Xavi, una pizarra y un discurso en crisis

Preparado para la lluvia de cr¨ªticas que le toca, Xavi vuelve de Riad con la pizarra rota y el discurso en el limbo. Nada ha podido ir peor para el entrenador en la Supercopa de Arabia porque no ha tenido ¨¦xito en ninguno de los planos que deb¨ªa dominar. El Bar?a dio una sensaci¨®n de debilidad alarmante contra el Madrid. Su planteamiento en la final, con cuatro centrocampistas, se basaba en tener y guardar el bal¨®n. Y lo que hizo fue perderlo tres veces en los diez primeros minutos con el a?adido de que estaba mal parado en el campo y arriesg¨® de manera excesiva ante dos demonios como Rodrygo y Vinicius. El resultado fue demoledor. Un equipo zarandeado, fr¨¢gil atr¨¢s y sin filo en ataque, dominado a placer por el Madrid.

T¨¢cticamente, el Bar?a da la sensaci¨®n de haber perdido el norte. M¨¢s all¨¢ de jugar con tres delanteros o cuatro centrocampistas, de que el cuadrado funcione o no, ofrece una alarmante sensaci¨®n de desconcierto en defensa. Lleva encajados 34 goles en 27 partidos oficiales, una cifra inaceptable en un equipo que quiere pelear por t¨ªtulos. En lugar de ir a m¨¢s, lo automatismos y la sensaci¨®n de estabilidad de la temporada pasada han desaparecido. En ataque tampoco rompe. Despu¨¦s de un inicio de temporada ilusionante con las manitas a Betis y Amberes, el equipo empez¨® como el a?o pasado a ganar los partidos con penurias y no produce el manantial de f¨²tbol que se esperaba.

Pero Xavi tiene un problema a¨²n m¨¢s preocupante. Su mensaje ha dejado de llegar. Hacia el exterior y hacia el vestuario. Parte de la afici¨®n, que le aprobaba por los pelos esta Navidad en una encuesta realizada por Mundo Deportivo, le empieza a perder la fe pese a su condici¨®n de s¨ªmbolo absoluto. Su invocaci¨®n al cruyffismo en v¨ªsperas de la final no funcion¨®. Xavi pidi¨® hasta cuatro veces perd¨®n a la afici¨®n en la rueda de prensa posterior al partido. Pero tal vez lo que m¨¢s le preocupa a Xavi es no llegar a sus jugadores. Donde la temporada pasada se ve¨ªa conexi¨®n por m¨¢s que el equipo no fuese brillante; y un compromiso que le permiti¨® ganar partidos por la m¨ªnima uno detr¨¢s de otro, ahora hay un hilo roto. Justo despu¨¦s del partido contra el Almer¨ªa, Xavi desvel¨® una bronca a sus jugadores en el vestuario y dispar¨® contra ellos: ¡°Es inaceptable¡±. ¡°Me estoy abriendo en canal¡±, dijo aquel d¨ªa. Luego, avis¨®: ¡°No volver¨¢ a repetirse¡±. Menos de un mes despu¨¦s, en Riad, volvi¨® a se?alar al vestuario: ¡°No se puede entrar as¨ª una final¡±. Es obvio que el canal de comunicaci¨®n entre el entrenador y los jugadores no funciona como la temporada pasada. Xavi est¨¢ obligado a reaccionar r¨¢pido para que el Bar?a no sufra un fallo multiorg¨¢nico. Tiene problemas estrictamente deportivos, pero tambi¨¦n de gesti¨®n. Necesita arreglarlos bien r¨¢pido.

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