?Qu¨¦ es la maldici¨®n de B¨¨la Guttmann?: la premonici¨®n que atormenta al Benfica?en?Europa
Tras ganar dos Copas de Europa seguidas, el entrenador h¨²ngaro conden¨® a ¡®Las ?guilas¡¯ a no ganar el t¨ªtulo en cien a?os. Desde entonces, han perdido ocho finales europeas. Deber¨¢ remontar un 0-2 en contra ante el Inter en cuartos.
La maldici¨®n de B¨¦la Guttmann vuelve a resurgir ante el Inter Milan para el Benfica, con quien se empareja en los cuartos de final de la Champions League, casualidad o no, en su peor momento de una temporada que comenzaba a despertar expectativas hist¨®ricas. Hubo algo de m¨ªstico en la sorprendente derrota del Benfica ante el Chaves. Con esos tres puntos de menos, unidos a los que ya se dej¨® en O Cl¨¢ssico, ante el Oporto, apenas unos d¨ªas antes, el Benfica revivi¨® la carrera por una Primeira Liga (el nombre de la Primera Divisi¨®n portuguesa) que parec¨ªa vista para sentencia. Sin embargo, ese resbal¨®n del campe¨®n del mundo, Nicol¨¢s Otamendi, que vive su segunda juventud a sus 35 a?os, acab¨® por significar el gol que cerraba la semana horribilis de uno de los conjuntos, hasta el momento, que parec¨ªa m¨¢s en forma de Europa. Entre medias, el Inter Milan asalt¨® Da Luz en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League, para desnivelar la eliminatoria a su favor, a falta de ese envite final en San Siro.
Los encarnados, en los que Roger Schmidt ha evidenciado que se trata de uno de los entrenadores de moda en Europa tras su paso por el PSV Eindhoven, solo hab¨ªan perdido uno de los ¨²ltimos 16 partidos hasta hincar la rodilla ante el bloque entrenador por Sergio Concei?ao. Antes, se hab¨ªan puesto la medalla de haber pasado como primeros en el grupo de la muerte de la Champions League, por delante del PSG o la Juventus. No perdi¨® ninguno de los cuatro partidos ante ambos. Elimin¨® c¨®modamente al Brujas en octavos de final, para que posteriormente el azar le ubicara en el lado derecho del cuadro de cuartos de final, emparejado con el Inter Milan, y, en una supuesta semifinal, con el ganador del Milan - N¨¢poles. El denominado ¡®lado sencillo¡¯, siempre te¨®ricamente. ¡®?Ser¨¢ esta vez?¡¯, se preguntaron entonces en Da Luz, ¡®autootorg¨¢ndose¡¯ licencia para so?ar. Para no continuar alimentando la maldici¨®n, deber¨¢ levantar un 0-2 en contra ante los nerazzurri.
?Cu¨¢l es la maldici¨®n de B¨¨la Guttmann?
Desde 1962, los aficionados de Las ?guilas, como se conoce al Benfica, conviven bajo el embrujo de una de la te¨®ricas maldiciones m¨¢s popular del planeta f¨²tbol: nunca han vuelto a alzar una Orejona. Ese a?o, en mitad de la euf¨®rica celebraci¨®n en Lisboa del segundo t¨ªtulo de la Champions League consecutivo, el equipo entonces rey de Europa, ensombreciendo al Real Madrid de Di St¨¦fano o Puskas, se hace a?icos por divergencias econ¨®micas. B¨¨la Guttmann, el arquitecto del mejor Benfica de siempre, reclama a la directiva un aumento de sueldo que acaba derivando en su despido...y en la pronunciaci¨®n de una sentencia tomada por entonces como anecd¨®tica y convertida en lapidaria con el paso de los a?os: ¡°Sin m¨ª, el Benfica nunca ganar¨¢ m¨¢s la Copa de Europa¡±.
Se ha mencionado como te¨®rica ya que existen diversas interpretaciones en base a la traducci¨®n de la entrevista original que concedi¨® Guttmann, que fue al diario alem¨¢n, ¡®Bild¡¯. Unos cifraban la maldici¨®n en cien a?os o que se hac¨ªa extensible tambi¨¦n a todos los equipos portugueses. Otros se?alaban directamente que la supuesta maldici¨®n no ser¨ªa tal, resultado de un error de traducci¨®n, intencionado o no, del peri¨®dico portugu¨¦s, ¡®A Bola¡¯. Sea como fuere, desde la supuesta pronunciaci¨®n de esas palabras en los albores del verano de 1962 despu¨¦s de que el Benfica ganara su segunda Copa de Europa consecutiva, ¡®Las ?guilas¡¯ vuelan sobre terreno maldito en Europa, sin volver a alzar un t¨ªtulo europeo en los ¨²ltimos 61 a?os.
Solo el filial juvenil del conjunto lisboeta consigui¨® sortear el mal de ojo de Guttmann para conquistar en abril de 2022 la edici¨®n n¨²mero ocho de la Youth League. Para los mayores, desde ese gol de Frank Rijkaard que signific¨® el inicio del calvario ante el AC Milan en la final del a?o siguiente, el rosario de frustraciones se resume en cinco finales de Copa de Europa (1962-63/1964-65/1967-68/1987-88/1989-90) y tres de la Europa League (1982-83/2012-13 y 2013-14) perdidas.
?Qui¨¦n fue B¨¨la Guttmann?
Arquitecto del considerado mejor Benfica de la historia, B¨¨la Guttmann fue considerado el primer entrenador superestrella, inaugurando la senda de los Helenio Herrera, Johan Cruyff, Ars¨¨ne Wenger, Arrigo Sacchi, Ernst Happel, Bill Shankly, Rinus Michaels, Pep Guardiola o Jos¨¦ Mourinho. De origen jud¨ªo, pudo escapar del Holocausto nazi. Este devor¨® a su familia, pero, junto a las discriminaciones antisemitas forjaron el car¨¢cter ind¨®mito que ser¨ªa la principal se?a de identidad de un t¨¦cnico adelantado a su tiempo.
Tras interrumpir el inicio de su carrera como entrenador en Hungr¨ªa para pasar meses escondido en el s¨®tano de una peluquer¨ªa con tal de refugiarse de las bombas, pasa por 21 equipos antes de llegar al Benfica. Austria, Pa¨ªses Bajos, Hungr¨ªa, Ruman¨ªa, Italia, Argentina, Chipre, Brasil o Portugal, el Benfica recurre a sus m¨¦todos, poco ortodoxos para la ¨¦poca, con tal de instaurarse entre la ¨¦lite futbol¨ªstica europea despu¨¦s de ver c¨®mo maravilla en su primera temporada en Portugal, conquistando brillantemente ese campeonato que tanto quer¨ªa el Benfica, pero con el Oporto.
Revolucionario en sus m¨¦todos comunicativos y conocido por su apuesta por el dominio total de cada una de las situaciones y una propuesta futbol¨ªstica eminentemente moderna basada en el f¨²tbol directo y ofensivo, Guttmann tambi¨¦n impresiona en su estreno en el antiguo Estadio Da Luz, derrumbado en 1952, conquistando el doblete. La Liga, y el t¨ªtulo m¨¢s deseado: la primera Copa de Europa en su primera final europea. Lo hace adem¨¢s, con valor a?adido, tumbando a uno de los mejores Barcelona de siempre por 3-2 en Berna (Suiza), en la conocida final de los postes cuadrados. ¡°No pod¨¦is andar regateando y pasando tanto delante de la porter¨ªa. Hay que tirar. Tirar, tirar y volver a tirar. Es como cuando est¨¢s con tu esposa o tu novia y sigues bes¨¢ndola y hablando. Al final tambi¨¦n tienes que marcar un gol¡±, dec¨ªa, seg¨²n relata David Bolchover en su biograf¨ªa The Greatest Comeback: From Genocide To Football Glory: The Story of B¨¦la Guttmann.
Un a?o despu¨¦s, no gana Liga, pero consuma su gesta repitiendo Copa de Europa, tambi¨¦n ante otro equipo espa?ol. Este vez, ante el Real Madrid, que ven¨ªa recientemente de ganar las cinco Orejonas consecutivas. En ?msterdam, supera 5-3 al Real Madrid de Di St¨¦fano, Gento o Puskas. Solo blancos y lisboetas hab¨ªan ganado el t¨ªtulo. Sin embargo, acaba significando el germen del mal de ojo del que es profeta el t¨¦cnico h¨²ngaro, despu¨¦s de que la directiva del Benfica rechazara el aumento del sueldo y de los bonos que reclamaba por sus logros. Soy el entrenador m¨¢s caro del mundo, pero mirando mis logros, en realidad soy barato¡±, lleg¨® a declarar. Entre medias, tambi¨¦n logr¨® otro ¡®trofeo¡¯: el fichaje del Eus¨¦bio, gestado en una barber¨ªa de Lisboa gracias a su nutrida red de contactos, que ll¨¦go a Mozambique. La Perla Negra acabar¨ªa siendo uno de los mejores jugadores de la historia.
El calado de Guttmann en la idiosincrasia benfiquista se aprecia en hechos como el levantamiento de una estatua de bronce en su honor en la puerta del estadio 18 de Da Luz, d¨ªas antes de que ¡®Las ?guilas¡¯ se enfrentaran al Sevilla en la ¨²ltima ocasi¨®n en la que la maldici¨®n volvi¨® a cruzarse en su camino, en la final de la Europa League de 2014, decidida en la tanda de penaltis. No se trataba de ¡°exorcizar¡± a nadie, sino que era un ¡°homenaje¡±, asegur¨® el vicepresidente del club, Rui Gomes da Silva. ¡°Si de paso rompemos la maldici¨®n, mucho mejor¡±, afirm¨® el artista. En mayo de 1990, ya desesperado, poco antes de la final de la Copa de Europa contra el Milan de Sacchi en Viena, el Benfica envi¨® a Eus¨¦bio a una misi¨®n escatol¨®gica, implorando por el fin de la maldici¨®n en la tumba de B¨¨la Guttmann.