Zarpazo del Tigre al cholismo

Abrazado a la foto del Atleti en San Mam¨¦s saludaba Simeone a la noche ante el Rayo. Si Iraola retorc¨ªa el once con cambios en cada l¨ªnea y Pozo tomando el testigo de Trejo, Simeone solo tocaba dos detalles. Y obligado: Grbic hac¨ªa de Oblak y Witsel, de Koke. Y ya. Que un gigante dormido, el cholismo, hab¨ªa despertado en Bilbao, no fueran a tumbarle de nuevo las rotaciones. Lo dem¨¢s, los mismos. Y en ese 4-4-2 que para la grada del Metropolitano era como reencontrarse con un viejo amor no olvidado. Pura emoci¨®n.

Un Atleti dibujado en 4-4-2 con un doble pivote rocoso que cortocircuit¨® al Rayo desde el inicio. Intenso, comprometido y de ment¨®n alto, construyendo con pausa e intenci¨®n. Cierto es que ha recuperado a Savic y Gim¨¦nez, unos Savic y Gim¨¦nez que cuando escapan a la sospecha de lesi¨®n juegan ba?ados en acero. Cierto es que Nahuel al fin es Nahuel, fuera los nervios de un comienzo torcido, confiado, efectivo, afilando la derecha con De Paul y con un espejo apuntando a Griezmann. C¨®mo no. Porque la intenci¨®n rojiblanca la pon¨ªan sus franceses. A la izquierda, Lemar descerrajaba l¨ªneas de presi¨®n con su conducci¨®n de bal¨®n. Arriba, Griezmann, conmov¨ªa.

Porque el cholismo una vez fueron las paradas de Oblak y los goles de Griezmann y ese Griezmann que ya es del Atleti pleno y lleva varios partidos celebr¨¢ndolo. Perd¨®n ya ha pedido de todas las maneras posibles, de voz tambi¨¦n, aunque a cada partido siga haci¨¦ndolo como mejor sabe, con sacrificio y clase. El Principito ha vuelto. Y el Rayo lo pen¨® en la primera parte. Un Rayo que, sin Trejo, echaba terriblemente de menos a Trejo. Pozo, titular en su sitio, lo intentaba pero no le sal¨ªa, encajonado entre Savic, Gim¨¦nez y Reinildo, palabras mayores, ahogado. Como tembloroso el Rayo en la salida de bal¨®n. Y por ah¨ª apareci¨® monseuir. Mientras la spidercam del aire a¨²n temblaba de un balonazo que le hab¨ªa pegado Grbic en un saque y que hab¨ªa sido lo m¨¢s interesante que hab¨ªa pasado en el partido hasta el momento, adem¨¢s de la ovaci¨®n a Falcao, aunque al final la grada sintiera c¨®mo escuecen sus zarpazos.

Pero en ese momento Falcao era a¨²n solo un lindo gatito. Porque en ese momento Griezmann mandaba, Griezmann dirig¨ªa, Griezmann, se multiplicaba, Griezmann se asociaba con todos. El Griezmann de siempre. Tambi¨¦n en el robo, que el mono de trabajo lo lleva de la mano con el frac: en un despiste le birl¨® el cuero a Fran Garc¨ªa y con tiral¨ªneas le sirvi¨® el bal¨®n a Morata. El delantero cruz¨® la pelota para batir a Dimitrievski. Gol. Celebr¨® alto el Metropolitano. Pero es que as¨ª, as¨ª pide perd¨®n Antoine tambi¨¦n. El Atleti empez¨® a dominar desde el marcador un partido que controlaba absoluto en la hierba. Del Rayo, apenas noticias. El borr¨®n fue Lemar. Habitual sospechoso en las lesiones tambi¨¦n, ca¨ªa al suelo y ped¨ªa el cambio con esa palabra escrita encima en rojo ne¨®n. La en¨¦sima.

Y entonces el Atleti se durmi¨®

De la caseta Pozo no regres¨®. En su lugar, Comesa?a. El Rayo era otro equipo. Con una presi¨®n m¨¢s en¨¦rgica y dominio. El Atleti, c¨®modo en su viejo cholismo, se dej¨® empujar hacia su campo, incapaz de elaborar una jugada larga, echando de menos cu¨¢nto cos¨ªan las conducciones de Lemar. Simeone intent¨® corregir a la hora con refrescos: Cunha y Correa por Witsel y Morata. Pero otra vez se equivoc¨®: los cambios desmejoraron a su equipo, dieron m¨¢s vuelo al rival. De Paul superado por completo en su movimiento de la banda al medio, mientras Iraola apostaba por ese cromo de futuro rojiblanco, Camello, que fue tortura. Nada m¨¢s pisar el c¨¦sped salud¨® con un disparo que se fue fuera acariciando el palo.

El Rayo ululaba sin cesar por el ¨¢rea de Grbic. Ora Ciss, ora el portero le deten¨ªa un mano a mano a Falcao. Simeone dejaba otra vez a Jo?o sin minutos para corregir lo de De Paul con Sa¨²l. Marcaba Grizi pero media rodilla en fuera de juego. Se sosten¨ªa el Atleti en el viejo saber sufrir cholista. Pero, cuando el final asomaba, Gim¨¦nez saltaba de brazos abiertos a despejar un remate de Ciss y... Penalti. Ser¨ªa el Tigre quien diera el zarpazo para ponerle el lazo a la segunda parte del Rayo. 1-1. Y el gigante de Bilbao de nuevo a la lona. Qu¨¦ poco le dura ¨²ltimamente la felicidad al Cholo.