi¨¦n del BSC, club con 78 a?os de historia.
En alg¨²n punto de la autopista principal que lleva de Stuttgart a Manheim, un desv¨ªo conduce hacia una peque?a carretera comarcal en medio de un abrumador paisaje verde que, en alg¨²n momento, inicia una bajada que acaba en M¨¹ckenloch, un entra?able pueblito en la cuenca del r¨ªo Neckar donde se crio Hans-Dieter Flick, el nuevo entrenador del Bar?a. Aunque el origen del nombre no tiene que ver (se fund¨® sobre el siglo XII como Mucgen), es cierto que la traducci¨®n literal de M¨¹ckenloch es ¡®agujero de mosquitos¡¯. Algo parecido a lo que puede encontrarse Flick en su llegada a ese club loco que estos d¨ªas es el Bar?a.
La casa donde creci¨® el peque?o Hansi es f¨¢cilmente reconocible. El ¨¢rbol m¨¢s grande del pueblo le hace sombra. Sus padres siguen viviendo all¨ª. A apenas cinco minutos andando est¨¢n las modestas instalaciones el BSC M¨¹ckenloch, donde juega y se entrena un equipo perdido en una de las divisiones regionales de Alemania, pero con alma. Tiene 500 socios y, excepto una parte aportada por el gobierno local, subyace con las cuotas de su gente. All¨ª, y siguiendo la tradici¨®n familiar, puesto que su padre Hans era delantero centro del equipo del pueblo (fundado en 1946), empez¨® a darle patadas al bal¨®n el flamante entrenador del Bar?a.
FOTO: Miguel ?ngel Morenatti/diario AS¡°Era un trabajador impresionante. Antes, y cuando ya era jugador profesional, lo pod¨ªas ver por las ma?anas a las siete o las ocho de la ma?ana corriendo por los bosques¡± cuenta Udo Knauf. Knauf es el presidente del BSC M¨¹ckenloch desde 1980. No lo era, pues, cuando Hansi empez¨® a dar sus primeros pasos como futbolista (estuvo all¨ª entre 1971-1976). S¨ª recuerda verlo jugar, pero habla maravillas tambi¨¦n del padre. ¡°Hans era un nueve buen¨ªsimo. Un goleador. Se giraba, remataba¡ Su hijo demostr¨® desde peque?o sus cualidades; era muy responsable¡±.
¡°En mi opini¨®n, el 70% del Mundial que gan¨® a Alemania fue gracias a ¨¦l; era el ide¨®logo. S¨ª, definitivamente un 70% ¨¦l y un 30% para L?w¡±
No hace mucho que Flick, ya como entrenador del Bar?a, ha estado en M¨¹ckenloch. ¡°Hace tres semanas vino aqu¨ª con Joachim L?w y Silvia Neid (ex seleccionadora de Alemania). Estuvieron haciendo alg¨²n anuncio o algo as¨ª con motivo de la Eurocopa. No olvida sus or¨ªgenes¡±. Udo Knauf no habla ingl¨¦s. Quien ayuda con la traducci¨®n es Andreas, hermano de Udo, que se ha encargado toda la vida del cuidado de la hierba de diferentes campos, entre ellos los del BSC M¨¹ckenloch. ¡°Ahora ya soy jefe y les digo c¨®mo lo tienen que hacer¡±, bromea mientras llama a los dos operarios que se dedican a los cuidados para que se fotograf¨ªen con AS. Andreas tambi¨¦n quiere dar su toque sobre Flick: ¡°En mi opini¨®n, el 70% del Mundial que gan¨® a Alemania fue gracias a ¨¦l; era el ide¨®logo. S¨ª, definitivamente un 70% ¨¦l y un 30% para L?w¡±.
FOTO: Miguel ?ngel Morenatti/diario ASUdo Knauf, algo emocionado, nos conduce a la sede social del club, un peque?o sal¨®n que hace de bar y lugar de encuentro. All¨ª regala a los enviados especiales un libro sobre M¨¹ckenloch, que incluye una foto dedicada de Hansi Flick de su ¨¦poca del Bayern. Knauf muestra tambi¨¦n una foto del jugador luciendo una melena rubia que casi firmar¨ªa Schuster¡
¡°La clave de su ¨¦xito es cerrar el vestuario y hacer de ¨¦l una familia¡±
El modest¨ªsimo vestuario del M¨¹ckenloch est¨¢ empapelado de mensajes: begeisterung (entusiasmo), vertrauen (confianza), spass (diversi¨®n), wille (voluntad). Son los valores del club, que seguramente Hansi Flick intente transmitir a su llegada al Bar?a. ¡°Creo que lo mejor que Hansi Flick tiene como entrenador es su familiaridad. Sabe que tiene que ejercer como jefe, pero intenta que todo el mundo sea lo mismo en el vestuario. La clave de su ¨¦xito es cerrar el vestuario y hacer de ¨¦l una familia. Es un tipo cercano, que nunca ha olvidado sus or¨ªgenes. No se le subi¨® a la cabeza ser una estrella en el Bayern. Siempre mantuvo un perfil de persona humilde y como entrenador pienso que es igual. Y un trabajador duro. Es una persona con valores. Es un orgullo que sea entrenador del Bar?a; esperemos que tenga ¨¦xitos¡±, explica Udo Knauff mientras Andreas responde a su mujer al tel¨¦fono y bromea. ¡°Est¨¢ en lo cierto, la traducci¨®n literal de este pueblo es agujero de mosquitos. ?Lo que le espera en el Bar?a? Esperemos que no¡¡±
FOTO: Miguel ?ngel Morenatti/diario ASDespu¨¦s de despedir a Udo y Andreas, los hermanos Knauf, el viaje termina en Bammental, un pueblo a un cuarto de hora en carretera de M¨¹cknloch en el que Flick tuvo su primera experiencia como entrenador en el equipo del pueblo, entre 1996 y 2000, antes de fichar por el Hoffenheim (2000-2005), otro club vecino. Flick, que inici¨® estudios de banca no completados, mantiene vivienda en Bammental, donde hizo vida con su mujer Silke. All¨ª crecieron sus dos hijas, Kathrin, nacida en 1989; y Hanna, que naci¨® en 1991 y tiene un canal de Instagram desde el que, en ocasiones, ha mostrado a su padre como entra?able abuelo (ya tiene nietos). Durante 22 a?os, Flick y Silke mantuvieron abierta una tienda de deportes. ¡°Hansi Flick Sport und Freizeit¡±, se llamaba un negocio que abri¨® en 1995 y que ahora es un herbolario que, paradojas de la vida, se llama Valverde... ¡°?Son de prensa, no?¡±, recibe la empleada del herbolario que est¨¢ en el sitio donde aquella tienda. "A veces se pasa por aqu¨ª. Creo que ahora estar¨¢ en Espa?a", bromea... Es lunes y est¨¢ casi todo cerrado en Bammental. No se escucha nada. Tampoco en M¨¹ckenloch. Todo lo contrario del ruido que le espera a Hansi Flick en Barcelona.
No se escucha nada. Tampoco en M¨¹ckenloch. Todo lo contrario del ruido que le espera a Hansi Flick en BarcelonaFOTO: Miguel ?ngel Morenatti/diario AS