Vuelve el gol al Madrid, el gran desaparecido
El Madrid ha recuperado el gol, tras un inicio convulso. Lleva cuatro partidos seguidos anotando tres. Y en los ¨²ltimos nueve ha hecho el 41% del total.
El gol ya est¨¢ aqu¨ª. Gran desaparecido en el arranque de curso; causa y soluci¨®n a todos los problemas. Porque en el f¨²tbol 1+1 no son 2, pero s¨ª era matem¨¢tica simple que cuando la p¨®lvora se secase, todo iba a ser diferente. Y es que el Madrid, imperfecto en su juego, estaba fallando mucho. Demasiado. Pero ten¨ªa que dejar de hacerlo en alg¨²n momento. Y ha llegado ese momento. Vinicius ya vuela, Bellingham es Bellingham, Mbapp¨¦ asoma la zarpa y Rodrygo, ruge. Esta es otra historia. ?ltimamente, all¨¢ donde va el equipo, le acompa?a la melod¨ªa del gol. Y eso, en su caso, es como los violines de Psicosis. El sonido del terror.
Todo cambi¨® ante el Milan. ¡°Despu¨¦s de aquella noche, cambiamos nuestra actitud y compromiso¡±, reconoce Ancelotti abiertamente. Fue tocar fondo. Por si el 0-4 del Cl¨¢sico no hab¨ªa sido suficiente... un 1-3 ante tu gente y un mayday en tu competici¨®n. Desastroso. Pero entonces, click. Aquel fue el 16? partido de la temporada y, hasta entonces, el equipo hab¨ªa metido 32 goles, agrandados por la levadura que supuso la manita al Dortmund, enga?osa en comparaci¨®n con la din¨¢mica. Si se quita ese partido, el promedio era de 1,8 goles por encuentro. Una cifra muy lejana de lo que es el Madrid. Y de lo que deb¨ªa ser este Madrid.
Un promedio reconocible
Pero algo cambi¨®. Desde entonces, nueve partidos y 22 goles. Otro mundo. Uno m¨¢s reconocible. El promedio, en apenas mes y medio, se ha elevado hasta rozar los 2,5 goles por encuentro. Hay otro dato que lo resume: el 41% de los goles de esta temporada han sucedido tras la noche ante el Milan (22 de 54). Es decir, en estos nueve ¨²ltimos partidos han sucedido casi la mitad de los zarpazos de toda la temporada. Nueve partidos, contra 16. Es la consecuencia de un equipo que sigue sin jugar como los ¨¢ngeles, pero al menos ha recuperado la punter¨ªa.
Y la tesis ya est¨¢ corroborada. Porque cab¨ªa la posibilidad de pensar que es una fase transitoria. Un buen partido. Tal vez dos. Incluso tres. Pero ya van cuatro. El p¨®ker que cambia el pulso. Tranquiliz¨¢ndolo y, a la vez, agit¨¢ndolo. La paradoja de lo reconocido y lo so?ado, dos sentimientos coet¨¢neos, pero condenados a entenderse. El equipo empieza a ser reconocible y eso calma pero, a la vez, ilusiona. Van cuatro partidos seguidos marcando tres goles: Girona, Atalanta, Rayo Vallecano y Pachuca. Platea en pie, los tenores ya afinan.
El 72% del equipo
Vinicius, Mbapp¨¦, Bellingham y Rodrygo: 14, 13, 7 y 5 goles, respectivamente. Sus flechitas apuntan hacia arriba y sus n¨²meros, por consecuencia. Vini deslumbra en modo The Best y Kylian, sin terminar de ser el Kylian que se espera, ya supera la decena. Eso habla por s¨ª solo. El de Bellingham es un estado de forma impresionante (goles en siete de sus ¨²ltimos nueve partidos) y el de Rodrygo, impactante (show en Vallecas y golpe sobre la mesa en la Intercontinental, con sendos zarpazos). De estos cuatro futbolistas han salido 39 goles. O lo que es lo mismo: el 72% del total del equipo. Perdido hasta el Milan, el Madrid ha recuperado la garra. El colmillo. El gol. Ese grito que es tatuaje en Chamart¨ªn. El sonido del terror.